VENEZUELA: Aerolínea VIASA enfrenta su liquidación

La aerolínea Venezolana Internacional de Aviación (VIASA) será liquidada la próxima semana, según lo anticipado por portavoces oficiales, como resultado de una mala gestión de la española Iberia, su socia mayoritaria desde 1991.

La empresa, que dejó de volar el 23 de enero, cuando se estancaron las negociaciones entre el gobierno, Iberia y los trabajadores para rescatar la línea de bandera venezolana, tiene deudas por más 200 millones de dólares.

El gabinete económico decidió no aportar recursos a la empresa, lo que significa una sentencia de muerte, durante la asamblea extraordinaria convocada para el jueves próximo.

El presidente Rafael Caldera se habría resignado a aceptar la segunda quiebra de una aerolínea venezolana en sus tres años en el gobierno, después del cierre de Aeropostal en 1995, cuyos activos fueron adquiridos por un grupo internacional en octubre.

Caldera dirá la última palabra antes del lunes, según se anticipó, mientras miembros de su gabinete aseguraron que si VIASA no puede ser salvada, la posición presidencial es que se debe promover el rapido nacimiento de otra aerolínea, en la que podrían participar los trabajadores cesantes.

El gobierno venezolano conserva 40 por ciento de las acciones, pero se desinteresó del destino de la aerolínea, sin inyectarle capital desde que llegó al poder en 1994, hasta que al estallar la crisis promovió fórmulas para mantenerla en el aire.

VIASA, con unos 2.400 empleados, realizaba 85 vuelos semanales, en los que transportaba unos 17.500 viajeros, según cifras de la empresa, y no encontró en la privatización parcial el camino para fortalecerse en el competido mercado actual.

La llamada "aventura americana" de Iberia llevó a un vuelo accidentado y turbulento también a otras compañías como Aerlíneas Argentinas y la chilena Ladeco, que tratan de sobrevivir tras lograr su autonomía, parcial en un caso y total en el otro.

El ministro de Inversiones, Alberto Poletto, viajó a España a fines de enero y logró un acuerdo con el gobierno y con los ejecutivos de Iberia, que separaban a esa empresa de la gestión de VIASA y establecían una serie de condiciones para su vuelta a los aires, con una inyección de capital del socio minotiratio.

Pero las auditorias realizadas desde entonces llevaron al gobierno a la conclusión de que poner dinero en VIASA sería hundirlo en un barril sin fondo, según expresión del ministro de Planificación, Teodoro Petkoff. (FIN/IPS/eg/ff/if/97

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