Un posible contacto del presidente de Perú, Alberto Fujimori, y el primer ministro de Japón, Ryutaro Hashimoto, con miembros de la guerrilla que tiene en su poder la residencia del embajador nipón en Lima fue planteada antes de que ambos gobernantes se reúnan mañana en Toronto, Canadá.
En ese sentido se pronunciaron Juan Gargurevich, profesor universitario de Comunicaciones, y Guillermo Herrera Montesinos, analista político del Comité Central del Partido Comunista del Perú.
Herrera mencionó un mensaje transmitido electrónicamente este jueves a políticos y periodistas peruanos desde Islandia, firmado por una persona de apellido Murray, según el cual existe en Toronto una organización del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).
El mensaje agregaba que este grupo realizará, probablemente, demostraciones callejeras mientras Fujimori y Hashimoto estén reunidos.
"Podría deducirse que Murray quiso comunicar que en Toronto puede haber representantes del aparato internacional del MRTA", añadió.
Carlos Reyna, experto de la organizacion no gubernamental Desco, explicó que Toronto fue elegida como lugar de reunión debido a las diferencias entre Lima y Tokio respecto de la toma de la residencia del embajador de Japón en Perú por parte de un comando del MRTA.
"Hashimoto criticó las demostraciones bélicas de la policía peruana frente a la residencia en los últimos días, y supongo que Fujimori tratará de tranquilizarlo y explicarle que su plan de acción es de presión psicológica y a largo plazo", opinó Reyna.
El MRTA ocupó el edificio el 17 de diciembre y tiene en su poder a 51 políticos y militares peruanos, entre ellos el canciller Francisco Tudela, a 15 diplomáticos y cuatro empresarios japoneses, y un ex embajador de Bolivia.
Las negociaciones entre el gobierno de Perú y el MRTA, que marchaban aparentemente bien hasta el 30 de diciembre pasado, se endurecieron progresivamente desde entonces, a tal punto que se registró un intercambio de disparos esta semana.
En consecuencia, era necesaria y previsible una concertación urgente entre Lima y Tokio, pero la elección del escenario de la reunión sorprendió a los analistas y abrió interrogantes y conjeturas políticas.
Antes de partir hacia Canadá, Fujimori reiteró su rechazo a la demanda central del comando del MRTA, que reclama el canje de los 72 rehenes por los 458 militantes de esa organización presos en diversas cárceles peruanas.
Por su parte, Hashimoto reafirmó en Tokio que alentará a Fujimori a aceptar una solución pacífica. El gobernante japonés se entrevistó antes de viajar a Toronto con los líderes de todos los partidos politicos representados en el parlamento de su país y su posición recibió respaldo de todos ellos.
"Un voto de apoyo a una solución pacífica y negociada era prácticamente innecesario. Se demanda apoyo previo sólo cuando hay aspectos controvertibles. ¿Qué fue, concretamente, lo que respaldaron los partidos opositores?", comenta Gargurevich.
En ese sentido, algunos analistas recuerdan que el endurecimiento de Néstor Cerpa, jefe del comando guerrillero que copó la residencia del embajadador de Japón, se produjo el 30 de diciembre.
Eso fue un día después de que Hashimoto anunció que su gobierno no cederá en esta oportunidad al chantaje financiero de los secuestradores.
"Sus declaraciones fueron una réplica a las críticas de algunas grandes corporaciones de su país, que recordaron que en episodios anteriores Tokio pagó prestamente varios millones de dólares a secuestradores de empresarios nipones", dijo Reyna. (FIN/IPS/al/mj/ip/97
