EUROPA ORIENTAL: Vendedores de armas se adelantan a la OTAN

Europa oriental se ha convertido en cita obligada de charlatanes y estafadores desde el fin de la era comunista. Y, ante la próxima expansión de la OTAN hacia el este, también aparecieron los vendedores de armas.

En su reunión del próximo verano boreal en Madrid, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) invitará con todas las formalidades a varios países de Europa central y oriental a unirse a la alianza militar.

Aún no se sabe cuáles serán, en definitiva, los privilegiados, pero los que se aseguraron el convite, según distintas versiones, son Hungría, Polonia y República Checa.

Y los contratistas, que perciben la caída de las ventas de armas y defensas en muchos mercados del mundo porque ya no existe el enemigo comunista, se acercan a la región para ofecer sus mercaderías.

"El segundo paso de la ampliación de la OTAN será el aterrizaje de British Aerospace, Lockheed Martin y McDonnel Douglas para ofrecer sistemas de armas compatibles con las de la alianza", dijo Simon Duke, del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Centroeuropea en Budapest.

De hecho, las empresas ya están allí. Muchas cuentan con oficinas permanentes en la región o envían con regularidad a sus representantes.

Más de 30 fabricantes de 24 países se dieron cita la semana pasada para exhibir el último grito en sistemas militares en la IDET, la mayor feria de armas de Europa central, en Brno, la segunda ciudad de República Checa, a dos horas de viaje de Praga.

Hubo de todo, desde barcazas de combate y uniformes a tanques, aviones, radios y radares.

"Allí estaban todos esos países que procuran modernizar sus armamentos, de la época del Pacto de Varsovia", dijo John McGregor, director de mercadotecnia de Ciencias Orbitales de la División de Defensa de la compañía Fairchild, que fabrica partes electrónicas de aviones.

"Vemos muchas oportunidades de crecimiento en los futuros nuevos miembros de la OTAN, que deberán adecuar sus equipos a los criterios de la alianza. Deberán conseguir esas armas en cualquier lado. Ya no miran más hacia Rusia", agregó McGregor.

El antiguo bloque soviético figura entre los más promisorios mercados de armas del mundo. Aunque sus compras nunca igualarán las de Medio Oriente o Asia, el crecimiento potencial de la demanda es enorme. Contratos por miles de millones de dólares estarán en juego tras la ampliación de la OTAN.

Las compañías confían en que la próxima década concretarán ventas de aviones, helicópteros, sistemas informáticos, redes de comunicación y otras mercancías.

El gobierno de Estados Unidos estimó, en un informe dirigido al Congreso, que los nuevos miembros de la OTAN gastarán entre 19.000 y 25.000 millones de dólares en los próximos 12 años para reestructurar sus ejércitos y adecuar sus sistemas de defensa a los de la alianza.

El diario Survival, por su parte, delineó varios escenarios de conflicto posibles y ubicó el costo, basado en esas hipótesis, entre 30.000 y 110.000 millones de dólares para los próximos 10 o 15 años.

La mayor parte de ese dinero se dirigirá a empresas locales que fabrican bombas, balas, misiles y mapas, pero las industrias occidentales confían en que también obtendrán buenos negocios.

"República Checa, Hungría y Polonia deberán incorporar 150 aviones en los próximos cinco años. Es un mercado nuevo y excitante", dijo Björn Gidner, director de Desarrollo de Mercados Europeos de la división de industrias aéreas de la transnacional estadounidense General Electric.

Pero hacer dinero en este mercado no será fácil. La OTAN no ha establecido ningún criterio en materia de armas para los nuevos miembros, por lo que resulta difícil predecir que habrá compras. Además, los países tienden a recortar sus presupuestos militares, lo que posterga la adquisición de armamento.

La industria armamentista ya sabe que Europa central no es tan lucrativa como esperaban cuando acabó la guerra fría. La revista estadounidense Defense News tomó nota del desaliento de los empresarios del sector con los resultados en la región.

"Ahora se dan cuenta de lo que estos países pueden gastar", dijo Jim Finlayson, gerente de desarrollo de negocios de la compañía británica de componentes electrónicos GEC-Marconi.

"Muchos optimistas pensaban que, a medida que surgía un nuevo mercado, solo tenían que ir allí y ocuparlo. Pero los realistas están en la senda correcta. Estos países pueden gastar una cantidad limitada de dinero y las empresas deben concentrarse en obtener una parte", explicó.

Las áreas más prometedoras serán la que los funcionarios militares denominan "C-cubed-I" o "C3I" (redes informáticas de comando, control, comunicaciones e información) y la de dispositivos que permiten a operadores de tanques, aviones y misiles distinguir a amigos de enemigos.

Polonia ya está modernizando sus sistemas de radio con una inversión de 50 millones de dólares en tecnología procesada por la francesa Thompson-CSF Communications.

El Ministerio de Defensa checo seleccionó este otoño boreal redes informáticas de las empresas estadounidenses Electronic Data Systems y Digital Equipment.

Muchos contratos por el estilo se sellarán en los próximos meses. Por eso muchas compañías del ramo de las computadoras y los programas de informático, como IBM, EDS, Digital y Oracle asistieron a la feria en Brno.

Todos los representantes de las empresas estaban alerta del estado de la opinión pública de la región. Por eso, hacen todo lo que esté a su alcance para quedar ante sus potenciales clientes como honestos empresarios en un mundo de charlatanes.

La feria IDET, por ejemplo, fue un festival de típico mal gusto empresarial, incluido el reparto de lapiceras, afiches y otros productos que exhibían los emblemas de las compañías.

"Es importante tener una buena imagen pública", dijo Michael Lewis, especialista de la empresa McDonnel Douglas, mientras obsequiaba un trabacorbatas con la forma de un F-18 a un adolescente en el que nadie percibiría el futuro comprador de un avión de combate.

"Las operaciones que pretendemos hacer son, quizás, las compras más caras que hayan efectuado estos países. Así que es bueno que la gente sepa, al menos, qué es un F-18", agregó Lewis.

Los empresarios saben que lo que ganarán con la ampliación de la OTAN es apenas una fracción de lo que perdieron cuando el colapso de la Unión Soviética generó una caída en las ventas al campo prooccidental.

"Perdimos una libra y encontramos un penique", según Paul Jackson, editor de la guía de comercio de armas Jane's All The World's Aircraft. (FIN/IPS/tra-em/dr/rj/mj/ip/97

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