Las vacas nelore, una raza que por su resistencia al calor abunda en los campos brasileños, podrán incorporarse antes de fin de año al gran rebaño mundial inaugurado por Dolly, la famosa oveja escocesa nacida de una copia genética.
En la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Sao Paulo, un grupo de expertos en reprodución animal trabaja arduamente en la concepción de estas vacas que, como en aquella canción infantil, indudablemente no serán "una vaca cualquiera".
Los científicos, apoyados por la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), tienen todo preparado para comenzar la clonación, una técnica que prescinde de los tradicionales métodos de reproducción, consistente en la unión de espermatozoide y óvulo.
La técnica brasileña es similar a la aplicada con los monos clonados en Oregon, en Estados Unidos, es decir una cópia genética a partir de un embrión.
Para ello el primer procedimiento es similar al de otros métodos de fecundación asistida: la extracción de óvulos de una vaca adulta, seleccionada entre las mejores de su especie.
"Aspiramos los óvulos a través de una ultrasonografía. Luego en el laboratorio retiramos el núcleo del óvulo y allí tendremos óvulos anucleados que servirán de receptores de una célula de otro enbrión que será fertilizado naturalmente o in vitro", dijo a IPS el veterinario José Antonio Visentin.
Visentin, especialista en reproducción animal de la Universidad de Sao Paulo, escogió para la experiencia la raza nelore porque es la que en Brasil da una mayor productividad en materia de carne.
"El objetivo es multiplicar los mejores animales. Para realizar la clonación vamos a escoger las mejores hembras y los mejores machos y a partir de ahí clonar los embriones", agregó.
La conclusión de la experiencia dependerá de la importación de un equipo. Pero según el científico, el laboratorio ya está casi preparado para comenzar la clonación. En una instalación de la Facultad, un grupo de estudiantes arrea a estos cobayas gigantes y las aprisiona en un corral especial no sin cierta resistencia.
Ellas no saben que gracias a su colaboración Brasil estará preparado para contribuir a erradicar uno de los grandes problemas de este país, el hambre.
"El objetivo de la biogenética es el bienestar de la humanidad". subrayó Lilia Tavares, especialista en reproducción animal y clonación.
Podremos hacer la clonación de un animal excepcional, ya sea una vaca lechera o un productor de carne, para conseguir mucha más carne o más leche que si fuera un animal biotecnicamente inferior", añadió.
Visentin, por su parte, señaló que no hay ninguna razón para multiplicar seres humanos, ya que hay demasiada gente, pero en cambio sí se necesitan más animales y plantas para mejorar las condiciones de vida del hombre.
Además de fines alimentarios, la clonación de animales podría dar un invalorable aporte al campo farmacológico.
"Si un animal es productor de alguna sustancia que puede ser aplicada en medicinas para el hombre, podríamos hacer un clon indefinido de ese animal para tener un biotécnico constante", afirmó el especialista.
La posibilidad de hacer copias geneticamente iguales en animales trajo también a Brasil la gran polémica sobre la aplicación de esta tecnología a los seres humanos.
El ministro de Ciencia y Tecnología, José Israel Vargas, desengavetó una ley de bioseguridad que prohíbe la manipulación genética de células humanas.
"Cuando fue desarrollada la técnica de la fecundación in vitro también hubo una gran discusión ética sobre el asunto, pero en ese caso era un método destinado especialmente a la reproducción asistida humana", dijo Luiz Queiroz, investigador del Centro de Recursos Genéticos y Biotecnología de Embrapa.
"En el caso de la clonación no existe ese objetivo", aseguró el experto.
Los científicos brasileños temen que la polémica limite los avances de la ciencia.
"Yo creo que las leyes no deben sabotear a la ciencia. La ciencia descubre, la sociedad es quién va a decidir, probablemente a través de leyes o pautas de comportamiento, si esas técnicas deben ser utilizadas o no", resumió Visentin.
En una hacienda de Campinas, en el estado de Sao Paulo, dos trabajadores arrean unas vacas nelore para que los protagonistas de esta nueva aventura científica puedan ser vistos de cerca.
Las vacas son blancas y sus jorobas se funden en un típico atardecer del campo: un horizonte teñido de colores suaves en donde se pierde un mugido que preconiza el ingreso a un siglo de nuevos y polémicos valores. El toro que las acompaña pronto podría no ser más necesario. (FIN/IPS/ff/ag/sc/97
