El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, prohibió hoy toda nueva inversión de empresas estadounidenses en Birmania, cediendo a la creciente presión de grupos de derechos humanos y del Congreso.
Al anunciar la medida, la secretaria de Estado Madeleine Albright dijo que Washington presionará a otros gobiernos a tomar medidas similares para persuadir al régimen militar de Birmania de iniciar un diálogo con su oposición demócrata, encabezada por la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi e integrada por minorías étnicas.
"La decisión hará entender a los militares que no podrán atraer las inversiones que anhelan a menos que comiencen un diálogo auténtico con su propio pueblo", subrayó Albright.
Aunque los términos precisos de la prohibición aún no fueron revelados, algunos funcionarios explicaron que no afectará los contratos existentes, para alivio de Unocal Corporation, una compañía de gas natural y petróleo con sede en California.
Unocal tiene una participación de 28 por ciento en un proyecto de 1.200 millones de dólares para construir y operar un gasoducto que iría desde un yacimiento off-shore de Yadana hasta Tailandia, pasando por Birmania.
"Creemos que la medida no afectará nuestra actual participación en el proyecto Yadana", dijo a IPS Barry Lane, portavoz de Unocal, aunque se manifestó "muy decepcionado" con la decisión de Clinton.
"Históricamente, las sanciones unilaterales no han resultado eficaces", dijo el portavoz, y opinó que "el compromiso económico, y no el aislamiento, es la mejor forma de promover cambios positivos en países como Birmania".
Otras dos empresas petroleras estadounidenses podrían verse perjudicadas. Texaco, que el pasado octubre firmó un memorando de entendimiento para suministrar gas birmano a Tailandia, podría encontrar obstáculos en sus planes, al igual que Atlantic- Richfield Company, que recientemente descubrió nuevos depósitos de gas.
Portavoces de ambas compañías dijeron que esperarán a ver la redacción de la orden presidencial antes de realizar comentarios. "Texaco se sujetará a la ley de Estados Unidos", declaró Yorick Fonseca, portavoz de la empresa.
Aunque las inversiones de Estados Unidos figuran en cuarto lugar en Birmania, la industria estadounidense del gas y el petróleo representa dos tercios de toda la inversión extranjera en ese país asiático.
La decisión de este martes fue adoptada de acuerdo con una ley aprobada el pasado julio que exige a Clinton la prohibición de nuevas inversiones estadounidenses en Birmania si entiende que el régimen militar perjudicó a Suu Kyi o "reprime en gran escala" a su oposición demócrata.
La misma ley otorga al presidente la facultad (invocada el pasada octubre) de negar visas a los miembros del Consejo Estatal para la Restauración de la Ley y el Orden, a sus familias y algunos de sus defensores.
Desde entonces, Amnistía Internacional denunció que la junta militar birmana detuvo por motivos políticos a 2.000 personas el año pasado, convirtiendo a 1996 en "el año de mayor represión desde 1988", cuando cientos de personas fueron asesinadas durante y después del golpe de Estado.
El Departamento de Estado, que en su informe anual sobre los derechos humanos admitió que la represión del gobierno de Birmania empeoró durante 1996, concluyó en una investigación interna del pasado diciembre que ya se cumplieron las condiciones para la imposición de la prohibición.
Pero el gobierno demoró casi cuatro meses en tomar una decisión final, en gran parte debido a una intensa campaña montada por Unocal y la oposición general a las sanciones unilaterales del Departamento de Comercio y la oficina del Representante Comercial.
La semana pasada, no obstante, el senador Mitch McConnell, presidente del Subcomité de Operaciones Exteriores, dijo que pronto introduciría nueva legislación que impusiera una prohibición inmediata, con o sin la aprobación de Clinton.
La presión sobre el gobierno no se limitó al Congreso. Las campañas de organizaciones de base para que jurisdicciones locales y estatales actuaran para imponer leyes de "compra selectiva" contra las empresas que negociaran con Birmania se multiplicaron en los últimos dos años.
Estas leyes, que fueron adoptadas por San Francisco y alrededor de una docena de otros pueblos y ciudades, y el estado de Massachusetts, prohíben a gobiernos locales hacer negocios con estas empresas.
Connecticut, la ciudad de Nueva York, y al menos una docena de otras ciudades adoptarían medidas similares en los próximos meses y semanas.
Las medidas promovieron un éxodo de compañías estadounidenses desde Birmania en los últimos dos años, entre ellas PepsiCo, Levi Strauss and Co., Eddie Bauer, Motorola, Hewlett-Packard, Walt Disney, Eastman Kodak.
Activistas creen que la decisión de Clinton no detendrá la campaña de sanciones. "Creo que realmente desatará nuevas acciones a nivel local", dijo Mike Jendrzejczyk, director en Washington de Human Rigths Watch/Asia.
La decisión de Clinton, asimismo, aumentaría la presión sobre la Unión Europea (UE) para que adopte medidas similares, dijo Simon Billennesss, de la Franklin Research and Development Corporation en Boston.
A diferencia de su oposición a las sanciones de Estados Unidos contra Cuba, Irán y Libia, la UE en general ha respaldado las acciones de Washington contra la junta militar.
Cuando Clinton prohibió las visas a miembros y simpatizantes de la junta militar birmana, la UE hizo lo mismo, y, en febrero, Bruselas canceló la mayoría de las preferencias comerciales con Birmania.
Pero autoridades estadounidenses no creen que obtendrán apoyo similar de los vecinos asiáticos de Birmania, incluyendo a Japón, que ha presionado contra las sanciones de la Casa Blanca.
A pesar de apelaciones desde Washington para aislar a los militares, es posible que la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) invite este año a Birmania.
Haciéndose eco de los argumentos de Unocal, ASEAN afirma que la participación económica es la mejor forma de promover las reformas en el país asiático. (FIN/IPS/tra-en/jl/ml-lp/ip-hd-if/97