La industria de la maquila cuenta cada vez más con una mano de obra femenina, menos proclive a exigir el respeto a sus derechos sociales y a sindicalizarse.
Según datos del sector, las fábricas de maquila, que se dedican al montaje de piezas de ropa, emplean a casi 300.000 centroamericanos y generan ingresos por más de 800 millones de dólares.
El representante regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Ian Chambers, manifestó que los procesos de apertura experimentados en los últimos años han profundizado la aparición de tres fenómenos que conforman el nuevo panorama laboral del istmo.
"Estos procesos han reforzado la aparición de las migraciones de jóvenes y personas muy calificadas, del sector informal y de la maquila", precisó.
Chambers resaltó que es precisamente en la industria maquiladora donde se está perfilando una alta tasa de participación de mujeres.
"La mayoría del sector laboral es femenino, porque la mujer está en una posición vulnerable y en muchos casos es la única persona en la familia que proporciona un ingreso", indicó.
Esas condiciones, además de la ausencia de garantías laborales como seguridad social, convenciones colectivas y la baja remuneración hacen que las centroamericanas sean buscadas para laborar en esta industria, dijo el experto.
En la última década, los gobiernos del área han utilizado el sistema de plantas industriales (zonas francas) como punto de atracción de inversionistas provenientes principalmente de Taiwán, Corea del Sur, Estados Unidos y algunos locales.
"La mayoría de estas operaciones de maquila se hacen fuera del amparo de las legislación laboral de los países, con altos índices de discriminación y en detrimento de los derechos humanos", apuntó Chambers.
La industria maquiladora goza generalmente de privilegios como la exención de impuestos en la importación de maquinaria y materia prima y no siempre está obligada a cumplir con las leyes de protección al trabajador vigentes en cada país.
Hasta 1996, se calculaba que en Nicaragua operaban unas 16 maquiladoras que empleaban al menos 7.000 personas, mientras que en Honduras 180 empresas dan trabajo a más de 70.000 operarios.
Chambers consideró que otro factor por el que se prefiere emplear más a una mujer que a un hombre es que están "menos propensas a sindicalizarse".
Las denuncias son frecuentes por la violación del derecho a la sindicalización, destacó, subrayando el hecho que en Costa Rica la sindicalización en el sector privado es prácticamente inexistente.
En este país centroamericano, 46 por ciento de los 1,2 millones de activos son mujeres. Por otra parte, 40 por ciento de los niños que nacen por año son hijos de madres solteras.
El representante de la OIT estimó que, pese a todo, las maquilas éstas representan "una estrategia de sobrevivencia" para los centroamericanos, al no poder los gobiernos brindar otras fuentes de empleo. Cerca de 70 por ciento de la población del área es pobre. (FIN/IPS/yo/dg/if-pr-lb/97)