TAIWAN-CHINA: También los dioses deben ser nacionalistas

Una celebración que debió haber sido puramente religiosa se convirtió en un nuevo debate político a propósito de las relaciones entre Taiwán y China.

La dorada estatua de Matsu, la Diosa del Mar, cruzó el último viernes el estrecho de Taiwán y llegó a Taipei, proveniente de Meizhou, en la provincia china de Fujián.

Los taiwaneses creen que la Diosa del Mar -conocida en el dialecto de Fujián como Matsu- les ha protegido durante siglos, y en particular cuando muchos de estos chinos huyeron del continente a la isla, desafiando las aguas en pequeños botes, en vísperas de la toma del poder por los comunistas en 1949.

Según los historiadores, ésta es la primera vez que la Diosa pone pie en Taiwán en sus 1.000 años de existencia. Su arribo a Taipei para iniciar una gira de 100 días por toda la isla provocó una cantidad de procesiones de corte carnavalesco.

En el poblado de Putzu, durante el fin de semana, un desfile de bailes tradicionales y adoradores de la Diosa, a lo largo de tres kilómetros, fue acompañado de fuegos artificiales y quema de incienso, mientras la estatua era paseada por las calles.

No obstante, esa manifestación de fe en una deidad que muchos taiwaneses consideran emanada de China continental en lugar de arraigar su origen en Taiwán, ya ha causado estruendo político en la isla.

El movimiento independentista radical de Taiwán, que defiende una definitiva separación de China, rechaza esta expresión de devoción de los taiwaneses, a la que ve como una identificación con el continente en materia de religión y cultura.

Al llegar Matsu al aeropuerto, se encontró con un despliegue de banderas que rezaban: "Los chinos deberían adorar a dioses chinos, los taiwaneses deberían adorar a dioses taiwaneses".

Los grupos independentistas también han tratado de sembrar dudas sobre el origen de la deidad, afirmando que no es la vieja estatua de siglos de antigüedad la que ha llegado a Taiwán sino una figura hecha más recientemente.

Los teóricos de la conspiración argumentan que el envío de la réplica es una maniobra de Beijing para comprobar cuán fuertes son en verdad los vínculos de los taiwaneses con el continente.

"La estatua verdadera no pudo haber sobrevivido a la Revolución Cultural", sostuvo un portavoz del Partido de la Independencia. "Se trata de un fraude".

Las sospechas revolotean alrededor de las razones por las cuales Beijing habría facilitado el transporte del ídolo a Taiwán, puesto que los comunistas no protegen la religión y a menudo persiguen a los que participan en actos religiosos no autorizados por el Estado.

Beijing ha declarado que el viaje de Matsu promoverá la reunificación, lo cual indica que también el continente puede ver ganancias políticas en el resultado de esta operación.

Este país llamado Taiwán, antes conocido como China nacionalista, fue fundado en 1949 en la isla y provincia china de Formosa, por el difunto general Chiang Kai Shek, cuyo ejército fue derrotado en el continente por las tropas de Mao Zedong, fundador de la República Popular de China.

Las posibilidades de una reunificación siguen pareciendo remotas, y en especial se desvanecieron después de la visita privada que el presidente de Taiwán, Lee Teng Hui, realizó a Estados Unidos hace 18 meses.

En marzo pasado, Beijing realizó en el estrecho de Taiwán una serie de ejercicios militares que fueron considerados por Taipei y Washington como actos intimidatorios y beligerantes.

Meizhou ha sido una meca de peregrinación para los taiwaneses desde 1987, cuando Taipei levantó la prohibición que impedía los viajes de los isleños a China continental. En Taiwán existen cientos de templos dedicados a Matsu. (FIN/IPS/tra-en/ys/cpg/arl/cr-ip/97

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