El secretario general electo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, considera que el lento proceso de paz en Timor Oriental ha exhibido pocos resultados y quizás requiera un ajuste.
Mientras los independentistas de Timor Oriental procuran que el Consejo de Seguridad tome cartas en el asunto, el gobierno de Indonesia, ocupante de la isla, y Portugal, la ex metrópoli colonial, preferirían que las negociaciones continuaran en el ámbito de la Secretaría General de la ONU.
Annan, electo este martes como sucesor del actual jefe de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, dijo a IPS que el proceso de paz respaldado por el cuerpo mundial para resolver la anexión de Timor Oriental por parte de Indonesia en 1976 necesita, "si no un cambio drástico, al menos algún ajuste".
"Si uno intenta algo durante 20 años y no funciona, se requiere buscar algo más. Puedo asegurar que lo buscaré críticamente", agregó Annan, de nacionalidad ghanesa.
Boutros-Ghali fue mediador personal en varias rondas de conversaciones entre los ministros de Relaciones Exteriores de Indonesia, Alí Alatas, y Portugal, Jaime Gama.
Portugal fue la metrópoli colonial de Timor Oriental hasta 1975 y la ONU le asignó entonces la administración del proceso de descolonialización. Alatas y Gama se reunirán por novena vez este fin de semana.
Pero fuentes del gobierno de Portugal y del movimiento independentista de Timor Oriental dijeron a IPS que no vislumbran ningún avance en las negociaciones.
"Las conversaciones no han conducido casi a ninguna parte", dijo José Ramos-Horta, líder del independentista Consejo Nacional de Resistencia Maubere (CNRM) y coganador del Premio Nobel de la Paz de 1996 junto con el arzobispo católico de Timor Oriental, Carlos Filipe Ximenes Belo.
"El último informe del Departamento de Estado de Estados Unidos pintó un paisaje severo en Timor Oriental", agregó Ramos- Horta.
La mayoría de las fuentes estiman que la cantidad de soldados indonesios en el territorio asciende a más de 132.000, lo que equivale a un militar por cada cinco habitantes.
"Con eso a la vista, ¿cuáles son los logros de las negociaciones? Si no hay avances en diciembre, las conversaciones no pueden continuar", sostuvo el dirigente timorés.
Kofi Annan prefirió no vaticinar los cambios que impondrá en las negociaciones una vez que se convierta en el secretario general de la ONU el 1 de enero. Pero sus comentarios reflejaron la creencia generalizada de el cuerpo mundial avanzó poco al respecto en los últimos cinco años.
Las conversaciones internacionales fueron simultáneas a una serie de debates entre grupos timoreses independentistas y proindonesios, que también fracasaron.
El CNRM planteó la celebración de un referéndum sobre la independencia de Timor Oriental, mientras Jakarta afirma que el asunto ya fue laudado en 1976, cuando una asamblea resolvió que el país se convirtiera en la provincia 27 de Indonesia.
"El formato actual de las conversaciones parece agotado. Preferiría que el Consejo de Seguridad de la ONU se hiciera cargo. Es tiempo que se lo vea haciendo algo", dijo Ramos-Horta.
Por ahora, ni Indonesia ni Portugal darán marcha atrás al proceso que Boutros-Ghali condujo durante los últimos cinco años. "Apoyamos las conversaciones promovidas por el secretario general y no apelaremos al Consejo de Seguridad", dijo un diplomático portugués a IPS.
Aunque afirmó que Lisboa no tiene intenciones de dejar sin solución el problema timorés, el informante sostuvo que "la confrontación no resolverá nada".
Esta actitud condujo apenas a discusiones sobre los derechos culturales de la población de Timor Oriental, de la etnia maubere, entre ellos los de profesar libremente su religión y hablar en su propio lenguaje.
La mayoría de los timoreses son católicos y hablan el idioma tetum.
El referendo sigue fuera de cuestión, según el embajador itinerante de Indonesia para asuntos de Timor Oriental, Francisco Lopes da Cruz. "Para nosotros, el problema está resuelto. Timor Oriental, de hecho y por la ley, es parte de Indonesia", dijo el diplomático la semana pasada en la ONU.
Lopes da Cruz admitió que las conversaciones derivaron en avances en la vida social de la isla. "El gobierno le da especial atención a la vida religiosa. Cada año construimos unas diez iglesias. Todos los educadores de la escuela católica reciben su sueldo del gobierno de Indonesia", afirmó.
Pero Ramos-Horta replicó que "Indonesia no tiene voluntad de avanzar".
"Debería liberar a los prisioneros timoreses, a todos, frenar la tortura y reducir su incompetente funcionariado público", sostuvo el dirigente independentista. (FIN/IPS/tra- en/fah/jl/mj/ip/96