Una multitud de periodistas reclamó hoy en las calles de la capital de Argentina que se esclarezca el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, un hecho que colocó a la policía provincial en el centro de las sospechas.
"No a la impunidad" y "justicia", fueron los reclamos de los periodistas que marcharon en un clima de tristeza e impotencia desde la sede del semanario Noticias, donde trabajaba Cabezas, hasta la Plaza de Mayo, frente a la sede de la Presidencia.
La marcha, convocada por la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, contó con gran adhesión de ciudadanos que se volcaron a las calles para solidarizarse con el reclamo de justicia de los periodistas.
Entretanto, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, sostuvo que el crimen podría contener un mensaje para los periodistas, o también para él, que en 1996 relevó a la cúpula de la policía bonaerense por sus vínculos con el mundo del delito.
El nuevo jefe de la policía, Adolfo Vitelli, quién expulsó o sancionó a unos 250 funcionarios desde que asumió en septiembre, admitió que no se descarta que haya policías de su distrito involucrados en el asesinato del reportero.
"Estamos ante la mayor crisis en la historia de la institución", dijo el ex oficial de la policía Edgardo Mastandrea, quien aseguró no tener dudas de que hay una corrupción institucionalizada en el cuerpo.
En el último año, se descubrió que había policías de la provincia de Buenos Aires detrás del atentado contra la Asociación Mutual Israelíta Argentina, en el que murieron 89 personas, y también en el comercio de drogas y vehículos robados.
Cabezas, de 35 años, fue ultimado en la madrugada del sábado en el balneario de Pinamar, a unos 400 kilómetros de Buenos Aires.
El fotógrafo se retiró de la residencia de un empresario y enseguida fue detenido, esposado y llevado hasta un descampado. Allí lo balearon en la cabeza y prendieron fuego al automóvil.
La casa del empresario donde estuvo Cabezas está a unos 50 kilómetros de la residencia de veraneo del gobernador de Buenos Aires.
"Lo dejaron allí para que lo vea", bramó Duhalde.
La justicia sigue la pista de una camioneta blanca que fue vista cerca de la residencia del empresario y luego -según el testimonio de cazadores de aves- cerca del campo en el que fue encontrado el automóvil humeante con el cuerpo ya carbonizado.
Una versión publicada por el diario Página 12 y anexada a la causa por pedido de la policía, señala que en diciembre ex policías de la provincia disgustados con la "limpieza" que se estaba realizando en la institución, formaron una banda para delinquir.
En una camioneta blanca como la que se vio cerca del lugar del crimen, los policías reclutaron entonces delincuentes e informantes en varias localidades del sur de la ciudad de Buenos Aires, para trasladarlos a Pinamar, donde se dedicarían a asaltar residencias.
Duhalde no sólo reiteró que su gobierno ofrecía 300.000 dólares a quien aporte datos que permitan dar con los responsables sino que se comprometió ahora a otorgar el indulto a un "arrepentido" que haya sido "partícipe necesario" del crimen.
En este sentido, la justicia tomó declaración este miércoles a una mujer que aseguró haber tenido contacto indirecto con quienes planeaban el asesinato unos días antes y describió a los sospechosos, cuyos retratos hablados ya comenzaron a circular.
En forma paralela, parlamentarios opositores se reunieron este miércoles con el ministro del Interior, Carlos Corach, para reclamarle que organice una comisión parlamentaria investigadora para contribuir al esclarecimiento del crimen.
Los dirigentes políticos se sumaron más tarde a la manifestación callejera en reclamo de justicia y se colocaron una escarapela negra en la solapa, como todos los manifestantes, comprometidos a no olvidar el crimen hasta que se esclarezca. (FIN/IPS/mv/ag/ip/97
