HAITI: Alimentos de ayuda de EEUU no benefician a destinatrios

Estados Unidos fomenta su propio desarrollo y daña las posibilidades de seguridad alimentaria de largo plazo de Haití con las provisiones de ayuda que entrega al país caribeño, denuncian activistas.

Las políticas de asistencia "ignoran y socavan activamente a los productores haitianos de alimentos", afirma Tim Wise, de la organización no gubernamental (ONG) Grassroots International, con sede en Boston.

La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) envía alimentos a Haití utilizando dos categorías. La "ayuda directa" entrega trigo y aceite semirrefinado al gobierno, el cual vende los productos a empresarios privados. Las ganancias son destinadas a respaldar programas gubernamentales.

Como "ayuda indirecta", las mercancías se destinan a ONG para comunidades pobres. Las ONG donan el alimento o lo venden, con la idea de que los ingresos financien proyectos de desarrollo.

Las ONG en Haití afirman que el flujo de alimentos extranjeros baja los precios del arroz y otros productos locales, lo cual no es un estímulo para que los campesinos haitianos produzcan sus propias cosechas.

En el libro "AIDing Migration" (Ayudando a la migración), los autores Josh DeWind y Michael McKinley afirman que la política de ayuda en alimentos de Estados Unidos en Haití promueve reformas que buscan generar una política exportadora en el sector agrícola.

La política de Estados Unidos "tiene por meta generar ingresos, no ayudar a la gente a que produzca sus alimentos", dijo Laurie Richardson, investigadora y escritora residente en Puerto Príncipe.

Esto es especialmente preocupante, señalan analistas, ya que Washington y otras instituciones financieras internacionales presionan a haití a eliminar barreras arancelarias a las importaciones, con el resultado de que industrias incipientes quedarán expuestas a una competencia a la que no podrán hacer frente.

Grassroots International afirma que residentes de la ciudad de Gonaives, al noroeste, informaron sobre la aparición en el mercado de frijol pinto, una clase que integra la dieta nacional, a precios más bajos que las variedades locales.

Además de afectar el costo de la producción local, muchos temen que la ayuda genere un apetito por bienes importados.

Pero USAID discrepa con las conclusiones de Grassroots International, "en especial con la idea de que las políticas de libre mercado no son buenas para Haití", dijo a IPS Len Rogers, de la Oficina de Respuesta Humanitaria de USAID.

"Esto contradice las experiencias en países de América Latian y el Caribe y en Asia", dijo Rogers. Según el funcionario de USAID, "el camino al crecimiento económico de base amplia es abarcar las señales del mercado y concentrarse en las ventajas comparativas".

Haití sale de una crisis económica tras tres años de embargo impuesto por la comunidad internacional. CARE brindó ayuda de emergencia durante los peores períodos tras el golpe de Estado que en 1991 deplazó al entonces presidente Jean-Bertrand Aristide.

Estados Unidos es el mayor donante de alimentos a Haití, con alrededor de 85 por ciento de esa asistencia mediante canales como CARE.

USAID afirma que la tierra en Haití está en malas condiciones y que los agricultores deberían dejar atrás sus cultivos tradicionales, para dedicarse a frutas, vegetales y cosechas de alto valor, producción liviana y textiles.

Para esto, destacó Rogers, Haití corre con la ventaja del bajo costo del trabajo.

Los críticos dicen que este es el objetivo de Estados Unidos, que parece presionar a Haití fuera de sus cultivos de arroz y dar paso a las marcas estadounidenses, beneficiadas de sustanciales protecciones en la forma de subsidios del gobierno.

El gobierno de Estados Unidos, instituciones financieras internacionales y donantes europeos entregarán 2.000 millones de dólares a Haití para el período 1994-99, pero los fondos están sujetos a un programa de austeridad.

Mientras este programa incluye la eliminación de aranceles de importación, los analistas señalan que muy poco de ese dinero llegará a los pequeños agricultores, que comprenden 70 por ciento de la población y ganan menos de 225 dólares anuales como productores de maíz, arroz, sorgo, mijo, café y mangos. (FIN/IPS/tra-en/yjc/lp/if-dv/97

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