El último encuentro de fútbol entre las selecciones nacionales de Zambia y Sudáfrica, que acaba de tener lugar en esta capital por la clasificación para el Mundial de Francia 98, no parece haber sido simplemente una justa deportiva sino una especie de choque entre creencias religiosas.
Noticias llegadas desde Sudáfrica indicaron que los "Bafana, Bafana" (jugadores sudafricanos) habían consultado a sus "sangomas" (adivinos) para tener alguna predicción sobre el resultado del partido y estimular su actuación.
El entrenador del equipo, Clive Barker, declaró al llegar al aeropuerto internacional de Lusaka que sus sangomas les habían aconsejado incluso la dieta que debían observar y les habían prevenido que llevaran el agua para beber.
Por su parte, los cristianos de Zambia se tomaron en serio aquellos informes y las declaraciones de Barker. Varias de las iglesias pentecostales organizaron oraciones para pedir la divina protección en favor del equipo nacional y contra las "brujerías" de los sudafricanos.
En la semana que precedió al partido se realizaron asambleas religiosas nocturnas para orar por una victoria de Zambia.
"Cualquier acontecimiento puede ser un asunto espiritual en nuestra nación cristiana", dijo el obispo de las Asambleas Pentecostales de Dios, Mabvuto Mwale, antes del encuentro.
"Algunos pueden pensar que esto no será más que un partido de fútbol, pero como ustedes han sabido, los sudafricanos están consultando a sus doctores en brujería, e incluso consideran a esta competencia como una batalla espiritual", añadió.
"Nosotros tenemos a Dios de nuestra parte, como nación cristiana, y debemos rogar a Dios que anule cualquier hechizo de nuestros oponentes contra Zambia, ya que nuestro auxilio viene del propio Señor Dios Todopoderoso", concluyó el obispo.
La ansiedad pudo haber sido peor, pero según fue publicado por la prensa sudafricana, los sangomas no fueron capaces de predecir el resultado del partido, a pesar de que habían podido anticipar los resultados de los encuentros de los Bafana-Bafana con Congo y Zaire.
Tampoco fueron capaces de pronosticar el resultado del partido de vuelta que Sudáfrica y Zambia jugarán en junio próximo.
"Ello se debe a que este país está regado por la sangre de Jesucristo y nada que hagan los sangomas podrá jamás penetrar ese santo escudo", comentó el editor del diario estatal Times of Zambia.
"Esta es verdaderamente una nación cristiana", dijo a IPS el editor, miembro de una iglesia cristiana.
La nueva Constitución de Zambia, aprobada a mediados de 1996, define al país como una nación cristiana, pero ello no impide, sin embargo, que muchos habitantes continúen venerando a los espíritus de sus ancestros.
Cada vez que la selección de fútbol se prepara para una competencia, algunos hijos del país concurren al sitio en que están enterrados los restos del equipo nacional que murió en un accidente de avión en 1993, para pedir al espíritu de los héroes caídos que venga en auxilio de sus sucesores.
Se trata, sin embargo, de un acto secreto. Casi nadie se anima a explicar lo que hace cuando visita esa tumba por la noche. (FIN/IPS/tra-en/jc/kb/arl/cr/97
