SIERRA LEONA: El proceso de paz anda a los tropezones

Supuestas violaciones al cese del fuego, sumadas a las objeciones de los rebeldes al plan de desplegar en el territorio del país un equipo de observadores internacionales, amenazan la transición hacia la paz en Sierra Leona, dos meses después del acuerdo para terminar con una guerra de cinco años.

El rebelde Frente Unido Revolucionario (FUR) no acepta una propuesta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para situar en esta nación de Africa occidental 720 cascos azules encargados de controlar el cese del fuego firmado en noviembre del año pasado en Abidjan, vecina capital de Costa de Marfil.

"El tamaño del país y la cantidad de combatientes que deben ser desmovilizados no justifican un despliegue de tropas tan importante", declaró este viernes a IPS el cabo Foday Sankoh, líder del FUR, desde su residencia en Abidjan.

"La opinión del FUR es que bastará una cantidad menor de observadores, entre 50 y 60 oficiales, para realizar la misión", dijo el jefe del bando rebelde.

Sankoh afirmó además que el envío de tropas de la ONU "viola los artículos 9 y 11 del Acuerdo de Paz de Abidjan, que determina la creación de un Grupo Neutral de Control (NMG) para trabajar junto al Equipo Conjunto de Control (JMG) en la verificación del cese del fuego, pero no prevé una fuerza de pacificación.

El portavoz del FUR, Gibril Massaquoi, precisó este viernes a IPS que la cantidad máxima aceptable para el movimiento rebelde es de 100 observadores internacionales.

Massaquoi añadió que el NMG "debe incluir fuerzas de la Organización de la Unidad Africana, la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental y la Commonwealth británica.

La posición del FUR significa un duro golpe a los esfuerzos que realiza el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para que la crisis de Sierra Leona sea tratada con prioridad.

Muchos habitantes del país piensan que las objeciones de los rebeldes son una mala noticia para el proceso de paz, que ya se ha visto entorpecido por numerosas violaciones al cese de fuego.

En los últimos 30 días se produjeron diversos choques entre las fuerzas del FUR y las milicias llamadas Kamajors, que pelearon junto al ejército durante la guerra civil. El conflicto dejó un saldo de 10.000 muertos y una cantidad de desplazados estimada en 1,5 millones, igual a un tercio de la población.

La Comisión de Consolidación de la Paz, integrada por representantes del gobierno y del bando rebelde, ha confirmado ya la ocurrencia de 22 ataques a aldeas y ciudades del norte y el sudeste del país.

"Pienso que el FUR está aplicando tácticas dilatorias", dijo a IPS Mohammed Kamara, importante miembro del gobierno que encabeza el presidente Ahmed Tejan Kabbah. "¿Qué importancia tiene el número de efectivos de la ONU si los rebeldes están de verdad comprometidos con el proceso de paz?".

El FUR no ha enviado todavía a ningún representante para formar parte del JMG, cuyo trabajo consiste en controlar el cumplimiento del acuerdo de cese del fuego, lo cual levanta sospechas acerca de su sinceridad en la construcción de la paz.

A esas sospechas respondió este viernes el propio Sankoh, alegando que fue el gobierno el que primero mostró "falta de compromiso con el acuerdo de paz", cortando las vías de comunicación con el FUR. "Creo que eso no es bueno para el pacto de paz", afirmó Sankoh. (FIN/IPS/tra-en/lf/jm/kb/arl/ip/97

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