Las autoridades de Rusia prohibieron al capitán de la marina retirado Aleksandr Nikitin, ya fuera de su prisión en San Petersburgo, brindar el miércoles una conferencia de prensa en torno a sus denuncias sobre daños al ambiente.
Nikitin permaneció 10 meses en confinamiento solitario por sospechas de traición y espionaje, debido a la publicación por parte de la organización ambientalista noruega Bellona de un informe sobre contaminación radiactiva en la península de Kola.
El activista de Bellona Thomas Nilsen dijo a IPS que el Servicio Federal de Seguridad (SFS), sucesor de la temible KGB, no retiró su acusación contra el marino, por lo que requerirá permiso de ese organismo si desea abandonar San Petersburgo.
Bellona confía en que el caso no irá a juicio. "Su liberación el día 14 fue un portazo en la cara del SFS. Es la primera vez que los servicios de seguridad rusos pierden un caso de tanta importancia para su prestigio", sostuvo Nilsen.
Las gestiones previas para obtener la liberación de Nikitin bajo fianza fracasaron, pues el SFS estaba decidida a acusarlo y, además, gozaba del apoyo absoluto de la Procuraduría de San Petersburgo.
De todos modos, una vez que la investigación ejecutiva concluyó y la acusación se presentó formalmente hace varias semanas, el caso fue devuelto por el tribunal judicial. Eso fue lo que provocó su liberación.
"El SFS lo sabía y por eso prolongaron tanto tiempo la investigación ", dijo Nilsen. El abogado de Nikitin, Yuri Schmidt, derivó el caso a la Procuraduría General en Moscú una vez que se presentaron los cargos.
"Al procurador general le insumió apenas 40 minutos decidir que esto no tenía ninguna relación con el espionaje", agregó el activista de Bellona. El caso fue devuelto por falta de evidencia al SFS en San Petersburgo.
Nikitin se encuentra descansando en su casa aquejado de agotamiento agudo y problemas de vista, debido a que sufrió confinamiento en una pequeña celda sin luz natural, informó su esposa, Tatyana Chernova.
Sin embargo, el marino se mantuvo en contacto con Bellona y pretende volver a la carga contra la contaminación radiactiva en la península de Kola.
Schmidt sostuvo que una investigación complementaria sobre el caso Nikitin será desarrollada por expertos independientes. "Estoy convencido de que este asunto concluirá sin un juicio, quizá no ahora pero sí dentro de poco", dijo.
Pero los activistas están preocupados por que el SFS encuentre un mecanismo para mantener al militar detenido y no verse, de lo contrario, obligado a admitir su error. Durante la investigación, Nikitin debió permanecer arrestado, a pesar de que no fue acusado y se le negó el derecho a libertad bajo fianza.
La organización Amnistía Internacional le declaró prisionero de conciencia, el primero en Rusia desde el colapso de la Unión Soviética.
Nikitin, de 44 años y residente en San Petersburgo junto a su esposa y dos hijas adolescentes, es un capitán de la marina retirado. Originario de Ucrania, se recibió de ingeniero en la Escuela Naval de Sevastopol en 1974.
El marino estuvo destinado a la Flota Septentrional con base en Zapadnaya Litsa hasta 1985. De allí fue transferido a Moscú, donde trabajó en la agencia de seguridad nuclear del Ministerio de Defensa. Pasó a retiro en 1992.
Desde entonces trabajó como vendedor de automóviles en San Petersburgo, pues no obtuvo empleo en el sector de la seguridad nuclear civil. De todos modos, trabajó ocasionalmente para Bellona desde 1994.
La acusación de traición en su contra se basa en los artículos 64 (revelación de secretos de Estado) y 75 (uso de documento falso) del código penal de Rusia. El SFS acusó a Nikitin de recaudar información clasificada y entregarla a Bellona.
Nikitin no entregó su pase libre de marino después de su retiro en 1992, y lo empleó para visitar una base militar en San Petersburgo, donde examinó documentos clasificados de secretos.
El SFS dijo que Nikitin copió pasajes de esos documentos y los reprodujo en el informe que redactó junto con Thomas Nilsen e Igor Kudrik, titulado "La Flota Septentrional, fuente de radiocontaminación".
El estudio concluyó que miles de piezas usadas con combustible nuclear y otros residuos radiactivos de la Flota Septentrional arrojados en la península de Kola generaban más riesgos ambientales que el accidente en la planta de electricidad de Chernobyl, en Ucrania.
Schmidt dijo que el SFS actuó en violación de la Constitución de Rusia pues acusó a Nikitin en base a decretos secretos del Ministerio de Defensa que datan de 1993 a los que el militar retirado no tenía acceso.
La Constitución establece que nadie puede ser acusado por la violación de leyes que no hayan sido publicadas. La Suprema Corte de Rusia estableció que Nikitin debía ser considerado civil a los efectos del juicio.
Antes del arresto de Nikitin, el SFS inició una investigación para acusar a Bellona de revelación de secretos de Estado. La oficina de la organización ambientalista en Murmansk fue investigada y las autoridades se incautaron de todas sus computadoras, equipos de comunicación y material escrito.
Bellona disfruta del respaldo del ex ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Andrei Kozyrev, y asesora al Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega. Además, sus denuncias sobre contaminación en el mar Artico le ganaron el apoyo de la opinión pública europea. (FIN/IPS/tra-en/ai-jmp/rj/mj/ip en hd/96