El sacerdote y académico católico de la teología de la liberación en Sri Lanka Tissa Balasuriya está dispuesto a apelar la decisión de su excomulgación tomada por el Vaticano.
El sacerdote, de 72 años, alega que no cometió herejía con la publicación en 1990 de su libro "Mary and Human Liberation".
"Lucho contra la excomulgación. No pido perdón, pido justicia. Quiero que se juzgue a quienes tomaron esta decisión", dijo Balasuriya en una entrevista.
La Congregación Vaticana sobre la Doctrina de la Fe, organismo de vigilancia de la Iglesia Católica Romana, emitió una "notificación" excomulgando a Balasuriya, sacerdote hace 51 años y ampliamente respetado en Sri Lanka por sus vínculos con las comunidades de base y la teología de la liberación.
Una declaración del Vaticano del 5 de enero afirma que Balasuriya incurrió en la forma más severa de la excomunión o "Latae sententiae" por distorsionar el dogma católico.
La disputa se centra en el libro, en el cual, según el Vaticano, Balasuriya desafía creencias católicas fundamentales como el bautismo, el pecado original y la inmaculada concepción. El sacerdote es académico y autor de otros nueve libros.
El Vaticano acusa al sacerdote de cuestionar la validez de la tradición sacra y de minimizar la validez de la fe, entre otras cosas.
Además, afirma que cuestiona enseñanzas básicas de la iglesia en relación a Jesús y su madre María, pone en duda la divinidad de Cristo, su papel como redentor y la posición privilegiada de María en la historia de la salvación.
Pero Balasuriya niega todas las acusaciones. "Sostengo firmemente que nunca negué, rechacé o me aparté de ninguna doctrina de la fe católica", dijo.
Por lo tanto, añadió, "no cometí ninguna forma de herejía. Entonces no hay base de hecho o de derecho para declarar que provoqué mi excomunión".
El sacerdote, asociado al Centro para la Sociedad y la Religión, con sede en Colombo, afirma que no recibió una audiencia justa y que su excomunión no parece ser más que la forma de la iglesia de enviar un mensaje a quienes discrepan con el dogma.
Muchos otros escritores, especialmente occidentales, expresaron puntos de vista similares o idénticos, afirma el sacerdote, pero ninguno fue tratado con la amenaza de la excomunión. "¿Por qué soy yo objeto de una discriminación única y selectiva?", se preguntó.
Muchos en Sri Lanka se congregaron en torno a Balasuriya, afirmando que el Vaticano lo considera un "sacerdote rebelde" para enviar una señal a muchos de sus detractores.
"Esto es desconcertante para muchos católicos", dijo Bernadine de Silva, subdirectora del centro en Colombo.
"Es una tendencia muy peligrosa, como una advertencia de que la Iglesia no quiere oír a la gente hablando en un contexto contemporáneo. Hay sacerdotes progresistas y radicales en todo el mundo, incluso en Sri Lanka. Este es el único método de silenciar a la gente", añadió.
La Comisión de Derechos Humanos de Asia dijo estar "perturbada porque si el ejemplo de la Iglesia Católica es seguido por estados seculares y otras religiones, habrá una seria situación de violación de los derechos humanos, particularmente la libertad de expresión y el derecho a un juicio".
Mientras, Balasuriya permanece desafiante. Asegura que llegó el tiempo de que los cristianos del mundo redescubran su fe, y "examinen su responsabilidad por los males de nuestro tiempo".
"¿Por qué hoy las naciones cristianas figuran entre las más explotadoras del mundo? ¿Por qué los países llamados cristianos son los mayores accionistas del FMI y el Banco Mundial y nos imponen condiciones, en las cuales los pobres no tienen el alimento que necesitan?", cuestiona el sacerdote.
El dogma "no viene directamente del cielo. Las formulaciones teológicas son resultado de la inspiración espiritual, la revelación y la intuición, además de la expresión del lenguaje humano", asevera. (FIN/IPS/tra-en/ms/an/lp/ip-cr/97
