El sonido de los tambores atravesó hoy el Palacio del Congreso en la capital de Angola, donde jefes de estado y altos funcionarios extranjeros presenciaban el fin de un proceso de paz que en dos años y medio acabó con dos decenios de guerra.
Las celebridades acudieron a Luanda para la inauguración del "gobierno de reconciliación nacional" en cuyo gabinete figuran cuatro ministros que integran la antigua rebelde Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita).
El nuevo gobierno fue resultado de un acuerdo de reparto de poder entre Unita y el gobernante Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA).
"Esto no es una panacea que resolverá todos nuestros problemas, pero podría ser una contribución definitiva hacia su solución", dijo el presidente de Angola, José Eduardo dos Santos.
La Unita y las fuerzas del gobierno comenzaron su lucha en 1975, cuando esta nación de Africa austral logró la independencia de Portugal.
Una breve paz reinó en 1992, pero Unita se negó a aceptar los resultados de las elecciones celebradas con el patrocinio de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y volvió a tomar las armas.
En noviembre de 1994, ambas partes firmaron un protocolo de paz en Lusaka, Zambia, y desde entonces se desarrolla un proceso de paz que contó con la supervisión de más de 6.000 funcionarios contratados por la ONU.
Un aspecto crucial del acuerdo fue el compromiso a la constitución de un gobierno de unidad, lo cual insumió dos años de negociaciones.
Jonas Savimbi, líder de la Unita, no asistió a la ceremonia del viernes. Fuentes cercanas al dirigente afirmaron que su permanencia en sus cuarteles en la ciudad de Bailundo se debió, entre otras, a razones de seguridad.
"La historia de nuestro país está llena de tristeza. Este es un paso nuevo", dijo, en nombre de Savimbi, el vicepresidente de Unita, Antonio Dembo.
Angola aún sufre serios problemas y pocos creen que un gobierno de unidad nacional los resuelva por sí solo. Las cuestiones de seguridad constituyen una gran preocupación para los funcionarios en Luanda.
Los diplomáticos afirman que Unita mantiene gran parte de su poder militar a pesar de la desmovilización de las antiguas guerrillas, cuyo comienzo está previsto para este sábado.
Además, millones de minas sembradas en todo el territorio del país aún cobran víctimas fatales cada día.
De todos modos, los angoleños dejaron a un lado sus preocupaciones este viernes.
"Ahora tengo una responsabilidad con todo el país. Estoy decidido a trabajar con mis nuevos compañeros para que Angola conquiste, esta vez, una paz duradera", dijo el nuevo ministro de Hoteles y Turismo, Jorge Valentim, quien pertenece a la Unita.
Fuera del Congreso, los angoleños se arremolinaban para ver, aunque sea a lo lejos, a los 13 jefes de estado extranjeros que asistieron a la ceremonia, ente ellos el sudafricano Nelson Mandela y Robert Migabe, de Zimbabwe.
"Hemos esperado largo tiempo para alcanzar la paz, pero siento que ya ha llegado. Nos sentimos seguros. No creo que debamos temer por lo que hará Unita de ahora en adelante. No tememos que haya otra guerra", dijo José López, de 17 años. (FIN/IPS/tra- en/lm/kb/mj/ip/97