El derecho de la mujer a acceder a la salud ha progresado en los últimos años en el planeta pero enfrenta fuertes "obstáculos sistémicos" en los fundamentalismos económico y religioso, concluyó el Encuentro Internacional Mujer y Salud desarrollado en Brasil.
La conferencia, que tuvo lugar en Rio de Janeiro entre los días 16 y 20, contó con la participación de más de 700 personas de 72 países.
Los expertos indicaron que la violencia contra la mujer debe ser tratada como un problema prioritario de salud pública, por sus efectos negativos para la sanidad física y mental del conjunto de la población, informó a IPS una de sus coordinadoras, Eleonora Menicucci de Oliveira.
Este fue el primer encuentro internacional tras la Conferencia de la Mujer, realizada en 1995 en Beijing, que fortalece el "movimiento autónomo, femenista" en favor de un mayor acceso de las mujeres a los servicios de salud, destacó la socióloga y sanitarista de la Escuela Paulista de Medicina en Sao Paulo.
Las grandes conferencias promovidas por Naciones Unidas en esta década, especialmente la de Beijing y la del Cairo, sobre Población y Desarrollo, legitimaron derechos y reclamos cuyo cumplimiento se puede ahora exigir con mayor fuerza a los gobiernos, explicó.
Los principales avances registrados en la reunión de Rio se reflejaron en el reconocimiento de las diferencias que exigen abordajes específicos a los problemas de salud femenina, en los distintos países, regiones o continentes.
Además se incorporaron temas nuevos, como la violencia de género, la salud en el trabajo y la mental, añadió Menicucci.
Pero también se comprobaron retrocesos prácticos, a causa de la "crisis del Estado", que es mundial y determinó la pérdida de conquistas incluso en países ricos, observó Maria Aparecida Schumaker, dirigente de la Red de Defensa de la Especie Humana, una organización no gubernamental (ONG) brasileña.
"La globalización de los sistemas productivos, financieros y de los mercados, las políticas de ajuste estructural y la creciente crisis económica en muchos países viene provocando severos recortes en los presupuestos de servicios públicos de salud", recuerda la declaración final del encuentro.
El "fundamentalismo de mercado", que implica la privatización de servicios, y el resurgimiento de "discursos neomalthusianos", especialmente en Estados Unidos, amenazan los avances logrados en el debate sobre derechos reproductivos y sexuales de las mujeres, añade.
El "fundamentalismo religioso que busca reforzar jerarquías de género" constituye otra gran barrera al movimiento por un mayor acceso de las mujeres a la salud, destaca la declaración, recordando violencias como la mutilación genital practicada en muchos países como consecuencia de la "dominación patriarcal".
El Vaticano sufrió derrotas en las conferencias mundiales, pero mantiene fuerte influencia sobre políticos de muchas naciones.
En países musulmanes incluso agencias de Naciones Unidas se asocian a escuelas conservadoras que disciminan a las niñas.
La falta de perspectiva de género en el diseño de políticas públicas es generalizada, especiamente en salud, criticaron las mujeres presentes en Rio de Janeiro.
Un ejemplo dramático de esa situación son las mujeres africanas afecrtadas de sida. Hay seis mujeres por cada hombre portador del virus, casi todas contaminadas en relaciones sexuales con sus compañeros, reveló Beatrice Were, asistente social ugandesa.
Las viudas contaminadas son calificadas de "asesinas" si se vuelven a casar, a diferencia de los hombres, indicó.
El drama de Uganda, con 1,5 millón de contaminados en una población de 18 millones, incluye a la propia Were, portadora del virus VIH, probablemente transmitido por su marido, que murió de sida hace seis años, y que carece de seguridad de que sus dos hijos no hayan sido contagiados.
El encuentro Mujer y Salud denunció también que los hombres siguen siendo "dueños del cuerpo femenino", con la comprobación de que la ginecología y la obstetricia son áreas dominadas por médicos varones, "aunque no tengan útero" y pese al creciente número de mujeres en la profesión.
Las médicas son relegadas a especializaciones que son "la extensión de las tareas hogareñas", como la pediatría y la fonoaudiología, a raíz de la discriminación ejercida por el poder masculino en las universidades, sostuvo Eleonora de Oliveira.
Transformar el Estado y controlar el sector privado, para una mejor y más integral asistencia a salud de las mujeres, la legalización del aborto y la aplicación de los acuerdos internacionales son algunas recomendaciones aprobadas en el encuentro, que se repetirá dentro de tres años en Canadá. (FIN/IPS/mo/dg/pr-he/97