El gobierno de Estados Unidos y varios legisladores están dedicados a promover una ley que impulsará las relaciones con Africa, en especial en materia comercial, tras un pasado de guerra fría y un presente de crisis económica.
Las comisiones del Congreso en Washington comenzarán a discutir el día 29 iniciativas de impulso al comercio, que hoy es superavitario para Africa. El principal promotor de esas leyes es el representante del gobernante Partido Demócrata por el estado de Washington Jim McDermott.
"Africa es mucho más que Zaire y Liberia", dijo McDermott, para quien la ley será, de ser aprobada, una señal del rechazo de Washington al extendido estereotipo del continente como mero escenario de crisis humanitarias.
Las inversiones directas de Estados Unidos en Africa han obtenido persistentemente un lucro superior a las radicadas en cualquier otra parte del planeta. Entre 1990 y 1994, la tasa de retorno triplicó el promedio mundial, de acuerdo con empresas del país norteamericano.
Si resulta aprobada, la ley reanimaría la estrategia establecida por el gobierno de Bill Clinton, que consiste en vincular el establecimiento de una política comercial con la liberalización política y económica de Africa.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin, y la esposa del presidente, Hillary Rodham Clinton, reafirmaron el compromiso del país en estos principios en una conferencia organizada en Washington por el Consejo de Empresas en Africa.
McDermott y los representantes Charles Rangel, demócrata de Nueva York, y Phil Crane, republicano de Illinois, promovieron el año pasado iniciativas legislativas similares a la presentada ahora por Clinton.
Sin embargo, estos proyectos recibieron entonces críticas del gobierno y de diplomáticos africanos, pues proponía la conversión de unos 300 millones de dólares del presupuesto de asistencia de Estados Unidos a fondos de inversión.
En esta oportunidad, los legisladores se apresuraron a establecer que no se retiraría dinero de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), organismo encargado de la asistencia internacional.
Como se la proyecta ahora, la ley ordenaría a la gubernamental Corporación de Inversiones Privadas en el Extranjero (OPIC) la creación en 1998 de un fondo accionario de 150 millones de dólares y otro dirigido a la construcción de infraestructura, dotado de 500 millones de dólares.
De ese modo, se impulsaría la generación de empleo y a las empresarias.
La actual propuesta contiene cuidadosas previsiones sobre las industrias textil y de confecciones de vestimenta, para evitar el previsible enojo de legisladores procedentes de distritos con grandes empresas del sector, como sucedió el año pasado.
La iniciativa mantendría la imposición de cuotas a las importaciones estadounidenses de esos productos de Africa hasta el 2005, cuando estas restricciones comerciales desaparecerán de acuerdo con los acuerdos firmados al fin de la ronda Uruguay.
Las cuotas a las importaciones textiles y de vestimenta que limitan las exportaciones de Kenia y Mauricio se eliminarán una vez que ambos países tomen medidas contra la reexportación de manufacturas que no sean originarias de Africa.
Al mismo tiempo, el proyecto prevé la confección de informes anuales al Congreso sobre el crecimiento de las importaciones textiles y de vestimenta procedentes de Africa, con el objetivo de adoptar medidas ante eventuales amenazas al empleo en Estados Unidos.
La ley obligaría a la Casa Blanca a firmar acuerdos de libre comercio con algunos países africanos antes del 2020, y dispondría el establecimiento de un Foro Económico de Africa y Estados Unidos, similar en su organización y funciones al Foro de Cooperación de Asia y el Pacífico (APEC).
También se crearía un cargo de asistente del representante de Comercio de Estados Unidos específico para la relación con Africa y obligaría a la Junta de Directores del Banco de Exportaciones e Importaciones (Eximbank) a tener un puesto ocupado por un funcionario con experiencia en el sector privado africano.
La expansión de los préstamos, las garantías y los seguros son un reclamo de larga data de compañías estadounidenses que operan en Africa.
Sus representantes, reunidos a puertas cerradas el lunes en la conferencia del Consejo de Empresas en Africa, se quejaron de que "pocos países de la región subsahariana reúnen los requisitos del Eximbank" para los seguros a las inversiones.
Los empresarios estadounidenses que procuran acceder al mercado africano están en desventaja frente a británicos y franceses, "que tienen vínculos históricos con sus antiguas colonias y continúan dominando sus mercados", según un documento de trabajo que circuló en la reunión.
Muchos africanos aspiran a romper el dominio anglofrancés para acabar con el elevado déficit comercial crónico con sus antiguas metrópolis, afirmaron en Washington analistas y diplomáticos. En cambio, el comercio con Estados Unidos es superavitario.
En 1996, las exportaciones de Africa a Estados Unidos ascendieron a 15.200 millones de dólares, lo que supuso un aumento de 20 por ciento respecto de 1995. Las importaciones de productos estadounidenses por parte de Africa crecieron apenas 13,5 por ciento, hasta llegar a 6.100 millones de dólares.
La mayor parte de las exportaciones africanas son de materias primas como petróleo crudo. El refinamiento y otros procesos que le agregarían valor y precio se desarrollan en los países compradores.
Funcionarios y ejecutivos africanos afirmaron en Washington que eso es una demostración de la importancia que tiene la inversión directa, lo cual impulsaría los sectores industrial y de servicios.
Dados los altos retornos del pasado, los inversores no deberían preocuparse con los imperativos morales que supone el apoyo al desarrollo de Africa, dijo el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn. Deberían invertir, simplemente, "porque es un buen negocio", afirmó ante los empresarios. (FIN/IPS/tra- en/aa/yjc/mj/if dv/97