La muerte del Deng Xiapoing, "el emperador rojo", aumentó la ansiedad de los residentes de Hong Kong, que se preparan para la entrega de la colonia británica a China en la medianoche del 30 de junio.
La inestabilidad que podría producirse en China con un posible vacío de poder se extendería a Hong Kong, afectando la transición.
Aunque el presidente de China Jiang Zemin, el sucesor elegido por Deng, quien murió el miércoles a los 92 años, tiene una posición firmemente consolidada, no se descuentan desafíos de figuras conservadoras del Partido Comunista que se oponen a las amplias reformas económicas impuestas en las últimas dos décadas.
Chris Patten, por primera vez desde que se conviritó en gobernador de Hong Kong, en 1992, visitó este jueves el consulado de facto de China en la colonia, la Agencia de Noticias Nueva China (NCNA), para ofrecer su pésame a la nación china y la familia de Deng.
Vistiendo una corbata negra, solemnemente se inclinó tres veces frente a una gran fotografía en blanco y negro de Deng, y luego tendió la mano al presidente de la NCNA, Zhou Nan, el más alto funcionario chino en Hong Kong, donde Patten ha introducido reformas democráticas.
Pero pocos creen que este sea un apretón de manos significativo, cuatro meses antes de la restitución de Hong Kong.
Martin Lee, presidente del Partido Demócrata de Hong Kong, dijo en entrevistas radiales desde Londres que "esperamos que China evalúe ahora su política hacia Hong Kong", la cual durante dos años fue "extremadamente dura".
Esta dureza "puede haber tenido que ver con Deng, debido a su condición". No obstante, dijo Lee, "ahora es el momento de pensar tres veces antes de implementar cualquiera de las recientes decisiones de China, que son muy impopulares en Hong Kong".
Pero el gobernador también teme que la dirigencia post-Deng sea más dura en relación a la colonia, y no permita la autonomía prometida por Deng para el período posterior a la restitución.
Fue Deng quien acuñó la frase "un país, dos sistemas", que permitió la problemática restitución de la capitalista Hong Kong a la China comunista. Bajo esta fórmula, se decretó que Hong Kong mantendría su sistema capitalista durante 50 años, tras la entrega el 1 de julio de 1997.
"Deng estaba a favor de Hong Kong, ahora hay más incertidumbre", dijo Grace, una oficinista que compraba una de las ediciones especiales de los diarios publicadas tras la muerte de Deng.
Robert Cheng, del Centro de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad de Hong Kong, quien ha evaluado las reacciones ante la muerte de Deng, dijo que el líder "ha sido asociado con la política de 'un país, dos sistemas', por lo cual la gente de Hong Kong cree que ha sido positivo".
Ahora los residentes de la colonia se preguntan con preocupación si China seguirá el principio de Deng bajo el cual la gente de Hong Kong debe gobernar Hong Kong.
Para mostrar que Beijing desea preservar la continuidad, la máxima autoridad de Hong Kong luego de la entrega, Tung Chi Hwa, anunció este jueves que sólo se removerán dos cargos en el servicio civil: los de fiscal general y director de la Comisión Independiente Contra la Corrupción.
Políticos y empresarios pro chinos sostienen que no habrán cambios. "La política sobre Hong Kong ya ha sido fijada", expresó Allen Lee, del partido Liberal.
Deng, aunque en los últimos años no participaba en la actividad cotidiana, continuó siendo la máxima autoridad sobre la política de Hong Kong. Las autoridades de Hong Kong le acreditan la reunificación con China.
Pero la elección de Tung como máxima autoridad de Hong Kong fue instrumentada personalmente por Jiang, quien probablemente consolide su posición debido a la muerte de Deng.
A fines del año pasado, los medios de comunicación en Hong Kong informaron que se había pedido a las oficinas estatales chinas en la colonia que promovieran la autoridad y el prestigio de Jiang, anticipándose a la entrega.
Luego de la muerte de Deng, cuyo mayor deseo era estar en Hong Kong en el momento de la devolución, la ceremonia será presidida por Jiang. Ello habrá de realzar el prestigio de Jiang como "reunificador" de China y consolidará su posición de liderazgo en el país.
No todos desean que las cosas sigan como están. La legisladora independiente Christine Loh expresó: "No creo que la muerte de Deng sea perjudicial. Muchas decisiones se han demorado (por Deng)".
Quienquiera que sea el nuevo patriarca de China, Hong Kong buscará una revisión de la masacre de Tiananmen en Beijing, en 1989, recuerdan analistas. Fue Deng quien dio la orden de disparar contra los estudiantes, lo que mitigará su imagen de gran líder.
Beijing considera que el movimiento demócrata es contrarrevolucionario y que sus aliados, como los demócratas de Hong Kong, son subversivos.
Hasta que dicha opinión se revierta, los dirigentes demócratas en Hong Kong, entre ellos Martin Lee, seguirán temiendo el exilio o la prisión luego de la devolución.
La muerte de Deng acabó con años de rumores y especulación que motivaron periódicos altibajos en el volátil mercado de valores de Hong Kong. Tras la caída a principios de semana debido a los rumores sobre la muerte de Deng, el mercado se recuperó este jueves.
"Creo que la comunidad está psicológicamente preparada y los mercados ya habían tomado en cuenta las posibles consecuencias negativas de su muerte", sostuvo el secretario financiero de la colonia, Donald Tsang. (FIN/IPS/tra-en/ys/ral/lp-aq/ip/97