BOLIVIA: El FMI toma examen a uno de sus alumnos aplicados

El Fondo Monetario Internacional (FMI) examina desde esta semana en esta ciudad el comportamiento de la economía y la ejecución de reformas en Bolivia, así como las posibilidades de alivio de la deuda externa del país.

Considerado un "alumno aplicado" del FMI, Bolivia confía en que superará con buenas calificaciones la prueba, pues mantuvo en 1996 la constancia del crecimiento económico (más de tres por ciento), una inflación moderada (7,55 por ciento) y reformas estructurales de largo alcance.

En las reuniones con la misión del FMI que ya se encuentra en La Paz, que se prolongarán por tres semanas más, el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada expondrá sus esfuerzos en la lucha contra la pobreza para acceder a un tercer año del denominado "Programa de Ajuste Estructural Reforzado".

La casi segura aprobación del tercer año de ese programa significará para Bolivia un ingreso de unos 50 millones de dólares en 1997.

El gobierno considera que el punto más importante de las reuniones con la misión del FMI es el alivio de la deuda externa multilateral solicitado en 1996 por La Paz a este organismo, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Bolivia pretende acogerse al programa de reducción de deuda diseñado por estas instituciones para beneficiar a países pobres altamente endeudados que exhiban un buen comportamiento macroeconómico y dispongan reformas estructurales.

La deuda externa boliviana asciende actualmente a 4.500 millones de dólares, de los cuales más de 2.600 millones corresponden a créditos otorgados por organismos financieros internacionales.

Para aliviar esa deuda, Bolivia requiere, a partir de 1998, algo más de 187 millones de dólares anuales, explicó el presidente del Banco Central de Bolivia, Juan Antonio Morales.

Este país es "un candidato casi natural para este alivio de deuda" debido a "su buen desempeño macroeconómico". según Morales.

El optimismo del gobierno se basa en el éxito alcanzado el año pasado en el cumplimiento de las metas macroeconómicas y la aplicación de las reformas estructurales recomendadas por los organismos internacionales.

El ingreso de Bolivia al programa de reducción de deuda supondría "un alivio a partir de 1988 para destinar más recursos a la inversión, sobre todo en infraestructura, y a los servicios sociales", dijo Morales.

El gobierno también confía en que ingresará al programa porque figura en la lista de países cuyo endeudamiento es calificado por los organismos internacionales de "potencialmente crítico".

Bolivia integra un grupo de 42 "países pobres muy endeudados", junto a naciones de Africa y el Caribe.

Este país tendrá a partir de 1988 serios problemas de flujos de fondos en el servicio de la deuda externa debido a un desfase del calendario de pagos al exterior y los desembolsos de créditos internacionales.

Los recursos de asistencia procedentes de organismos internacionales y países amigos serán inferiores a las obligaciones de La Paz para pagar la deuda externa.

Para 1997, Bolivia se comprometerá ante el FMI a alcanzar un crecimiento económico de aproximadamente 5,2 por ciento, una inflación de 7,5 por ciento, un déficit fiscal de 2,6 por ciento, y un tipo de cambio promedio de 5,34 bolivianos por dólar.

En cuanto a las reformas estructurales, el gobierno de Sánchez de Lozada no asumirá ningún nuevo compromiso, ya que su gestión concluirá el próximo 6 de agosto.

Durante los tres años y medio del gobierno de Sánchez de Lozada, Bolivia adoptó leyes que mejoran las condiciones para la inversión de capitales privados y permiten la privatización de empresas estatales, muchas de las cuales ya pasaron a manos privadas. (FIN/IPS/jcr/mj/ip/97

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