BURUNDI: Dos grupos de la dominante etnia tutsi luchan entre sí

Los arrestos de opositores en Burundi revelaron una lucha por el poder entre dos facciones de la etnia tutsi, los radicales que lidera el ex presidente Jean Baptiste Bagaza y los seguidores del jefe del gobierno de facto, mayor Pierre Buyoya.

"Este país enloqueció. Hace pocos, Bagaza acusaba al ejército de matar a 35.000 civiles desde que Buyoya accedió al poder. Eso es exactamente lo que dicen los extremistas hutu. A veces me pregunto si los radicales tutsi se aliaron con los hutu", dijo a IPS un diplomático occidental apostado en Bujumbura.

El gobierno reveló este domingo que Bagaza fue arrestado luego de un registro de armas efectuado por el servicio de inteligencia de Burundi, que descubrió rifles de asalto y más de 50 granadas de mano en el domicilio del ex mandatario.

Un alto funcionario del gobierno dijo a IPS que también se halló "folletería que llamaba a la desobediencia civil" en la residencia de Bagaza, y reveló que uno de los más cercanos colaboradores del dirigente, el ex coronel del ejército Pascal Ntako, también fue arrestado.

Las autoridades detuvieron esta semana, además, a Deo Niyonzima, presidente de Solidaridad Juvenil en Defensa de las Minorías (SOJEDEM), así como a otros 22 integrantes de ese movimiento tutsi radical.

"Los políticos de SOJEDEM distribuyeron panfletos que atacan seriamente al gobierno del presidente Buyoya", dijo el editor del diario independiente Panafrika, Antoine Kaburahe.

Los volantes exhortaban a estudiantes universitarios a resistir el reclutamiento obligatorio al ejército para combatir a rebeldes de la etnia hutu y criticaban al régimen de Buyoya, que ya lleva seis meses de instaurado.

Bagaza gobernó Burundi entre 1976 y 1987, cuando su régimen militar fue derrocado por Buyoya. Ambos políticos tutsi están enfrentados desde entonces.

"Si había tal arsenal en la casa de Bagaza, habrá algo oculto. No creo que necesite tantas armas para su protección personal", sostuvo Kaburahe.

Bagaza se opuso a las reformas democráticas realizadas por Buyoya y que culminaron con las elecciones de 1993, en las que resultó electo el primer presidente hutu de Burundi, Melchior Ndadaye.

El asesinato de Ndadaye en un intento de golpe de estado efectuado por militares de línea dura en octubre de ese mismo año provocaron una insurgencia hutu.

Entre octubre y diciembre, decenas de miles de personas fueron asesinadas, algunas por los rebeldes y otras a manos de los militares.

En 1994, la violencia étnica derivó en una guerra civil a la que el gobierno de coalición encabezado por el entonces presidente Sylvestere Ntibantunganya no fue capaz de poner punto final, asediado por las divisiones internas.

Buyoya utilizó la ineficacia del gobierno como excusa para dar un golpe de Estado en julio de 1996, lo que alentó ciertas esperanzas en que la guerra civil concluiría.

Pero el conflicto, por el contrario, recrudeció. Los grupos hutu incrementaron sus ataques contra el gobierno, que, ahora, también soporta el embate de tutsis opositores a Buyoya, entre ellos Bagaza.

Cuando el régimen anunció a comienzos de mes que abriría el día 28 un debate nacional que involucraría a representantes de toda la sociedad de Burundi, Bagaza y otros tutsi de línea dura rechazaron la iniciativa e invitaron a la población a boicotearla.

Los analistas políticos en Bujumbura sostienen que Bagaza y Niyonzima se enfurecieron por la integración de las milicias juveniles Sans Echecs y Sans Defaite en el ejército, resuelta por Buyoya. Ambos grupos son el principal respaldo del jefe del gobierno.

Mientras se eleva la temperatura de la lucha política en la capital, los combates entre las fuerzas del gobierno y los rebeldes hutu del Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia (CNDD) recrudecieron.

Los informativos de televisión exhibieron este lunes las armas y equipos de comunicación capturados por el ejército después de una ofensiva en lo que se cree es el mayor bastión rebelde en la selva.

El principal mediador internacional, el ex presidente de Tanzania Julius Nyerere, no ha logrado que representantes del gobierno y el CNDD se sienten en la mesa de negociaciones. (FIN/IPS/tra-en/jbk/kb/mj/ip/96

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