Unas 20.000 mujeres de siete países participarán este año de una rigurosa investigación médica en el marco de un esfuerzo mundial por acabar con una de las principales causas de muerte materna: la hemorragia posparto.
Irónicamente, la medicina moderna logró prevenir esta afección en los países industrializados hace unos 60 años, pero en el mundo en desarrollo, más de 300 mujeres se desangran cada día hasta morir debido a complicaciones del parto.
Ahora, los científicos habrían descubierto un instrumento eficaz y de bajo costo para reducir el número de víctimas: una simple tableta que podría detener la hemorragia, y que será probada en la investigación médica que coordinará la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El padecimiento se denomina hemorragia posparto, y ataca en forma impredecible en la última etapa del trabajo de parto, es decir, inmediatamente después del nacimiento del niño.
En la etapa final de la gestación, unos 700 mililitros de sangre pasan cada minuto por los numerosos vasos sanguíneos del útero. Si este órgano no se contrae luego de la expulsión del feto, los vasos pueden sangrar como una canilla abierta, causando a menudo la muerte o alguna discapacidad permanente.
"Una mujer puede desangrarse en media hora", explicó Metin Gulmezoglu, médico obstetra del Centro Cochrane, un instituto de investigación clínica de Oxford, Gran Bretaña.
"Si uno no se anticipa al problema, a veces simplemente descubre un charco de sangre bajo la paciente, ve que su color cambia y se desmaya", agregó.
Aun si la mujer sobrevive, puede sufrir un grave daño al cerebro o los riñones debido a la falta de oxigenación de estos órganos.
"Cualquier mujer que dé a luz puede sufrir una hemorragia posparto que ponga en peligro su vida", afirmó Mahmoud Fathalla, presidente de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia y ex director del programa de investigación de la OMS sobre reproducción humana.
Desde la década de 1930, los médicos occidentales pueden prevenir la afección inyectando a las mujeres oxitocina (una hormona sintética) en la última etapa del trabajo de parto.
La sustancia hace contraer los músculos del útero, de modo que sus vasos sanguíneos se cierran. Pero la droga no está disponible para millones de mujeres del mundo en desarrollo, ya que debe ser almacenada en un lugar oscuro y frío, lo cual no siempre es posible en los países pobres.
Además, las instituciones de salud de muchas naciones en desarrollo se concentran en los centros urbanos. En Africa, por ejemplo, entre 50 y 75 por ciento de los médicos trabajan en ciudades o localidades.
Una investigación de la OMS demostró que una gran proporción de los nacimientos de los países pobres ocurren fuera de clínicas u hospitales, donde una simple tableta podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Según el informe anual de 1996 de la OMS, la proporción de "partos institucionales" en las naciones en desarrollo puede ser tan baja como de uno por ciento en Bhután, dos por ciento en Bangladesh, 10 por ciento en Etiopía, 15 por ciento en Níger y 20 por ciento en Gabón.
En contraste, 99 por ciento de los nacimientos en países industrializados tienen lugar en un ámbito institucional.
Fue este conocimiento de primera mano sobre el problema lo que estimuló al investigador egipcio Hazem El-Refay y sus colegas del Hospital Universitario de Londres a procurar una solución.
El-Refay sabía por sus estudios previos que el misoprostol, un medicamente antiulceroso, provoca contracciones del útero, y pensó que podría ayudar a detener la hemorragia posparto. En marzo de este año, él y sus colegas publicaron la primera prueba preliminar de la certeza de sus suposiciones.
En un estudio publicado en la Revista Británica de Obstetricia y Ginecología, El-Refay demostró que la hemorragia posparto ocurrió en sólo seis por ciento de 230 mujeres que dieron a luz en el Hospital y a quienes se administró misoprostol por vía oral inmediatamente después de la expulsión.
La proporción es comparable a la de las pacientes que reciben inyecciones convencionales.
El-Refaey espera ahora que las mujeres del mundo en desarrollo puedan beneficiarse del misoprostol. "Siento que, debido a mi procedencia, tengo una obligación para con las mujeres de países pobres", expresó.
"Cada mujer que da a luz está en riesgo y debe tener acceso a cuidados inmediatos", destacó Fathalla. "La buena noticia es que con medidas tempranas y eficaces ninguna mujer tendría que morir debido a esta terrible complicación", agregó.
En principio, el misoprostol posee varias ventajas sobre las inyecciones, explicó el médico: el químicamente estable, de modo que no se deteriora por malas condiciones de almacenamiento; es fácil de administrar, y es más seguro en los países donde escasean los equipos estériles de inyección. Además, cuesta sólo un dólar por tratamiento.
Pero El-Refaey advirtió que aún no hay evidencias firmes de que la droga pueda utilizarse como alternativa a las inyecciones.
El pequeño estudio realizado en Londres no comparó directamente las dos formas de tratamiento ni fue "ciego", es decir que los doctores sabían qué tratamiento recibían las mujeres, y esto puedo haber influido en su interpretación de los resultados.
La verdadera prueba de la tableta será una investigación coordinada por la OMS con la participación de mujeres de China, Sudáfrica, Argentina, Nigeria, Egipto, Irlanda y Gran Bretaña, que comenzará en julio y tendrá un año de duración.
Cada mujer recibirá en el parto una inyección y una tableta, pero una de ambas será un placebo. Como ni las parteras ni las pacientes saben cuál de las drogas es la verdadera, se prevé que la prueba será objetiva, explicó José Villar, un obstetra de la OMS.
Los médicos involucrados confían en que la investigación será exitosa, pero todos concuerdan en que, además de una píldora, se necesita personal de salud capacitado, sistemas rápidos de transporte de emergencia y buenos servicios obstétricos para que un parto sea seguro.
"Sobre todo, necesitamos el compromiso hacia el derecho de la mujer a la vida, así como decisiones políticas y financieras que denoten que vale la pena salvar la vida de una madre", destacó Fathalla. (FIN/PANOS/tra-en/pb/dds/ml/he-pr/97) —— (*) IPS pone a disposición de sus suscriptores este material por un acuerdo de distribución con la institución internacional de comunicación Panos Features, de Londres