El rechazo a la construcción de un asentamiento judío en un barrio árabe cercano a Jerusalén oriental unió a los estados del Golfo y dio a Irán la oportunidad de remendar sus relaciones con sus hostiles vecinos.
El presidente de Irán, Ali Akbar Hashemi Rafsanjani, peregrinará a La Meca a fines de mes y aprovechará la ocasión para convertirse en el primer gobernante de su país que visita Arabia Saudita de forma oficial en 20 años.
La agencia oficial de noticias de Irán, Irna, informó la semana pasada que el príncipe saudita Abdullah Bin Abdel Aziz planea, a su vez, asistir a la cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica en Teherán (OIC), que se celebrará en diciembre.
Ambos países firmaron el domingo un acuerdo que amplía la cooperación bilateral en materia aeronáutica y permite la realización de vuelos directos por primera vez desde el triunfo de la revolución islámica en Irán en 1979.
También el domingo, los 22 ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Arabe resolvieron el congelamiento de sus vínculos con Israel y el cierre de sus oficinas de intereses en ese país.
Los estados árabes acusaron a Israel de poner fin al proceso de paz en Medio Oriente con su decisión de construir un nuevo vecindario judío en Jerusalén oriental.
El gobierno de Benjamin Netanyahu dispuso la construcción de 6.500 viviendas para colonos judíos en la zona denominada Har Homa por Israel y Jabal Abu Ghoneim por los árabes. Según los palestinos, la medida tiene la finalidad de desdibujar la identidad árabe de Jerusalén.
El ministro de Relaciones Exteriores de Qatar, Hamad bin Jabr Al-Thani, adelantó que su país estaba dispuesto a cerrar su misión comercial en Israel.
Irán también intentó cerrar filas con Emiratos Arabes Unidos, su vecino más cercano en el Golfo con el cual tiene una disputa sobre tres islas ubicadas en el estratégico estrecho de Hormuz.
Emiratos Arabes Unidos, molesto por la ocupación de las islas por parte de Irán, mantiene, sin embargo, fuertes relaciones comerciales con su poderoso vecino shiíta, y también se resiste a establecer relaciones normales con Israel.
El presidente de Emiratos Arabes Unidos, Sheikh Zayed bin Sultan Al Nahyan, dijo esta semana que Israel debe cambiar sus actitudes, abandonar su política sobre los asentamientos y respetar los acuerdos de paz firmados con los palestinos.
Este país del Golfo anunció el envío de una "delegación de caridad" a Cisjordania y Gaza con tres millones de dólares en alimento y medicinas.
El jefe de gobierno de Sharjah, el tercero de los emiratos, Sheikh Sultan bin Mohammed Al-Qasseimi, anunció el 29 de abril que donaría un millón de dólares a la Autoridad Nacional Palestina para la construcción de un orfanato y la ampliación del hospital Al-Ahli, en Hebrón.
Los palestinos aspiran a que Israel les entrege Jerusalén oriental, capturada en la guerra de los Seis Días en 1967, para establecer allí su capital, pero el gobierno de Netanyahu insiste en que la ciudad no será dividida.
Los estados del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) acusaron el 26 de abril a Israel de "políticas irresponsables y acciones ilegales" y anunciaron que están preparados para mejorar sus relaciones con Irán.
Esta declaración fue emitida tras las recientes gestiones diplomáticas del ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Alí Akbar Velayati.
"Los países del CCG están prontos para reaccionar de forma favorable y trabajar con seriedad para construir la confianza y colocar las relaciones entre las dos partes en el carril adecuado", según la declaración emitida al final de dos días de deliberaciones.
El CCG nuclea a Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos, Qatar, Omán, Bahrain y Kuwait.
Velayati visitó Arabia Saudita el mes pasado y se convirtó así en el primer integrante del gobierno de su país recibido en forma oficial por el reino desde 1993, luego de años de tensión entre los dos mayores exportadores de petróleo del planeta.
Qatar y Omán estableceieron relaciones diplomáticas con Israel en 1993, apenas se firmó el acuerdo de paz entre ese país y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Oslo.
Pero las gestiones tendentes al establecimiento de vínculos diplomáticos plenos entre Israel y los países árabes se frenaron con la sucesión de conflictos entre la Autoridad Nacional Palestina y el gobierno de Netanyahu.
Israel posee misiones comerciales en los dos países y Omán abrió una representación en Tel Aviv. Pero ambos países del Golfo han congelado sus relaciones con el estado judío.
Netanyahu atribuyó las gestiones de Irán en el Golfo a su presunta intención de desplegar en la zona misiles balísticos que apuntarían hacia Estados Unidos.
El gobernante israelí acusó a Teherán de adquirir misiles con tecnología rusa. (FIN/IPS/tra-en/am/an/mj/ip/97