Corea del Norte firmará probablemente este miércoles acuerdos para obtener reactores nucleares de agua liviana de un consorcio estadounidense-japonés, pero algunos analistas no creen que esa instancia apresure la distensión entre las dos Coreas.
Según agencias oficiales de noticias de las dos Coreas, diplomáticos norcoreanos resuelven en Nueva York detalles finales de los protocolos que permitirán a su país adquirir los reactores nucleares.
La Organización para el Desarrollo de la Energía en la Península de Corea (KEDO) y Corea del Norte "firmarán probablemente en los próximos días los protocolos relativos a los reactores nucleares de agua liviana", anunció el fin de semana a la prensa el primer ministro de Corea del Sur, Kwon O Kie.
Los protocolos, que Corea del Norte y Estados Unidos comenzaron a negociar en 1994, formalizan la renuncia de Pyongyang a su programa nuclear original que, según ha asegurado Washington, estaba orientado a la producción de armas atómicas.
Observadores especializados en asuntos de la Península de Corea creen que Pyongyang está obligado a firmar los acuerdos a causa de su precaria situación económica y aguarda que su gesto sea recompensado con masiva ayuda alimentaria.
"La crisis económica de Corea del Norte está fuera del control del gobierno", advirtió el analista político japonés Minoru Morita.
La necesidad de asistencia del exterior habría sido también el motivo determinante de las excusas que Corea del Norte finalmente presentó la semana última a Corea del Sur por un grave incidente ocurrido hace cuatro meses.
Soldados de Corea del Sur persiguieron y dieron muerte en septiembre a más de 20 comandos norcoreanos que habían desembarcado de un submarino en su territorio.
El hecho desplomó las esperanzas en el comienzo de negociaciones para la sustitución por un tratado definitivo de paz del armisticio que las dos Coreas mantienen desde 1953, luego de tres años de guerra.
Seúl condicionó la ayuda al Norte y la apertura de conversaciones de paz a una completa disculpa de Pyongyang por el episodio de septiembre.
Desde que presentó excusas, Pyongyang ha emitido señales contradictorias respecto del futuro de las relaciones en la península que los dos países comparten.
El gobierno anunció que participará de una "breve sesión" a fines de este mes para preparar el camino a negociaciones de paz en las que también intervendrían Corea del Sur, China y Estados Unidos.
Mientras, la Agencia Central de Noticias de Corea (ACNC) descalificó el mensaje de Ano Nuevo del presidente de Corea del Sur, Kim Young Sam, quien se manifestó esperanzado en lograr progresos hacia "la reconciliación y cooperación" entre el Norte y el Sur.
"La declaración del títere (Kim) fue falsa y decepcionante", afirmó ACNC. Y el diario Rodong Sinmum, el de mayor circulación en Corea del Norte, consideró las expresiones del presidente sudcoreano sólo "una estratagema para encubrir su doblez y su carácter fascista".
Sin embargo, los analistas creen que los duros comentarios de la prensa norcoreana están destinados al consumo local y a compensar las excusas que Pyongyan debió presentar a Seúl. Según esa opinión, las intenciones reales de Corea del Norte surgirán de las concesiones que acepte en los protocoles a suscribirse en Nueva York.
Las agencias de asistencia pintan un cuadro desolador d la situación económica en Corea del Norte, hundida debido a la escasez de alimentos provocada por las inundaciones de 1994, que arrasaron varias cosechas.
Consecuentemente, se aguarda que los representantes de Pyongyang confirmen en Nueva York su voluntad de participar en la "sesión breve" mencionada por Pyongyang.
La realización posterior de conversaciones cutripartitas dependerá en gran medida del deterioro de la situación económica de Corea del Norte y de la habilidad de Pyongyang para presentar al público norcoreano los protocolos a firmarse en Nueva York.
Estados Unidos y Japón, temerosos de que la crisis económica de Corea del Norte se traduzca en una onda expansiva de inestabilidad política en la región, son partidarios del envío de ayuda alimentaria, pero Seúl no comparte plenamente ese criterio.
"Hemos aprendido lecciones de la historia", dijo Kim en su mensaje de Año Nuevo. El presidente explicó que, aún después de recibidas las excusas de Corea del Norte, Corea del Sur mantendrá una actitud cautelosa y no cederá a razones 'sentimentales" en sus relaciones con el Norte. (FIN/IPS/tra-en/mk/cpg/ff/ip/97