MALI: La repatriación de los tuareg, un éxito en Africa

La repatriación voluntaria a Malí, de miles de miembros de la etnia tuareg que se encontraban refugiados en países vecinos de esa nación de Africa occidental, constituye una historia de éxito poco frecuente en el continente, según opinó un alto funcionario de las Naciones Unidas.

"Es algo que debemos reconocer, porque a Africa se le ha colgado el cartel de continente en crisis, de continente de refugiados, con el más alto número de refugiados jamás visto en el mundo", comentó Albert-Alain Peters, miembro del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

El ACNUR administra desde 1995 un programa de repatriación de malíes exiliados. "En un solo año, entre noviembre de 1995 y noviembre de 1996, volvieron a sus tierras 77.000 refugiados malíes", informó Peters.

Funcionario de las oficinas centrales del ACNUR en Ginebra, Peters recordó al periodismo de Nairobi que no se habla mucho de los tuareg -un pueblo nómade africano de piel clara- que en estos momentos regresan del exilio.

El funcionario del ACNUR, encargado de Africa occidental, informó que acaba de retornar de Timbuktu, localidad del norte de Malí, donde encontró 7.000 repatriados tuareg trabajando la tierra en el desierto del Sáhara.

"Están en condiciones de lograr la primera cosecha de arroz, lo que de verdad es algo digno de mención", resaltó Peters.

Desde noviembre del año pasado, el ACNUR ha organizado una serie de convoyes semanales para llevar a los refugiados tuareg de regreso a las tierras de las que habían huído en medio de la rebelión protagonizada por grupos insurgentes de su propia etnia.

El programa de repatriación fue revisado en septiembre pasado entre el ACNUR y otras instituciones, incluyendo al gobierno de Malí y a representantes del pueblo tuareg.

Según los términos de programa, los refugiados que retornan reciben una asignación de repatriación antes de abandonar su lugar de refugio y una subvención de asentamiento tres meses después de haber retornado a su tierra.

Ambas ayudas son en especie, equivalentes a tres meses de abastecimiento de comida y otros elementos básicos.

El ACNUR estima que otros 62.000 refugiados solicitarán ser repatriados a Malí a lo largo de 1997: 14.000 de Argelia, 15.000 de Burkina Faso, 15.000 de Mauritania y 18.000 de Níger.

"Pienso que hacia fines de 1998 el problema de los tuareg no será más que un asunto del pasado", dijo Peters.

Los tuareg son un pueblo sahariano que vive en Argelia, Mauritania, Libia, Burkina Faso, Malí y Níger. Unos 500.000 de ellos están en Malí, donde representan menos de siete por ciento de la población, mientras otros 750.000 se encuentran en Níger.

Las raíces de la rebelión tuareg en Malí se remontan a las graves sequías ocurridas a principios de la década de 1980 y más tarde, en 1994, que mataron gran parte de su ganado e impulsaron a estos nómadas a emigrar a Argelia y Libia, donde algunos se incorporaron a la Legión Islámica.

Muchos retornaron al comenzar esta década, y en julio de 1990 unas bandas tuareg atacaron ciertas poblaciones en el norte de Malí, cuyo gobierno las acusó de intentar la creación de un estado secesionista.

El gobierno lanzó entonces una campaña militar para reprimir a los rebeldes, que respondieron atacando indistintamente objetivos militares y civiles. Esta situación de inseguridad provocó una nueva huída del pueblo tuareg hacia el exilio.

La ejecución de sendos acuerdos de paz firmados en enero de 1991 y abril de 1992 encontró una serie de inconvenientes, y la lucha volvió a estallar en 1993.

Finalmente en 1994 comenzó convertirse en realidad el contenido de los acuerdos, según los cuales los ex rebeldes pueden incorporarse al ejército o al servicio civil, mientras se llevan a la práctica proyectos de desarrollo en las provincias del norte, con una administración plenamente autónoma.

A partir de entonces el norte de Malí fue regresando a la normalidad, aunque la repatriación de los refugiados se vio ralentada por una serie de factores.

Entre esos factores se incluyen una ayuda internacional insuficiente, algunas demoras en los proyectos de rehabilitación de edificios y ciertos problemas en la incorporación de algunos ex rebeldes al ejército y la asignación de empleos civiles a otros.

Ha sido difícil confeccionar la estadística de los refugiados malíes, principalmente porque la mayoría de los tuareg son nómades.

Según el último informe del ACNUR -puesto a disposición de IPS este jueves- en noviembre de 1996 había en total 83.000 malíes refugiados, distribuidos entre Mauritania (22.000), Burkina Faso (25.000), Níger (24.000) y Argelia (12.000).

El mismo informe aclara que 35 por ciento de los refugiados malíes en Mauritania eran tuareg y 65 por ciento eran moros, un pueblo sahariano de la misma etnia. En Burkina Faso, la mayoría eran tuareg.

"Esto, para mí, es una historia de éxito en Africa", concluyó Peters. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/arl/pr/97

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