BRASIL: Aprobada la reelección, Cardoso se abocará a reformas

El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, se abocará a la ejecución de las reformas económicas que considera imprescindibles, tras la aprobación en primera instancia de la enmienda constitucional que permitirá postularse a la reelección.

Los 336 votos a favor de la reelección y sólo 17 en contra, el fortalecimiento político del mandatario sólo es comparable con el revés sufrido por sus adversarios.

Pero lo más importante es que el fortalecimiento político del mandatario brasileño y la posibilidad de disputar un nuevo mandato amplían considerablemente su margen de maniobra para lograr la aprobación de las reformas administrativa, previsional y tributaria.

En medios políticos y financieros existe consenso en que estas reformas permitirían equilibrar las cuentas públicas, reducir las tasas de interés, ajustar la paridad cambiaria y respaldar un crecimiento económico mayor que el actual, de tres por ciento anual.

El Partido del Movimiento Democratico Brasileno (PMDB), la primera fuerza en el Congreso, había decidido oponerse a la reelección en su convención nacional, realizada dos semanas antes. Sin embargo, 67 de sus 99 diputados votaron a favor de la enmienda, dejando el partido dividido y en crisis.

Otro de los derrotados fue el ex alcalde de Sao Paulo, el empresario conservador Paulo Maluf, el más serio aspirante a suceder a Cardoso tras las elecciones de 1998.

Horas antes de la votación, Maluf había afirmado: "si la Cámara aprueba la reelección, haré una ruleta rusa con seis balas en el tambor del revolver".

Esta arriesgada apuesta parece haber llevado a Maluf poco menos que a un suicidio político, ya que perdió prestigio al quedar en minoría dentro de su partido y vio considerablemente diluído su sueno de sentarse un el sillón presidencial.

También resultaron perdedores los ex presidentes José Sarney e Itamar Franco, quienes se opusieron vehementemente a la enmienda, sin ocultar sus ambiciones de volver al gobierno.

La izquierda, cuyo exponente más fuerte es el Partido de los Trabajadores (PT), también se opuso a la reelección, ensayando una frustrada obstrucción parlamentaria.

Cardoso, un sociologo socialdemócrata de fama internacional, fue elegido presidente en 1994, con 54 por ciento de los votos, en ancas del Plan Real de estabilización que había implantado poco antes como ministro de Hacienda, con el cual terminó con décadas de alta inflación.

La única manifestación obrera realizada en Brasilia el día de la votación fue a favor de Cardoso. Fue convocada por la central Fuerza Sindical, adherida al llamado "sindicalismo de resultados" inspirado en los gremios norteamericanos.

Los grandes empresarios se volcaron masivamente a Brasilia y circularon durante todo el día por los corredores del Congreso, presionando a los parlamentarios a favor de la reelección de Cardoso, a quien consideran una garantía de estabilidad política y económica.

El consultor y ex ministro de Hacienda Mailson da Nobrega afirmó que con seis años por delante para Cardoso las inversiones extranjeras previstas para este año saltarían de 10.000 o 12.000 millones de dólares a unos 15.000 millones. (FIN/IPS/rs/ag/ip- if/97

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