AMERICA CENTRAL: Pequeña empresa busca sobrevivir a los cambios

La pequeña y mediana empresa, que en algunos países de América Central aporta 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), busca sobrevivir a los ajustes económicos y a un proceso de globalización que privilegia el gran capital extranjero.

Voceros de los pequeños y medianos empresarios de la región se quejaron recientemente en Panamá sobre las dificultades que enfrenta el sector para conseguir financiamiento.

El presidente de la Unión Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa (Umpyme) de Panamá, Fernando Márquez, destacó los requisitos desmedidos e inadecuados que exigen los bancos para otorgar un préstamo a una pequeña o mediana empresa.

Explicó que las pequeñas y medianas empresas generalmente no cuentan con garantías suficientes para realizar sus proyectos, aunque sean económicamente viables.

Sin embargo, al momento de considerar un empréstito la banca no asume los mismos riesgos que toma cuando la solicitante es una gran empresa, subrayó Márquez.

Un segundo aspecto son los cambios acelerados que imponen los ajustes económicos implementados en los últimos años en todos los países de la región, los cuales suponen que la pequeña y mediana empresa deba abocarse a "un cambio de rumbo" para poder sobrevivir.

En algunos casos -según el empresario- la firmas deberán sacrificar su produccción tradicional y buscar rubros que puedan competir con los importados, y en otros deberán apelar a las fusiones y a la concertación con otros productores.

Citó el caso de las empresas fabricantes de zapatos de Perú, que en lugar de competir entre sí con 20 modelos individuales, decidieron participar en el mercado con dos modelos cada una.

Pero el papel que juega la pequeña y mediana empresa en la generación de empleos, bienes de consumo y en la distribución de la riqueza ha comenzado a captar la atención de gobiernos y organismos internacionales.

Según datos de la Confederación Centroamericana y del Caribe de la Pequeña y Mediana Empresa (Concape), ese sector aporta 50 por ciento del PIB en El Salvador y Guatemala, más de 27 por ciento en Costa Rica y 12 por ciento en Panamá.

Las pequeñas empresas se han incrementado 22,5 por ciento entre 1990 y 1995, mientras el trebajo por cuenta propia lo ha hechop en 26,5 por ciento, según datos de la oficina regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El director de la OIT en América Central, Ian Chambers, dijo la pasada semana en Costa Rica que los ajustes económicos y la globalización iniciados alrededor de 1990 "han incentivado el crecimiento del trabajo informal" en la región.

Tres países centroamericanos, Panamá, Honduras y Costa Rica, figuran entre las primeras seis naciones de América Latina en las que la generación de empleo informal presenta un fuerte crecimiento.

La tabla es encabezada por Venezuela, con ocho por ciento, Panamá, 7,7, Paraguay, 7,2, Bolivia, 6,4, Honduras, 5,9, y Costa Rica, 5,1 por ciento, de acuerdo con las estadísticas de la OIT.

Chambers advirtió que a pesar que el empleo informal se va consolidando como la mayor fuente de generación de empleos en la región, "consume muchas horas laborables y mal remuneradas y absorbe la participación de gran cantidad de mano de obra del núcleo familiar".

La pobreza y el desempleo afectan a casi 70 por ciento de los alrededor de 30 millones de habitantes de Amér ca Central.

Para la jefa de la Dirección de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Comercio e Industrias de Panamá, Eunith González, el aumento de la productividad y la modernización "parecen ser la única alternativa para evitar que este importante sector sea absorbido por compañías extranjeras". (FIN/IPS/sh/dg/if/97

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