HONG KONG: Símbolos coloniales se vuelven posesiones preciadas

El gobierno de China se propuso erradicar de Hong Kong todo símbolo colonial antes de recuperar su soberanía sobre el territorio de manos de Gran Bretaña, en la medianoche del próximo 30 de junio.

La velocidad con que se elimina todo rastro de soberanía británica ha sorprendido a muchos. En los últimos años fueron demolidos hermosos edificios coloniales, tanto para borrar el pasado como para saciar la voracidad de las empresas constructoras.

Estatuas de antiguos gobernadores coloniales, la reina Victoria y los reyes Jorge V y VI aún están en pie, pero se prevé que serán embarcadas de vuelta a Gran Bretaña.

La vajilla oficial con la insignia real está siendo rematada, y cualquier objeto que porte una corona tiende a desaparecer, trátese de buzones de correo, distintivos de la policía y otros funcionarios, sellos de correo, monedas o billetes.

Incluso los uniformes escolares fueron rediseñados. El King's College, por ejemplo, debió eliminar la insignia de la corona de las chaquetas de sus estudiantes.

Pero al mismo tiempo, los símbolos coloniales se han vuelto muy codiciados por los coleccionistas. El colmo de la elegancia es poseer una medalla, placa o pieza de vajilla con una corona, en contraste con las vulgares camisetas y jarros con la inscripción "Hong Kong 1997", en venta en las tiendas de turistas.

Irónicamente, son los propios chinos los más interesados en obtener recuerdos materiales de la época colonial, según rematadores de Hong Kong.

Miles de personas hicieron fila el mes pasado para comprar las últimas plantillas de sellos postales impresas con la imagen de la reina. Los vendedores afirmaron que 80 por ciento de los 11.000 compradores eran de China continental.

El verano pasado, piezas de la vajilla oficial alcanzaron en un remate precios propios de un juego de porcelana fina. Un comprador pagó 4.000 dólares por 22 tazas de té, 248 jarros y 90 platos.

El comprador dijo que regalaría las piezas a amigos de Shangai, donde existe una especial ansiedad por recuerdos materiales del gobierno británico en Hong Kong.

"Dejamos de colocar la insignia real en las tazas y platos en 1991", afirmó un portavoz del Departamento de Suministros Gubernamentales.

Mientras, el ejército británico organizó remates públicos regulares para deshacerse de equipos que ya no son necesarios para la guarnición, que partirá de Hong Kong el 30 de junio para dar lugar al Ejército de Liberación Popular (ELP).

Especuladores de China, Indonesia y Australia compraron parte de los equipos, conscientes de la creciente demanda por recuerdos de la colonia. Los "souvenirs" más buscados, además de bandas y medallas, fueron extraídos de los comedores de oficiales, que están siendo remodelados para la llegada del ELP.

Los policías tienen la posibilidad de adquirir algunas piezas coloniales seleccionadas antes de que sean puestas a remate.

Así mismo, el personal militar está autorizado a llevarse algunas "reliquias" de vuelta a Gran Bretaña, no sólo piezas de vajilla, cubiertos, mascotas y banderas, sino también artículos de mayor tamaño como mesas, alfombras y otros muebles.

A medida que aumenta la demanda de objetos coloniales, los habitantes de Hong Kong comienzan a darse cuenta de que esos símbolos tienen una gran importancia cultural por formar parte de la historia del territorio y de su propia identidad, diferente a la de China continental.

Se dictaron pocas pautas sobre lo que es «cultural» y lo que es «colonial» por parte del gobierno, que instruyó a todos los departamentos a remover todo símbolo de la soberanía británica antes de la entrega del territorio a China.

Cada departamento tiene la libertad de decidir si sus propios objetos constituyen reliquias históricas, en cuyo caso deben enviarse a museos, o si los mantienen como están, señalaron funcionarios de gobierno.

"Si los departamentos consideran que algunos de sus artículos tienen valor artístico o pueden ser apreciados por el público pese a portar símbolos de la soberanía británica, entonces pueden conservarlos", explicó Daniel Mak, de la unidad administrativa que maneja el tema.

Uno de tales símbolos es el escudo de armas que forma parte de la sede del Consejo Legislativo, cuya remoción podría dañar la estructura del edificio. El mes pasado, los consejeros decidieron unánimemente dejar el escudo intacto.

Así mismo, se conservará la insignia de la Casa de Gobierno, la residencia oficial del gobernador, aunque será recubierta con yeso. Una solución similar se ideó para las numerosas insignias esculpidas en salas de tribunales.

De unos 60 monumentos protegidos por la Junta Asesora sobre Antigüedades, 26 están en la lista por su arquitectura colonial, aunque no está claro si las normas cambiarán luego de la entrega del territorio.

En todo caso, los miembros de la Junta destacan que China preservó edificios de estilo occidental en Guangzhou (antiguo Cantón) y Qingdao, que alguna vez tuvo una importante presencia alemana. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/ml/cr-ip/97

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