Las Escuelas Públicas de Tránsito de la capital de Brasil, que crearon cursos teóricos obligatorios para todos los nuevos conductores, ya son una referencia nacional.
Varios estados consultan al Departamento de Tránsito (Detran) de Brasilia para conocerlas y pedir asesoria para crear sus propias escuelas. El Distrito Federal fue el primero en ponerlas en operación.
"Decidimos implantarlas tras comprobar que había un alto índice de fracaso en la prueba teórica de los candidatos que pretendian obtener la habilitación de conductor", explicó el gerente de Educación del Detran, Sebastiao Luis da Silva.
Ahora ya hay cuatro escuelas: una en el Plan Piloto de Brasilia, otras en Taguatinga, a 21 kilómetros de la capital, en Sobradinho, a 22 kilómetros, y en Gama, situada a 30 kilómetros del Distrito Federa. En conjunto, reciben 1.400 alumnos por semana.
Su éxito de debe a los cursos teóricos de una semana impartidos a los futuros conductores, con un total de 20 horas de clase. Los maestros del Detran enseñan nociones de legislación de tránsito, primeros auxilios, mecánica de automóviles, relaciones humanas y conducción de vehículos.
En el último dia se somete los alumnos a una evaluación de sus conocimientos. La autorización para realizar la prueba práctica de conducción de obtiene al responder correctamente a 70 por ciento de las preguntas.
"Antes era distinto. Una persona estudiaba en su casa en un libro y tenía que aprender de memoria nociones de legislación de tránsito. Luego debía fijar el dia de la prueba. Pero de ese modo no se aprende nada", dijo Silva.
Agregó que el nuevo sistema redujo de 30 a 14 por ciento el índice de reprobación en los exámenes.
Fundadas oficialmente en 1993, las escuelas de tránsito sólo empezaron a funcionar en 1995. Desde entonces, el Detran recibe invitaciones para implantarlas en otros lugares, como ocurrió en Maceió y Macapá, en el noreste y el norte del país, respectivamente.
Pero son pocos los estados donde ya se han establecido, puntualizó Silva. La mayoría de las ciudades brasileñas siguen utilizando el método tradicional de evaluación, sin exigir a los aspirantes la asistencia a clase.
El Detran desarrolla otros dos programas que sirven de modelo al resto del país: el primero contempla la alfabetización de los candidatos a la habilitación, de acuerdo con un convenio con la Universidad Católica de Brasilia, que ofrece un curso de dos meses. Si el alumno es aprobado, puede matricularse en la escuela de tránsito.
El segundo programa está previsto para la rehabilitación de los malos conductores y se destina a quienes tuvieron su licencia retenida por infracciones.
Tiene lugar una vez al mes, con 20 horas de clase. No es obligatorio, pero quienes lo sigan pueden reducir las sanciones recibidas. Treinta conductores participan por mes de ese curso, informó Silva.
Los aspirantes a ingresar en la escuela de tránsito pueden inscribirse en escuelas de conducción, o dirigirse directamente al Detran, si cuentan con instructor. Las clases son gratuitas y se imparten en la mañana, tarde y noche, cuatro horas al dia. El límite es de 50 alumnos por curso. (FIN/IPS/ab/ff/97