VENEZUELA: Pérez lanza movimiento de rescate político

El ex presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez lanza este jueves un Movimiento de Apertura a la Participación Nacional, que pretende impulsar "una nueva forma de hacer política" y la llegada al poder de un nuevo liderazgo.

El dirigente anticipó a corresponsales extranjeros que el movimiento será de corte horizontal y tiene como su primer objetivo las elecciones generales de diciembre de 1998, para las que no tienen candidato y apoyarán la opción que asegure "la renovación política y generacional" venezolana.

El nuevo movimiento representa el enésimo "renacimiento" de una figura determinante en la escena política venezolana desde la instauración del actual período democrático en 1958, que ha pasado por cíclicos hundimientos del peso de su liderazgo.

Pérez, que a sus 73 años se definió como un socialdemócrata apasionado por el cambio y el progreso, es el "ancla" de un heterógeneo grupo de tecnócratas, políticos, académicos y profesionales en torno a la cuarentena, que no tienen espacio en los partidos y varios de los cuales fueron sus ministros.

"Este movimiento no se hace en torno a mí ni para mí", insistió el dirigente, para quien "hay que desterrar el individualismo y el personalismo" de la política.

"Lo que sí quiere es atraer a los jóvenes y dar nueva savia al liderazgo venezolano, para rescatar el país del proceso de desintegración" en que la ha colocado su dirección actual.

"Frente a un país que se disuelve, hay un país que surge", dijo Pérez, para quien la angustia colectiva que une al nuevo colectivo es que 1998 sea la continuidad de un modelo ya muerto y no la emergencia del que necesita Venezuela en el nuevo siglo.

El ex presidente gobernó el país en dos oportunidades (1974-79 y 1989-93) fue expulsado de Acción Democrática (AD) en 1994, cuando comenzó formalmente un proceso en su contra por cargos de desvío de 17,7 millones de dólares de una partida secreta, que lo desolajó del poder un año antes de concluir su mandato.

Pérez estuvo 28 meses bajo arresto, los dos primeros en una cárcel y el resto en su residencia, y fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por el desvío ilegal de los fondos para cooperar con la creación de una policía presidencial en Nicaragua, pero exonerado del cargo de apropiación indebida.

El ex presidente calificó al país como "un jeroglífico", en que no se sabe "ni siquiera quien gobierna y quien está en la oposición", y se ha llegado a una gran degradación de la clase política, donde los partidos tradicionales se han transformado en maquinarias clientelares sin ideología y propuestas.

"Aquí está la oposición, este movimiento va a ser la oposición", precisó, mientras aseguró que al gobierno del democristiano independiente Rafael Caldera "nadie lo quiere, nadie", pero todos desean que cumpla su período quinquenal.

"El gobierno de Caldera, así sea convertido en momia, debe llegar a febrero de 1999", dijó en alusión a la precaria salud que se le adjudica al gobernante de 81 años, que la semana pasada llegó a provocar una ola de rumores sobre su deceso.

"A nadie interesa que por manos de Dios o por manos del hombre" Caldera no culmine su mandato, insistió Pérez, su más acerrimo adversario, porque ello "significaría un nuevo sesgo peligroso para la vigencia de la democracia venezolana".

Pérez presidió un convulso período que puso fin a lo que se ha definido como una "ilusión de armonía" amparada por la bonanza petrolera. Hubo sangrientas protestas días después de su asunción, dos intentonas golpistas en 1992 y su destitución.

El ex gobernante, considerado un líder del Sur durante sus dos gobiernos, dijo que "el modelo de partidos políticos centralistas y cupulares" está en extinción y que "los de Venezuela no se quieren dar cuenta".

Insistió que "los partidos políticos tradicionales no tendrán una figuración importante en el próximo proceso electoral", al contrario de la corriente mayoritaria que indica que 1998 supondrá el retorno al centro de la escena de AD y el partido socialcristiano Copei, desalojados del poder por Caldera.

Pérez precisó que la neutralidad del nuevo movimiento se romperá cuando aparezca en el confuso menú de opciones electorales actual, un hombre o una mujer que encarne las ansias de transformación en la conducción del Estado.

No descartó un eventual apoyo a Claudio Fermín, que fue candidato de AD en 1993 y tras casi ser expulsado por la dirección partidaria, lucha por volver a ser su abanderado.

Pero puntualizó que eso "dependerá de él y de cuanto claudique en un intento destinado al fracaso".

Menos posibilidades dio a Irene Sáez, alcaldesa del municipio capitalino de Chacao y la figura a la que mayor opción le atribuyen las encuestas. Insistió en que para un eventual apoyo, la Miss Universo "debe demostrar que tiene un pensamiento trascendental" en materia de propuestas para el país.

En materia de cargos, dijo que él ya tuvo todos a los que podía aspirar y que sólo buscará a una banca en el Senado, por considerar ilegítimo que se le haya quitado la senaduría vitalicia a la que tienen derecho los ex presidentes, pese a que no perdió sus derechos políticos y la tenía por partida doble.

En materia internacional, Pérez aseguró que el nuevo movimiento será muy activo porque con la globalización se vive "en un mundo común y la tarea es incorporar a Venezuela a ese mundo común". (FIN/IPS/eg/ag/ip/97

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