PANAMA: Cultura kuna transita por Internet

Luego de permanencer oculta en la milenaria cultura kuna de Panamá, la colorida mola que adorna la vestimenta de las mujeres de ese pueblo indígena viaja por la moderna red informática Internet en la era de la globalización.

La leyenda kuna relata que Kikardiryai, hermana del profeta Ibeorgun, vino del cielo y de las estrellas para enseñar a las mujeres de la tribu a confeccionar la mola para adornar sus descoloridos atuendos.

Cosidas con la técnica del aplique invertido sobre telas superpuestas de diferentes colores, la mola permaneció durante miles de años semioculta a los ojos occidentales.

La comercialización de esa prenda en Panamá y Estados Unidos comenzó hace 30 años, cuando unas 2.000 mujeres kunas decidieron organizar una cooperativa para confeccionar la mola con fines lucrativos para contribuir a la economía familiar y de su región autónoma.

Flordelina Denis, gerente de la Cooperativa de Productoras de Mola de Kuna Yala, dijo a IPS que en el ingreso a la página de Internet "hubo una comunidad de intereses" entre los kunas, un antiguo cliente de Estados Unidos y una organización no gubernamental que apoya a los artesanos de América Latina.

La operación es costeada por el distribuidor en Estados Unidos Raúl Cisneros y la fundación estadounidense PEOPLink, encargados de pagar la confección de la página y el costo de tránsito en Internet.

A cambio de ello, PEOPLink recibe 30 por ciento de comisión cuando comercializa las molas, mientras que Cisneros se queda con la diferencia entre un precio especial que recibe de la cooperativa y la utilidad obtenida por la venta del producto en Estados Unidos.

Como en la página de Internet también aparece una dirección de la Cooperativa, cuando la venta se realiza directamente por las mujeres kunas el monto total queda para ellas, explicó Denis.

La Cooperativa de Productoras de Mola de Kuna Yala tiene actualmente ventas totales por unos 100.000 dólares anuales, de los cuales unos 35.000 dólares corresponden a las realizadas en el exterior.

Pero la Cooperativa no es el único grupo organizado para confeccionar y comercializar la mola existente en el país.

Unos 10 grupos kunas venden sus productos en el estatal Mercado Nacional de Artesanía de Panamá la Vieja y otros sitios de interés turístico del país, dijo Denis, pero ellos son los únicos que anuncian en Internet. Esto abrió la posibilidad de expandir la comercialización de molas a Europa y Asia.

Denis advirtió que el próximo paso es establecer un mecanismo para evitar "la mercantilización de la mola".

La confección colectiva de las molas en 14 comunidades de la región de Kuna Yala, localizada en el caribeño archipiélago de San Blas, cerca de la frontera con Colombia, "promueve el contacto social entre las mujeres kunas y ayuda a mantener la calidad y la pureza de la mola", señaló Denis.

Al mismo tiempo, la venta del producto constituye una parte muy importante de los ingresos obtenidos por los hogares kunas.

Las llamativas y coloridas figuras geométricas aplicadas en tela sobre tela que confeccionan las mujeres kunas representan generalmente escenas mitológicas sobre la creación del mundo y sobre la flora y la fauna de la región donde habitan los indígenas.

Sin embargo, Denis advirtió que en la medida en que aumenten las perspectivas de venta masiva puede surgir la tentación de anteponer el lucro material a la parte mítica de la mola.

Por este motivo, la Cooperativa realiza seminarios con las asociadas "destinados a conservar la riqueza cultural de la mola" y a evitar que el afan de lucro conspire contra la calidad y belleza de la artesanía tradicional kuna.

No obstante ello, Denis afirmó que la mola es un producto único en el mundo y que su pueblo, constituido por unas 35.000 personas, tiene derecho a sacar ventaja de su comercialización en el mercado mundial.

Los kunas obtenían tradicionalmente sus alimentos de la pesca y la agricultura de subsistencia. Pero el agotamiento de los recursos marinos y la tierra los ha obligado a apelar a la venta de artesanías y objetos del arte religioso de la etnia para poder sobrevivir.

Las molas, que también se usan como tapices, son adheridas a la parte frontal de la bluza que compone la vestimenta de la mujer kuna, junto a un envoltorio de tela que actúa como falda (saburet) y otros adornos de oro y de cuentas o semillas.

El pañuelo (wusme), brazaletes de cuentas en los brazos y los tobillos (winis), y argollas de oro en la nariz y las orejas complementan la colorida y llamativa vestimenta de la mujer kuna. (FIN/IPS/sh/ag/pr-cr/97

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