El agua y el az# car no son buena mezcla, al menos en el café. La muestra está en los ríos de Costa Rica, principales recipientes durante años de las aguas residuales de la industria cafetalera y víctimas de la contaminación que estas producen.
Las aguas residuales del beneficiado del café, compuestas básicamente por el líquido y azúcares, causan el 60 por ciento de la contaminación que sufre la mayoría de los ríos de Costa Rica.
Alguna presión internacional y de las propias comunidades, convenció hace cuatro años a los empresarios de iniciar un plan voluntario para lograr que el café, principal producto de exportación del pais, no contamine los ríos y marche por la ruta del desarrollo sostenible.
A diferencia de países como Brasil, donde se utiliza un proceso en seco que produce menor contaminación, en Costa Rica los beneficiadores prefieren utilizar agua a la hora de separar la pulpa de la semilla.
Al entrar en contacto con el agua, la pulpa y las mieles que rodean la semilla se liberan y producen una contaminación orgánica con una demanda muy alta de oxígeno. Al agotarse el oxígeno de los ríos desaparece cualquier vida y se producen las bacterias anaerobias.
El agua contaminada no puede usarse para actividades agrícolas ni la cría de peces en estanque. Tampoco para proyectos turísticos.
Es así como Costa Rica, con una producción anual de 3,5 millones de sacos de café de 46 kilogramos de reconocida buena calidad, se enfrenta al reto de seguir produciéndolo sin contaminar el agua empleada en el beneficiado húmedo, señaló Rolando Vásquez, jefe del proyecto iniciado hace cuatro años.
Antes de 1992, beneficiar una fanega de café (46 kilogramos de café verde) provocaba una contaminación equivalente a la que producen 250 personas por día.
Por ese motivo, los beneficiadores iniciaron el programa voluntario, compuesto básicamente por dos tipos de acciones encaminadas a modificar el proceso para bajar la contaminación y para descontaminar las aguas residuales.
Vásquez explicó que la primera etapa consistió en cambiar el sistema de transporte de la pulpa del café hacia fuera del beneficio. Antes se hacía con un chorro de agua, pero ahora fue sustituido por bandas de hule.
Esta sencilla medida permite una reducción significativa de agua. Antes de 1992 se usaban 4.000 litros para beneficiar una fanega de café y ahora la meta es utilizar sólo mil litros.
En este momento, las 92 plantas beneficiadoras que existen en Costa Rica adoptó el llamado tamiz trapezoidal fino, que sirve para impedir el paso de sólidos al agua.
Las partículas menores que alcanzan a pasar por el cedazo van a dar a tanques sedimentadores y, de ahí, a una laguna de lodos, donde se disuelven para después pasar al proceso biológico en las lagunas anaerobias, donde las bacterias se encargan de eliminar los contaminantes.
Vásquez explicó que 30 por ciento de los beneficios tiene ya lagunas anaerobias, que constituyen el sistema de tratamiento final, y que está previsto que todos tengan para la cosecha 1997- 98.
Una vez tratadas, las aguas son vertidas a los ríos, pero con un grado de contaminación muy inferior. Por ejemplo, antes de 1992 una fanega de café generaba entre 15 y 18 kilogramos de Demanda Química de Oxígeno (DQO), pero para la cosecha 1997-98 se calcula que no superará los dos kilogramos.
La DQO es la cantidad total de oxígeno que consume una sustancia determinada para su descomposición. Si, como sucede en Costa Rica, esos contaminantes van a dar a los ríos en verano, cuando el caudal es bajo, esa demanda no deja oxígeno para que sobrevivan los peces.
Vásquez señaló que con la adopción de un sistema de tratamiento de aguas residuales como el diseñado se espera reducir la contaminación provocada por el beneficiado de café en 80 por ciento.
En forma paralela, los beneficios han adoptado una mejor disposición de la pulpa y están fabricando con ella abono orgánico.
En todo el pais se producen 350.000 toneladas de pulpa que supondrían una producción cercana a las 87.000 toneladas de abono, con lo cual se le devolverían al cafetal 780 kilogramos de abono orgánico a cada una de las 115.000 hectáreas de café.
El proyecto, debido a su importancia, fue incluido en los primeros lugares en el listado de iniciativas a favor del ambiente, ejecutadas con posterioridad a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en Río de Janeiro en 1992.
La iniciativa de los empresarios fue incluida en los informes de Costa Rica para la Conferencia Río más Cinco, que se realizó en marzo en Brasil. (FIN/IPS/mso/ag/en/97