ASIA MERIDIONAL: Refugiados, los olvidados de la ley

Dos primeros ministros, Inder Kumar Gujral, de India, y Sheikh Hasina Wajed, de Bangladesh, encabezan la lista de 35 millones de exiliados que se contaron en los últimos 50 años en Asia meridional.

Gujral, de 78 años, fue obligado a emigrar a India junto con millones de hindúes en 1947, cuando fue creado Pakistán. En cuanto a Hasina, pasó varios meses en India en 1971, para escapar a la represión de Pakistán contra el movimiento independentista de Bangladesh.

Unos 10 millones de habitantes de Bangladesh huyeron aquel año a India, dando lugar a una gigantesca crisis humanitaria. Su posterior repatriación, una vez independizado su país, fue la mayor operación emprendida en toda su historia por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

El ACNUR advirtió a principios de este mes, en una reunión regional en Nueva Delhi, que Asia meridional todavía es escenario de crisis de refugiados, y que cada vez es más difícil enfrentarlas.

Asia meridional alberga más de 10 por ciento de los 13 millones de refugiados en todo el mundo y encuentra crecientes problemas para hospedar o repatriar a quienes huyen de la persecución política o de turbulencias de origen religioso o étnico.

"Las soluciones a los problemas de los refugiados se han vuelto esquivas. ¿Durante cuánto tiempo deberán vivir en campamentos las personas que han huido de Afganistán, Sri Lanka, Birmania y Bhután?", se preguntó Irene Khan, jefe de la misión del ACNUR en India.

El ACNUR patrocinó en Nueva Delhi una reunión del Saarclaw, un foro de jueces, abogados y académicos de los siete países de Asia meridional. Los participantes destacaron que los países de la región no cuentan con legislación específica para regular el asilo y la repatriación de refugiados.

Al respecto, pidieron a los gobernantes de Asia meridional que sigan el ejemplo de Africa y América Latina, que disponen de leyes y acuerdos regionales sobre refugio y asilo político.

Ninguna nación de Asia meridional ha ratificado los dos principales instrumentos internacionales para la protección de los refugiados. Se trata del tratado mundial sobre refugiados, de 1951, y del Protocolo para el estatuto de los Refugiados, de 1967.

Millones de afganos residen en Pakistán, algunos desde 1979, cuando los soviéticos invadieron su país. En India, los refugiados son cerca de 250.000, y entre ellos figuran 98.000 tibetanos que huyeron de la intervención del gobierno central de China en esa región autónoma, a fines de los años 50.

También se cuentan en India 66.000 tamiles de Sri Lanka, 43.000 miembros de la etnia chakma, de Bangladesh, y 19.000 afganos.

En Nepal hay 90.000 refugiados procedentes de Bhután, que a principios de esta década escaparon de la persecución étnica, y todavía se encuentran en Bangladesh 24.000 de los 250.000 rohingyas que abandonaron Birmania en los años 70.

La falta de legislación específica en materia de asilo dio lugar en varios casos a la detención de refugiados en el país al que huyeron. En efecto, están subordinados a las leyes comunes de inmigración, que exige disponer de pasaporte u otro documento de viaje, un un requisito que muchos de ellos no pueden cumplir.

El problema no debe ser respondido por el país huésped con obstáculos para el ingreso de extranjeros perseguidos, sino que es necesario equilibrar, con enfoque humanitario, los derechos de los refugiados con los intereses del estado al que éstos llegan, explicó Khan.

Los refugiados no tienen garantías de protección en Asia meridional. Un ejemplo es la situación de los chakmas establecidos en India, que en marzo comenzaron a volver a su hogar en el sudoriente de Bangladesh, de donde huyeron hace 20 años.

Los refugiados chakmas fueron hace pocos años blanco de ataques de la población del noreste de India, que pretendía expulsarlos, sin que el gobierno interviniera.

Finalmente, la Corte Suprema de Justicia de India dictaminó, a pedido de los chakmas, que las autoridades "están obligadas a proteger la vida y la libertad individual de todos los seres humanos, ya se trate de ciudadanos (indios) o de otra procedencia".

Las decisiones en materia de refugiados obedecen en Asia meridional a "las soluciones políticas alcanzadas en negociaciones bilaterales entre el país huésped y el de origen", señaló P.N. Bhagwati, ex presidente de la Corte Suprema de Justicia de India.

Ese mecanismo ha funcionado adecuadamente en algunos casos, aunque vuelve incierto el destino tanto de quienes buscan asilo como de aquellos que pretenden retornar a su país, advirtió Bhagwati. (FIN/IPS/tra-en/mu/an/ff/pr/97

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