Una denuncia de corrupción difundida hoy amenaza extender los escándalos al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), considerado uno de los últimos baluartes de la moralidad en la vida política de Brasil.
El economista Paulo Tarso Venceslau, militante que ocupó cargos de confianza en gobiernos municipales del PT, acusó en a los principales dirigentes del partido de omisión ante un caso de corrupción e incluso incubrirlo.
El líder del PT, Luis Inacio Lula da Silva, y José Dirceu, su presidente, habrían ignorado las graves denuncias que viene haciendo desde hace cuatro años dentro del partido, dijo Venceslau en entrevistas a un diario de Sao Paulo y a una red nacional de radio.
El economista fue secretario de Finanzas de Campinas y Sao José dos Campos, dos municipios gobernados por el PT entre 1989 y 1993, ambos a cien kilómetros de Sao Paulo. En esas ocasiones, descubrió contratos irregulares firmados por las alcaldías con la empresa Consultoría para Empresas y Municipios (CPEM).
En Sao Jose dos Campos, por contrato con la gestión anterior de otro partido, la CPEM recibió 10,5 millones de dólares y debía recibir otros 5,5 millones. Los servicios, contratados sin la licitación exigida por ley, podían ser hechos por funcionarios de la propia alcaldía, según Venceslau.
El economista dijo que fue despedido de su cargo luego de comprobar la ilegalidad y exigir providencias de la alcalde Angela Guadagnin y de su partido, que no se concretaron.
Sus declaraciones sugieren que el PT se aprovechaba de tales irregularidades, ya que el empresario Roberto Teixeira, vinculado a la CPEM, decía estar recaudando fondos para el partido.
El propio tesorero del PT, Paulo Okamoto, reconocía la importancia de las contribuciones financieras de la empresa para actividades del partido, como un recorrido que hizo Lula por el interior de Brasil, aseguró Venceslau.
Los vínculos son más graves porque Lula, candidato presidencial del PT desde 1989, vive en una casa prestada por el empresario, sin pagar alquiler, además de que son amigos personales, dijo el economista, y Teixeira participó activamente en sus campañas electorales.
El presidente del PT rechazó las acusaciones, aunque anunció la creación de una comisión para investigarlas, conformada con miembros del partido pero que "ofrezcan seguridades para la opinión pública".
Dirceu negó que el partido haya ignorado las denuncias anteriormente, afirmando que dos dirigentes habían investigado el caso y concluido que no justificaba nuevas medidas.
La alcaldía bajo gestión del PT rechazó el contrato con la CPEM firmada en el gobierno anterior, pero su acción fue bloqueada por el Concejo, señaló.
En carta a Lula, Venceslau explicó sus denuncias y dijo que su objetivo era "impedir que el PT pierda credibilidad", considerando que su principal fuerza es distinguirse de otros partidos contaminados por la corrupción y la demagogia.
Fundado en 1980 por sindicalistas e intelectuales, el PT es respetado por la opinión pública como el partido más sólido ideológicamente y menos corrupto. Lula es un ex obrero metalúrgico que se destacó como líder sindical que comandó huelgas históricas y masivas a fines de los años 70.
Tanto Venceslau como Dirceu son ex militantes de la guerrilla urbana que intentó oponerse hace casi dos décadas a la dictadura militar que se implantó en Brasil en 1964 y dejó el poder en 1985. (FIN/IPS/mo/ag/ip/97
