PERU: Promueven reforma de arcaica ley sobre violaciones

El dispositivo del Código Penal peruano que promueve el matrimonio de los acusados de violación sexual con sus víctimas es considerado patologizante por psiquiatras e investigadores que trabajan en el tema de los derechos humanos y los problemas de género.

Marta Rondon, presidenta de la Sección Peruana de la Asociación de Salud Mental de la Mujer de la Asociación Psiquiátrica Mundial, considera "inconcebible suponer que la víctima de un acto criminal y violento puede conformar pareja matrimonial con su victimario".

"El resultado de la aplicación de esa ley es patológico, pues forzarla a casarse con su violador es someter a la mujer a una nueva violacion, que perpetuará la humillación de la agresión sexual, lo que hace imposible una convivencia normal", señala Rondon.

Otro psiquiatra, Manuel Ponce, sostiene que la violación "es siempre traumática y genera un vínculo morboso, impuesto mediante la supresión de la libertad de la víctima".

Para Ponce, un embarazo resultado de una violación genera algo más que una complicación, pues origina una segunda víctima, el hijo no deseado, "generalmente rechazado no sólo por la mujer sino también por su familia y por el grupo social", y considera recomendable optar por la alternativa del aborto.

Ambos psiquiatras remitieron un documento al respecto al Ministerio de la Mujer y Desarrollo Humano.

El 10 de diciembre pasado, una propuesta de la Comisión de la Mujer para abolir un arcaico dispositivo del Código Penal que exime de cárcel a los violadores que se casan con sus víctimas fue rechazada en otra comisión parlamentaria.

La decisión de la Comisión de Justicia, cuya mayoría votó en contra de la reforma del Código en ese punto, provocó la reacción de numerosos congresistas y organizaciones humanitarias, que se aprestan a dar una batalla parlamentaria en la próxima legislatura, que se inicia en marzo.

"Es un contrasentido mantener la extinción penal por el matrimonio subsiguiente del violador con la agraviada, pues la violación es un acto de violencia que marca psicológicamente de por vida a la mujer, al afectar su salud física y mental" declaró Beatriz Merino, presidenta de la Comisión de la Mujer.

"Convoco a las organizaciones civiles que defienden los derechos de la mujer, a todas las mujeres organizadas y a la sociedad civil en su conjunto a sumar esfuerzos para promover entre los congresistas un voto de conciencia sobre nuestra iniciativa", señaló.

Merino destacó que, según el Código Penal peruano, el violador que contrae matrimonio con su víctima queda exento de la sanción penal correspondiente, aunque el delito haya sido cometido con agravantes como tortura, maltrato físico y abuso de poder.

En los casos de violación colectiva (en grupo), si la víctima se casa con alguno de sus agresores, la excepción de la pena alcanza también a los cómplices y coautores.

Oscar Medelius, uno de los legisladores que se opuso a la reforma legal propuesta por Merino, justificó su posición diciendo que "el matrimonio repara la falta y restituye el honor de la mujer violada, de modo que desaparece el delito".

Otro congresista, Aldo Estrada, defendió el dispositivo del Código Penal aludiendo al presunto derecho consuetudinario de los aborígenes peruanos de buscar pareja mediante un acto de violación.

"Así es la costumbre: los varones aguardan a las mujeres en el campo y las sorprenden. Esa violación es el inicio de una pareja generalmente estable que es nuestra obligación como legisladores respetar , pues debemos fomentar el matrimonio y proteger a la familia", sostuvo Estrada .

Afimó en ese sentido que el "servinacuy" (matrimonio temporal indígena) era precedido por una violación.

Para la socióloga indígena Tarcila Rivera, editora de "Chirapac", publicación dedicada al tema cultural y social andino, "el servinacuy no tiene nada que ver con violacion alguna".

"Por el contrario, es una costumbre que respeta la libre voluntad de las mujeres, pues consiste en la concertación de un período experimental de vida en pareja para comprobar si el matrimonio es conveniente para ambos", recordó.

"Sin duda, entre los indígenas, así como entre los mestizos, mulatos y blancos, hay violadores, pero su existencia no puede conducirnos a considerar sus crímenes como parte de las normas sociales", concluyó. (FIN/IPS/al/dg/pr/hd/97

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