Un análisis superficial de las empresas que patrocinaron el foro internacional Río más Cinco, finalizado hoy en esta ciudad, provoca al menos una leve sorpresa.
Junto al aporte de la organización no gubernamental (ONG) costarricense Consejo de la Tierra, varias agencias de la ONU y otras ONG de todo el mundo, el encuentro de unos 500 expertos en ambiente debe agradecer a conglomerados como Ford, Fiat, General Motors, la filial brasileña de Xerox y la compañía petrolera Petrobrás, de Brasil.
Para una conferencia que advierte sobre los peligros de niveles "insustentables" de consumo y contaminación, tal patrocinio parece bastante extraño.
En una ironía más, el foro -que produjo una Carta de la Tierra afirmando, entre otras cosas, los derechos de los indígenas- debió enfrentar protestas de grupos autóctonos de Brasil, entre ellos los guaraníes del estado de Paraná.
Parte de la comunidad guaraní fue desplazada por la construcción en Paraná de una nueva planta de la empresa automotriz Volkswagen, otro patrocinador del foro Río más Cinco.
Es este tipo de contradicciones la que vuelve a muchos ambientalistas escépticos sobre conferencias que pueden ser muy abundantes en palabras, pero muy escasas en acciones.
"Nada tangible parece resultar de este foro", expresó T.K.A. Nair, secretario del Ministerio de Ambiente y Bosques de India. Nair elogió al foro como instrumento de debate de temas ambientales, pero se preguntó qué efectos prácticos tendrán la Carta de la Tierra y las recomendaciones a la ONU.
Otros fueron más duros en sus críticas. "Aquí no pasó nada", afirmó un delegado, y agregó que "no existe ninguna probabilidad de que el desarrollo sustentable ocurra pronto".
Algunos expertos ven de forma más positiva las recomendaciones elaboradas pero temen que se pierdan entre tantas otras realizadas a la Asamblea General de la ONU, que en junio celebrará una sesión especial sobre ambiente, en el quinto aniversario de la Cumbre de la Tierra.
"Ya fueron presentadas más de 16.000 páginas a la Asamblea General para esa sesión", dijo un delegado a IPS. "Aun si este foro elaboró 100 páginas, lo cual sería considerable, se trataría de una pequeña proporción", observó.
Sin embargo, los delegados en general se mostraron satisfechos con las recomendaciones realizadas a la ONU, que incluyen un llamado a los gobiernos a aplicar la Agenda 21, el acuerdo ambiental firmado por mandatarios de todo el mundo en la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992.
El foro también exhortó a los gobiernos del Norte a transferir recursos al mundo en desarrollo -según lo acordado en Río, 0,7 por ciento de sus productos internos brutos- para permitir el desarrollo de proyectos sustentables.
Así mismo, el foro produjo una declaración de principios, la Carta de la Tierra, cuya efectividad es todavía más cuestionable.
Desde la premisa "No hagas al ambiente de otros lo que no quieres que le hagan al tuyo" hasta la exhortación al "respeto a la Tierra y a toda forma de vida", la declaración no es más que "un lindo sueño", opinó Nair.
Pero Susan Davis, directora ejecutiva de la Organización de Mujeres para el Ambiente y el Desarrollo, de Estados Unidos, señaló que los valores expresados en la Carta representan un contrapeso para los criterios de determinismo económico y racionalismo científico que dominan el mundo.
Queda por ver si esa visión perdurará o se acabará con el foro. En las últimas conferencias de la ONU, se elaboraron acuerdos para combatir la pobreza y proteger el ambiente, los derechos humanos, los derechos de la mujer, la vivienda y la seguridad alimentaria, pero esas metas continúan hoy tan distantes como en el pasado. (FIN/IPS/tra-en/fah/ml/en-dv/97
