El transporte de madera por barcazas a través del río Dulce, uno de los más bellos de Guatemala, que pretende implementar la empresa estadounidense Forestal Simpson, generó intensas protestas de grupos ambientalistas del país.
Jorge Schippers y Magalí Rey Sosa, de la organización no gubernamental Madre Selva, denunciaron ante que las operaciones de esa misma compañía contaminaron los ríos Ciénaga y Chocón Machacas, en el oriental departamento de Izabal.
Los activistas advirtieron a la Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA) y el Consejo Nacional de Areas Protegidas (CONAP) que el río Dulce podría correr el mismo destino.
También ubicado en el departamento de Izabal, en el noreste de Guatemala, el río Dulce desemboca en la caribeña bahía de Amatique, cerca del poblado de Livingston. Su cuenca también es cercana a la importante terminal naviera de Puerto Barrios.
Schippers y Rey Sosa afirmaron que los almácigos de la especie Gmelina sembrados por Forestal Simpson en las fincas de la empresa "fueron transportadas junto a grandes cantidades de fertilizante por el río Chocón Machacas, que está en la zona protegida del Biotopo del Manatí".
Rey Sosa explicó que, en caso de lluvia, el fertilizante transportado se derrama, disuelto, sobre el río, lo cual se agrava, dijo, por la forma irresponsable en que los funcionarios de Forestal Simpson tratan a las bolsas que lo contienen.
Schippers, por su parte, denunció que la empresa deforestó más de 10.000 palmas de la especie Manaco, utilizada por los habitantes de Izabal para construir techos de ranchos.
Forestal Simpson reclamó al gobierno permiso para utilizar el río Dulce como vía de transporte de madera por medio de barcazas.
El diputado por el departamento de Izabal, Augusto Ponce, dijo que las operaciones de la compañía estadounidense generaron empleos en la zona, por lo que su presencia beneficia a los pobladores del lugar.
El coordinador de la CONAMA, Francisco Asturias, advirtió que el CONAP no ha evaluado hasta ahora el impacto ambiental del proyecto presentado por Forestal Simpson. Mientras eso no suceda, el paso de barcazas para transporte de madera por el río Dulce será ilegal.
Por su parte, Madre Selva alertó que el transporte de madera en barcazas por esa vía fluvial podría provocar accidentes, así como alterar el ecosistema, en especial el hábitat natural del manatí.
Michael Mussack, gerente general de Forestal Simpson, aseguró al matutino Prensa Libre, de Guatemala, que su compañía desea utilizar el río Dulce para el transporte de madera porque lo consideran "la opción más rentable, la menos contaminante y la más segura".
Mussack agregó que los expertos de la compañía llegaron a esta conclusión tras comparar esa vía fluvial con la terrestre y la ferroviaria.
Además, sostuvo, una barcaza hace menos ruido y produce menos contaminación que las lanchas rápidas y los yates turísticos que cruzan el río actualmente.
El representante de Forestal Simpson aseguró que se contará con equipo especial de navegación para evitar accidentes. La velocidad de las barcazas, explicó, será de cuatro nudos por hora, y la madera será transportada en contenedores especiales que impedirán que los residuos caigan al agua.
Mussack recordó que su empresa ha creado corredores biológicos que permiten a la fauna regresar poco a poco al lugar, ya que se establecieron "plantaciones mosaicos" que le brinda acceso a las fuentes de agua y juntan todos los drenajes naturales.
El funcionario de Forestal Simpson opinó que las medidas de desarrollo sostenible que desarrolla la firma mitigan los eventuales efectos negativos, pues impide la migración de las personas al parque, donde se concentra la mayor parte del desarrollo del río Dulce.
"Evaluamos el impacto en la calidad del agua y en los aspectos biológicos en la flora y fauna, y concluimos que no habrá impacto significativo en las poblaciones de manatí, especie en peligro de extinción", dijo.
Pero los argumentos de Forestal Simpson no convencieron a las organizaciones ambientalistas, que se oponen férreamente a que se autorice el transporte de madera a través del río Dulce.
La Asociación Audubon de Guatemala declaró que, de aprobarse el proyecto, se crearía un precedente para que otras empresas interesadas también lo hagan.
El transporte de madera en barcazas, dijo, supone riesgos y podría destruir un área reservada para el desarrollo ecoturístico.
Schippers admitió que la actividad de Forestal Simpson generó cientos de empleos en las riveras del río Dulce, pero alertó que los trabajadores desempeñan sus tareas en condiciones infrahumanas, con salarios de aproximadamente un dólar y medio por día en promedio.
Rey Sosa acusó a la compañía estadounidense de intimidar a varios de los opositores a sus operaciones.
El ex presidente Jorge Serrano Elías dispuso en 1993 la delimitación del territorio protegido en el río Dulce y prohibe que esa área se convierta en zona industrial, así como actividades que afecten el ecosistema de la región. (FIN/IPS/cz/mj/en/97