ALBANIA: UE observa antes del comienzo de la misión militar

Funcionarios de la Unión Europea (UE) definen en Albania los objetivos de la misión militar que comenzará este martes en ese país y la relación que tendrá ese contingente con el ejército, el gobierno y organizaciones no gubernamentales para lograr una paz perdurable.

El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó el envío de una fuerza multinacional encabezada por Italia bajo la égida de la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE).

La operación durará apenas tres meses e involucrará 5.000 soldados. Su primera finalidad será proteger los principales depósitos de suministros humanitarios y edificios civiles extranjeros.

Tanto la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea (ECHO), agencia de la UE, como la OSCE perciben como principal objetivo ayudar a las autoridades de Albania a restablecer la ley y el orden con miras a las elecciones previstas para junio.

Una preocupación adicional de ECHO es considerar el suministro de ayuda humanitaria a mediano y largo plazo, en especial en el sector de la salud.

Ambas agencias han identificado los dos principales riesgos de la misión. En primer lugar, el gobierno de Sali Berisha pretende que las fuerzas civiles y militares extranjeras garanticen su autoridad. En segundo término, las necesidades del país en materia humanitaria son confusas.

La misión civil conjunta de la UE y la OSCE se dedicará a brindar ayuda humanitaria, preparar las elecciones y respaldar a la policía albanesa.

El diplomático holandés Jan d'Ansembourg, quien encabeza la misión en Albania, sostuvo que las operaciones humanitarias y las militares mantendrán una deliberada distancia.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC), habitual socio de la UE en materia de ayuda humanitaria en Albania, se ha mantenido tradicionalmente apartado de operaciones militares.

El principal temor es que la fuerza militar se vea entrampada como sucedió en Somalía, cuando debió dedicarse a impedir que los dos bandos en pugna se atacaran.

La OSCE y el gobierno de Italia reaccionaron con extrema cautela ante declaraciones del ministro de Justicia de Albania, Spartak Mgjela, para quien los soldados extranjeros "deben respaldar" a las fuerzas de seguridad del país en sus acciones para "liquidar bandas de criminales".

El portavoz del Ministerio de Defensa de Italia, Riccardo Sessa, dijo que la fuerza internacional deberá mantener una "total neutralidad" y no respaldar a ningún partido político en particular.

El Ministerio del Interior y la policía secreta de Albania, a los que algunos observadores atribuyen la violencia que estalló el mes pasado, se mantienen bajo el control del gobierno.

Berisha se resistió a cooperar con un gobierno de reconciliación nacional, pero finalmente constituyó uno el mes pasado como concesión a la oposición. Los observadores afirman que las elecciones del año pasado fueron fraudulentas.

La fuerza multinacional en Albania deberá actuar "de modo neutral e imparcial" para alcanzar sus objetivos humanitarios, de acuerdo con la resolución adoptada el viernes por el Consejo de Seguridad de la ONU.

La principal tarea de la misión, según D'Ansembourg, será respaldar la coordinación entre varias agencias, entre ellas la Cruz Roja, y establecer un vínculo con el gobierno para el envío y distribución de ayuda de emergencia.

Luego se consideraría la posibilidad de establecer una cooperación económica y financiera dirigida a Albania en el futuro, agregó el diplomático.

Los dos organismos trabajarán en conjunto para respaldar la preparación de las elecciones previstas para junio e impedir que se reiteren las irregularidades electorales del año pasado.

Los manifestantes hurtaron armas y municiones de depósitos militares en febrero, en medio de protestas callejeras y de la rebelión armada que provocó el colapso de la autoridad en el país.

D'Ansembourg afirmó que, desde entonces, muchas bandas armadas están mejor equipadas que la policía.

Equipos de asesores trabajarán junto a la policía albanesa para "entrenar y vigilarla", en lugar de enviar directamente "grandes cantidades" de policías europeos para que hagan su trabajo.

"Es cuestión de hacerlos trabajar democráticamente. Son sencillamente incompetentes", agregó d'Ansembourg.

El 24 de marzo, el Consejo de Ministros de la UE reafirmó su intención de "ayudar a Albania a retornar a la estabilidad política y restaurar la seguridad interna, así como brindar asistencia humanitaria y trabajar con instituciones financieras internacionales para respaldar reformas económicas".

D'Ansembourg y su equipo de expertos de la UE, OSCE y el Consejo de Europa llegaron a Tirana el miércoles. Una "misión asesora" de Albania tendría el papel de "evaluar la necesidad de asistencia y su factibilidad, teniendo en cuenta la situación de seguridad y el problema de los migrantes ilegales".

La Comisión ejecutiva de la UE, aprobó la semana pasada ayuda humanitaria por 2,3 millones de dólares, administrada por ECHO e implementada por ICRC. Se estima que la ayuda alcance a 10.000 personas. Las personas necesitadas recibirán trigo, arroz, azúcar y fideos.

La misión de la UE concentrará su atención en enfermos en hospitales y residentes de instituciones estatales como hogares para ancianos y discapacitados, hospitales, institutos psiquiátricos y horfanatos.

Ciertos informes afirmaron que el problema no es tan malo como se denuncia. La situación "cambia rápidamente en este país, de un día para el otro", y, "si se trata ahora, la catástrofe podría evitarse", según Wayne Ulrich, director de la misión de Médicos Sin Fronteras en Albania.

Esta organización estimó que los hospitales sufrieron menos daño que lo que se había denunciado previamente, ya que todavía reciben medicinas.

"En el exterior, se informó que Albania es como un infierno, pero no es el caso", declaró Ulrich. "Son rumores. Nos dijeron que todos los hospitales se quemaron, pero no encontramos ninguno que haya sido incendiado o saqueado".

La necesidad inmediata de los hospitales es la seguridad. La semana pasada, en la ciudad sureña de Vlore, cuatro integrantes del personal médico de la Cruz Roja Italiana fueron secuestrados brevemente por un grupo armado luego de un tiroteo en el que murieron tres policías.

"Es como un hospital de guerra. La mayoría de los pacientes son niños con heridas de armas de fuego, y la mayoría de los pacientes tienen armas", expresó el médico Paolo Cherubino.

Vlore se convirtió en el centro de la violencia que se extiende por el país más pobre de Europa, a medida que los rebeldes opositores conquistan pueblos en el sur, frustrados por el fracaso de planes fraudulentos de ahorro patrocinados por el gobierno. (FIN/IPS/tra-en/ns/ab/rj/mj-aq/ip/97

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