El boicot de Zaire a la cumbre africana que durante dos días consideró el conflicto armado que sacude a ese país -clausurada hoy en Nairobi- no ha hecho más que poner de relieve la complejidad de la crisis que afecta a la región de los Grandes Lagos en Africa central.
La conferencia exhortó a los países de la región a respetar "la integridad territorial de Zaire de conformidad con la Carta de la Organización de la Unidad Africana (OUA) y en particular la declaración de 1964 sobre integridad territorial e inviolabilidad de las fronteras nacionales".
También exigió el respeto al principio de "no intervención" y el cese de las "incursiones a través de las fronteras".
El presidente de Kenia, Daniel Moi, que como anfitrión de sus colegas presidió este lunes y martes la reunión de urgencia, afirmó haber hablado personalmente con el jefe de Estado zaireño, Mobutu Sese Seko, quien le habría prometido enviar al primer ministro Kengo Wa Dondo.
La cumbre africana confió a los presidentes Moi, Robert Mugabe de Zimbabwe, Nelson Mandela de Sudáfrica y Paul Biya de Camerún, el encargo de tomar todas las iniciativas que sean necesarias para promover la paz, la estabilidad y la seguridad en el Zaire y en la región de los Grandes Lagos.
Biya es además presidente de turno de la Organización de la Unidad Africana (OUA), que reúne a los 54 Estados africanos.
Otros líderes africanos que asistieron a la reunión fueron Yoweri Museveni de Uganda, Frederick Chiluba de Zambia, Isaías Afewerki de Eritrea, Pasteur Bizimungu de Ruanda, Benjamín Mkapa de Tanzania y el primer ministro de Etiopía, Meles Zenawi.
También participaron el ministro de Asuntos Exteriores de Camerún, Ferdinand Oyono (en representación de Biya), el secretario general de la OUA, Salim Ahmed Salim, y el ex presidente de Tanzania Julius Nyerere, mediador internacional para Burundi.
El ministro de Asuntos Exteriores de Zaire, Jean-Marie Kititwa- Tumasi, según versiones de prensa, declaró este martes que su país no envió ningún representante a la cumbre de Nairobi debido a la presencia del líder rebelde, Laurent Kabila, en la propia capital de Kenia.
Mobutu era esperado en Zaire este martes, de regreso de Suiza, donde permaneció cuatro meses en tratamiento contra el cáncer. Según informes llegados de Kinshasa, miles de personas aguardaban su llegada en el aeropuerto de la capital.
El retorno del hombre fuerte zaireño es considerado en general como un recurso extremo para mantener la unidad del país ante el desafío que le plantea a Kinshasa el avance de los rebeldes banyamulenge, que siguen acumulando victorias en el este del país para después dirigirse a la capital y derrocar a Mobutu.
Sin perjuicio de esa ausencia, según informó Moi, los jefes de Estado y de gobierno presentes en la reunión deliberaron sobre la crisis que sacude a Zaire.
El comunicado emitido al finalizar la conferencia expresó la preocupación de los líderes africanos porque la situación en el este de Zaire se haya agravado desde la última cumbre de Nairobi, realizada el 5 de noviembre.
"La reunión lamentó tomar nota de que el cese del fuego acordado el 5 de noviembre de 1996 no ha sido efectivo. Con el mismo propósito, la reunión exhortó a las partes enfrentadas a comprometerse a negociar un arreglo pacífico", expresó el comunicado.
Ruanda y Uganda confirmaron en las últimas semanas que sus tropas habían cruzado las fronteras de Zaire para atacar las bases de grupos rebeldes de sus respectivos países en territorio zaireño, los cuales habían aprovechado la confusión en ese país para invadir sus países de origen.
Mobutu ha prometido reconocer a los 400.000 banyamulenges el derecho a la ciudadanía y la nacionalidad zaireña que les fue desconocido en julio de este año por el estado de Kivu del Sur, acto que se convirtió en la chispa que encendió el fuego del actual conflicto.
Los banyamulenges son tutsis que emigraron hacia las tierras de Zaire hace 200 años, desde los territorios que hoy ocupan Ruanda y Burundi.
"La conferencia considera que la promesa (de Mobutu) es un paso significativo en la búsqueda de una solución duradera a la crisis", expresó el comunicado final.
El hombre fuerte de Burundi, mayor Pierre Buyoya, no fue invitado a la cumbre, que tampoco se refirió a la situación en ese país en su comunicado final.
Buyoya, de la etnia tutsi, tomó el poder el 25 de julio en Burundi, deponiendo al presidente hutu Sylvestre Ntibantunganya. Cinco días más tarde, los líderes de los países de Africa central y oriental impusieron sanciones a ese país para forzar a Buyoya a restaurar el régimen constitucional. (FIN/IPS/tra-en/mn/pm/arl/ip/96