Con más escepticismo que entusiasmo fue recibido por los expertos en Ecuador el plan nacional para el desarrollo de la infancia y la juventud, que presentó el Instituto Nacional del Niño y la Familia (Innfa).
El Innfa pretende disminuir la cantidad de menores que trabajan en las calles, devolviéndolos a las aulas con incentivos económicos. e iniciar una campaña en contra de la violencia hacia la niñez y juventud, se informó este miércoles en la presentación del programa de trabajo para 1997.
En Ecuador, la dirección del Innfa recae por tradición sobre la esposa del presidente. Lucía Peña, esposa del presidente provisional Fabián Alarcón, ejecutará las políticas de esta institución hasta el 10 de agosto de 1998.
Para frenar el fenómeno de los menores trabajadores, el Innfa otorgará becas para estudios a unos 17.000 niños de 10 a 18 años, un programa para el que cuenta con 18 millones de dólares.
El psicólogo Marcelo Román, especialista en niños y adolescentes, dijo a IPS que el Innfa prácticamente dejó de funcionar durante el gobierno de Abdalá Bucaram y confió en que Peña, quien tiene amplia experiencia en proyectos de esta naturaleza, trabaje en esta área con responsabilidad.
Sin embargo, otros expertos advirtieron que las políticas del gobierno serán insuficientes si no se encuentra una solución a la desigual distribución de la riqueza, que mantienen en condiciones de pobreza a 75 por ciento de los 12 millones de ecuatorianos.
Dolores Padilla, directora del Programa del Muchacho Trabajador (PMT), dijo que en Ecuador hay más de un millón de niños y adolescentes entre 10 y 17 años que deben trabajar para aportar dinero a sus familias.
"Es una cifra muy elevada si se considera que en el país existen unos 2,15 millones niños entre esas edades", añadió.
La cifra de niños trabajadores varía según las regiones, ya que en el sector rural de cada dos niños uno trabaja, pero "ahora es frecuente que comiencen a trabajar niños de los centros urbanos, principalmente de Quito y Guayaquil, y de menor edad", dijo Margot Sancho, del PMT.
Para Sancho, es difícil establecer con exactitud el número de menores que trabajan, pues por lo general las mujeres comienzan a realizar tareas domésticas desde muy pequeñas, que por el hecho de no ser remuneradas "no son consideradas formalmente como trabajos, lo que es una discriminación hacia ese sector".
El PMT ha impulsado varios proyectos de capacitación laboral, con el objeto de que los jóvenes ecuatorianos se integren en mejores condiciones al mercado de trabajo, lo que consideró "una manera realista y práctica de abordar el problema".
Mauricio García, autor del libro "El trabajo y la educación de los niños y los adolescentes en Ecuador", destaca que los menores de 18 años representan el 20 por ciento de la población económicamente activa.
La venta de dulces y periódicos, lustrar zapatos y la prostitución son algunos de los trabajos que miles de niños ecuatorianos realizan para subsistir y generar ingresos para su familia, señaló García. (FIN/IPS/mg/ag/pr/97