BOLIVIA: Amenaza de violencia en zonas productoras de coca

El gobierno de Bolivia intensificó la destrucción de cultivos ilegales de coca, cuando Estados Unidos prepara su lista anual de países "certificados" por su lucha contra las drogas, y la ofensiva amenaza desatar la violencia en la región cocalera del Chapare.

Aparentemente no hay relación directa entre la renovada presión policial para erradicar plantaciones de coca y la espera de la calificación que Washington otorgará el 27 de este mes a los países vinculados a la producción y tráfico de drogas, ya que esa evaluación sólo toma en cuenta los resultados alcanzados en 1966.

Pero para asegurar una calificación positiva, esta semana viajó a Washington el ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia, Carlos Sánchez Berzaín, encargado de la lucha antidrogas.

Mientras, campesinos productores de coca se enfrentaron el fin de semana con efectivos de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural, un cuerpo de policía antidrogas, y los hechos resultaron en la detención de siete cultivadores. Los sindicatos campesinos advirtieron que responderían con el bloqueo de caminos.

Los cultivadores de coca consideraron una provocación la ofensiva policial y anunciaron que reorganizarán sus "comités de autodefensa" para protegerse de la represión.

Dirigentes cocaleros aseguraron a medios de prensa de La Paz que el gobierno interrumpió las comunicaciones con las zonas de plantaciones para impedir la denuncia de las violaciones de derechos humanos.

También afirmaron que las autoridades faltan a sus compromisos, al optar por la erradicación forzosa de los cultivos de coca.

El prefecto (gobernador) del central departamento de Cochabamba, Alberto Gasser, en cuya jurisdicción se encuentra la región del Chapare, aclaró que las medidas de fuerza se aplican únicamente a las plantaciones surgidas paralelamente al programa de sustitución voluntaria de los viejos cultivos.

"La erradicación debe ser efectiva: no se puede recibir dinero con una mano y plantar coca con la otra", dijo Gasser, al recordar que la destrucción voluntaria de cocales es compensada con 2.500 dólares por cada hectárea erradicada libremente.

Gasser admitió que la región del Chapare vive días de peligrosa tensión y que los campesinos han iniciado el bloqueo de algunos caminos. El prefecto acusó a los participantes en la movilización campesina de buscar el enfrentamientos con las fuerzas de orden público.

También aseguró que las autoridades no renunciarán a su propósito de destruir 550 hectáreas de coca por mes.

La legislación antidrogas de Bolivia dispone la erradicación cada año entre 5.000 y 8.000 hectáreas de "coca excedente", conocida así por destinarse a la fabriación de cocaína. Las plantaciones se encuentran en la zona del Chapare y en otrs áreas del valle de Cochabamba.

Esa meta es vigilada también por el gobierno de Estados Unidos, que observa los cultivos de coca como una de sus principales preocupaciones en su relación con Bolivia.

Bolivia aguarda este año con confianza la certificación de Washington, porque durante 1996 erradicó más de 6.000 hectáreas de coca y anteriormente aprobó un nuevo tratado con Estados Unidos para la extradición de bolivianos requeridos por tribunales de ese país bajo acusación de narcotráfico.

"No hay razón para temer una posible 'descertificación", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Araníbar.

No obstante, el ministro Sánchez Berzaín se desplazó a Washington con la misión de demostrar ante el Departamento de Estado y el Congreso de Estados Unidos que Bolivia ha cumplido sus compromisos en el combate contra las drogas.

En Washington se anunció que la administración de Bill Clinton concederá este año a Bolivia 85 millones de dólares para la lucha contra el tráfico de drogas y la erradicación de cocales, y en apoyo a los programas agrícolas de desarrollo alternativo al cultivo de coca.

Bolivia es el segundo productor mundial de coca, después de Perú. Treinta mil hectáreas se destinan exclusivamente a cultivos para el narcotráfico, mientras las plantaciones legales, que atienden usos medicinales y tradicionales de la hoja de coca, ocupan 10.000 hectáreas. (FIN/IPS/jcr/ff/ip/97

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