En la visita que realizará la próxima semana a México el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, habrá elementos sin precedentes, como la anunciada reunión con líderes opositores, lo que anuncia una inflexión en la relación bilateral, según los analistas.
Por primera vez un presidente de Estados Unidos pidió reunirse con líderes de las dos principales partidos opositores -el derechista Acción Nacional (PAN) y el centroizquierdista de la Revolución Democrática (PRD)- y no sólo con el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Este nuevo elemento, que según el portavoz de la organización no gubernamental Aliana Cívica, Sergio Aguayo, demuestra el fin del "apoyo acrítico de Estados Unidos hacia el PRI", aparece complementado por las exhortaciones de funcionarios de los dos países a abandonar el lenguaje de recriminaciones mutuas.
Como nunca antes, para la visita que realizará Clinton a México se preparó una agenda de tres días -lunes a miércoles- y una estadía en la capital que no se había dado desde 1979, año en el ex presidente James Carter se reunió con su homólogo José López Portillo.
La cancillería mexicana anunció la firma de siete acuerdos bilaterales durante la visita de Clinton en materias como narcotráfico, migración, medio ambiente y cooperación fronteriza.
"Veremos si más allá del escenario diplomático inmediato, las relaciones entre Estados Unidos y México caminan hacia un cambio", señaló Jorge Chabat, director del Centro de Investigación y Docencia Económica.
Las relaciones entre los dos países, que comparten una frontera de 3.200 kilómetros, pasaron los últimos meses por tensiones debido al proceso de certificación por los esfuerzos en la lucha antidrogas que realiza Washington y la entrada en vigor de nuevas normas migratorias en Estados Unidos.
Washington ha lanzado señales de que su política hacia México está cambiando y ahora parece romper con su tradicional política de apoyar a toda costa al PRI, dijo Aguayo.
El analista Enrique Quintana opina que las entrevistas que tendrá Clinton con los líderes del PAN y el PRD ilustran la importancia que por vez primera Washington da a la oposición en México.
En las últimas semanas, funcionarios y políticos de Estados Unidos se pronunciaron por modificar el proceso de certificación antidrogas, que cada año depierta tensiones, y reconocieron que el gobierno del presidente Ernesto Zedillo hace esfuerzos importantes en favor de la democracia y contra el narcotráfico.
El encuentro que tendrán la próxima semana Clinton y Zedillo, el número 54 en los últimos 88 años entre mandatarios de los dos países, se cumplirá a siglo y medio de que México, tras perder una guerra con Estados Unidos, entregó la mitad de su territorio al poderoso vecino del norte.
Organizaciones de estudiantes universitarios anunciaron que realizarán la semana próxima marchas por las calles de la capital para recordar la "fatídica fecha de la entrega de territorio" y protestar por la presencia de Clinton.
El gobierno mexicano definió un plan especial de seguridad junto con los miembros de la embajada de Estados Unidos.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, llegará a México junto con otros funcionarios el domingo en la noche. El lunes, 24 miembros de los gabinetes de los dos países preparán en el marco de la XIV reunión de la comisión binacional los documentos que firmarán los presidentes. (FIN/IPS/dc/ag/ip/97