MALASIA: El inglés se enseña mal en esta ex colonia británica

"Repitan: 'The girl have a basket"', dice la maestra, que dicta una clase de inglés en una escuela primaria de la isla Penang. Malasia.

Los niños no advierten el error gramatical (en español, la frase se traduciría como "la niña tengo una canasta") y lo repiten al unísono. Escenas similares podrían estar sucediendo en ese mismo momento en cualquier escuela de Malasia, según los expertos.

Muchos padres han sido alertados por sus hijos, muchos de los cuales han debido corregir a sus propios educadores.

Así se enseña el inglés en esta ex colonia de Gran Bretaña. La decadencia de la lengua comenzó en la década del 70, cuando el gobierno percibía en el generalizado uso de ese idioma un triste recordatorio de las humillaciones a las que la metrópoli europea sometía a los malayos.

Pero el inglés regresó de la mano del actual primer ministro de Malasia, Mahatir Mohamad, quien recorre el planeta para promover su país como potencia económica.

Mahatir considera que el uso fluido de ese idioma es una herramienta vital para que Malasia se convierta en "país desarrollado" en el 2020.

El debate sobre el lenguaje de Malasia fue intenso en los años siguientes a 1957, cuando se declaró la independencia.

La dominante Organización Nacional de Malayos Unidos (UMNO) procuraba que la cultura del país se basara en el legado y el lenguaje de los malayos nativos. Quienes no pertenecían a esa etnia, en cambio, procuraban que el país adoptara una identidad nacional multiétnica.

Diez años después, la disputa fue zanjada al aprobarse una ley que declaró al malayo la lengua nacional, pero también se permitió el uso del inglés con fines oficiales para evitar que los restantes grupos étnicos se vieran perjudicados.

El primer gobierno tras la independencia, encabezado por Tunku Abdul Rahman, promovió la creación de escuelas nacionales que enseñaban en malayo, pero se admitió la existencia de centros de estudio donde se impartían clases en otros idiomas.

Pero elementos extremistas de la UMNO pretendían que el malayo se utilizara en todos los ámbitos de la vida nacional. Luego de la violencia étnica que generaron los cuestionamientos a las elecciones de 1969, los nacionalistas se salieron con la suya.

La renuncia de Tunku abrió una nueva era en la cual el inglés fue dejado de lado en escuelas y textos oficiales.

Antes de 1970, los educadores impartían todas las materias en inglés, pero no pasó mucho tiempo antes que la situación se revirtiera totalmente. La lengua inglesa se convirtió en una simple asignatura con unas pocas horas de dedicación semanal.

Las autoridades asignaron otras tareas a los profesores de inglés que trataron de mantener ese idioma en los programas de estudio, para mantenerlos ocupados.

La transición hacia el uso del malayo en las universidades fue completa a mediados de la década del 80, por lo que muchos graduados de hoy son incapaces de hablar o escribir un inglés correcto.

Pero una generación más tarde, las autoridades solicitaron súbitamente a los profesores que recibieron educación íntegramente en malayo que enseñaran inglés. Los resultados fueron desastrosos.

"No hubo tiempo para editar libros o ejercicios escritos adecuados para los niños. La gramática no se enseñaba. Los exámenes de inglés fueron simples ejercicios de opción múltiple. Tampoco se alentó la redacción de composiciones libres", afirmó Catherine Selvam, una ex profesora.

Selvam sostuvo que los educadores que no tienen hablan ni escriben un inglés fluido son incapaces de alentar las conversaciones en ese lenguaje entre sus alumnos.

"El uso del inglés se ha deteriorado en las universidades. Los estudiantes tienen dificultades para expresarse claramente y con coherencia, especialmente por escrito", dijo Shakila Manan, profesora de la sección inglesa de la Universidad de Ciencias de Malasia.

Para Manan, eso se debe a que "los estudiantes no cultivaron hábitos de lectura". "No conozco maestros que recomienden libros en inglés a los alumnos", agregó.

En el cada vez más acelerado y competitivo mercado mundial, las posturas políticas de ayer fueron dejadas de lado para que avance el pragmatismo económico. En tal sentido, el cosmopolita primer ministro Mahatir adoptó medidas para que se enseñe un buen inglés en los centros de educación.

Para acceder a estudios preuniversitarios, los jóvenes deben demostrar en exámenes su fluidez en el uso del inglés. Pero muchos malayos de todas las etnias reclaman que se les imparta clases en ese idioma, porque la mayoría de los cursos aún se dictan en malayo.

Los profesores de asignaturas técnicas tienen ahora la opción de dar clases en inglés, posibilidad que aprovechan los invitados extranjeros.

Esta flexibiidad es algo nuevo en el sistema educativo de Malasia y permitirá que universidades extranjeras instalen sus campus en el país asiático.

Aunque la burocracia estatal continúa utilizando la lengua nativa en los textos oficiales, los principales políticos del país hablan fluidamente tanto malayo como inglés. Muchos de ellos recibieron educación en el extranjero.

En el sector privado, el inglés es el idioma elegido, y muchas empresas organizan clases de inglés comercial para sus empleados.

Cada vez más programas de televisión se producen en inglés. Tres estaciones de radio de alcance nacional usan ese idioma, al igual que varios periódicos cuya circulación aumenta.

Los académicos advierten que el nivel de fluidez de los educadores no es el mismo que durante las décadas del 50 y el 60, pero confían en que el nacionalismo no podrá nunca más hacer que los malayos se olviden del inglés porque, dicen, no tendría ningún sentido económico. (FIN/IPS/tra-en/ann/cpg/cr ed/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe