Cien personalidades de América del Norte, del Sur y del Caribe solicitaron a Estados Unidos el abandono de su política unilateral hacia Cuba y contra el narcotráfico y que acelere el proceso de liberalización comercial en el continente.
El grupo, reunido por la organización Diálogo Interamericano (IAD), con sede en Washington, también advirtió que el avance hacia la consolidación de la democracia y la creación de fuertes economías de mercado en la zona están amenazados por el lento crecimiento, la debilidad de las instituciones y la pobreza y la desigualdad.
"No hay nada más importante para el futuro de América Latina que la lucha contra la pobreza y contra la injusticia social. La persistente crisis económica podría minar la credibilidad de los gobiernos democráticos que intentan implementar políticas sanas", declaró IAD en un informe publicado este miércoles.
El informe fue respaldado por todos los participantes en el grupo, entre los que se cuentan los ex presidentes Raúl Alfonsín, de Argentina, Oscar Arias, de Costa Rica, Osvaldo Hurtado, de Ecuador, Nicolás Ardito Barletta, de Panamá y Jimmy Carter, de Estados Unidos.
También firmaron el documento Javier Pérez de Cuéllar, ex secretario general de la Organización de Naciones Unidas, el escritor peruano Mario Vargas Llosa y el ex ministro chileno Alejandro Foxley.
Y junto a ellos, Barbara McDougall, ex canciller de Canadá, Carla Hills, que fue representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Brent Scowcroft, ex asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, y Cyrus Vance, que se desempeñó como secretario de estado de Estados Unidos.
El informe de 26 páginas, divulgado en vísperas del primer viaje del presidente estadounidense Bill Clinton al caribe y a América Latina, está dirigido a Estados Unidos como la nación más poderosa de la región.
Los firmantes solicitaron a Clinton "un esfuerzo supremo para asegurar su autoridad de vía rápida", de modo de asegurar su "credibilidad" en las negociaciones de libre comercio con países latinoamericanos.
Asimismo, instaron a Washington a renunciar al carácter "unilateral" y "coercitivo" de sus políticas respecto de Cuba y el tráfico de drogas.
Pese a la mayoritaria oposición del continente americano, Washington mantiene un embargo comercial contra Cuba desde hace 35 años.
En 1996 promulgó la ley Helms-Burton, que permite a los antiguos titulares estadounidenses de bienes confiscados por el gobierno cubano demandar a las empresas extranjeras que operen con esas propiedades.
Clinton no aplicó todavía ese capítulo de la ley Helms-Burton, que es resistido por los principales aliados de Estados Unidos en Europa y América.
El gobierno estadounidense "debe reconocer" el aislamiento de su política hacia Cuba y estar dispuesto "a realizar consultas y moderar su enfoque inflexible", se consignó en el informe. (sigue