El gobierno interino instalado hace dos meses en Pakistán considera seriamente la posibilidad de aflojar las restricciones comerciales con India, su archirrival, una decisión políticamente difícil.
Shahid Javed Burky, un vicepresidente del Banco Mundial que supervisa el proceso de salida del caos económico que dejó la derrocada primera ministra Benazir Bhutto, prometió bajar las barreras comerciales.
La hinduista India y el musulmán Pakistán integraron juntos hasta 1947 el Imperio Británico, pero con la independencia se produjo la división debido, fundamentalmente, a las diferencias religiosas. Desde entonces, los roces han sido constantes.
Burki, asesor del primer ministro interino, Meraj Khalid, ya anunció el programa de reformas más ambicioso de la historia económica del país en los últimos años.
Su programa tiene el objetivo de reducir la inflación a cuatro por ciento del producto interno bruto a junio de 1997, reformular el sector financiero, reducir los aranceles, abatir la inflación y ampliar la base impositiva de modo que incluya a los ricos e influyentes terratenientes de Pakistán.
El levantamiento de las barreras al intercambio con India, que se prevé efectiva para fin de año, estuvo entre los naipes a jugar desde que Burki dijo que el "comercio abierto" con el país vecino beneficiaría a ambas naciones.
Pakistán e India están obligadas a concederse mutuamente la calidad de "nación más favorecida" por las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El anterior gobierno de Pakistán sostuvo hace un año que los empresarios indios serían bienvenidos como socios comerciales.
Pero una reacción hostil a esas declaraciones obligó a Bhutto a postergar la decisión en ese sentido, a pesar de que los funcionarios estaban ya comprometidos a la apertura de las fronteras comerciales.
"Estamos legalmente obligados a otorgar la categoría de 'nación más favorecida' a India", dijo Salman Farooqi, quien ocupó la Secretaría de Comercio durante el período de Bhutto.
El Ministerio de Comercio de Pakistán calculó que las restricciones comerciales le cuestan al país miles de millones de dólares cada año.
La administración estatal "ahorraría una gran suma a través de la importación directa de bienes de India, lo cual también abatiría los precios" al consumo, informó el Ministerio al gobierno interino.
Pero las restricciones promueven el floreciente contrabando, cuyo monto se estima en mil millones de dólares anuales. El mercado paquistaní está inundado de ropa, electrodomésticos, repuestos de automóviles y computadores procedentes de India, los cuales a veces son reimportados de terceros países.
Pakistán admite actualmente importaciones de India de apenas 570 ítems de los 5.000 nominados por la OMC, entidad de la que ambos países son miembros. Los productos paquistaníes tampoco tiene acceso libre al mercado indio.
La tradicional rivalidad y las formidables diferencias políticas y económicas hundieron a ambas naciones en un mar de suspicacias respecto de las intenciones que están detrás de cada decisión de gobierno.
Hubo algunos intentos de abandonar la enemistad en el pasado, pero no fueron demasiado lejos.
"La aprensión, la desconfianza y la paranoia por un lado, y el aprecio y el respeto por el otro marcan esta peculiar relación", explicó el ex canciller de Pakistán, Mubashir Hassan.
Los industriales paquistaníes temen que la poderosa India los domine. "¿Qué puede esperarse de un enemigo" India ya sobrevivió a Pakistán en el mercado mundial", dijo el presidente del comité de exportaciones de la Federación de Cámaras de Comercio e Industria de Pakistán, Iftikhar Ahmed.
Por el contrario, el Ministerio de Comercio pronosticó que el comercio con India dará a la industria paquistaní acceso a un mercado de mil millones de dólares que se ubica apenas más allá de su frontera.
"La falta de certezas ya golpeó duramente a la industria nacional, y se la echará a los perros si se otorgan concesiones comerciales a India", sostuvo, por su parte, el vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria de Lahore, Sheikh Waheeduddin.
La derecha religiosa también es suspicaz. "El otorgamiento de la categoría de 'nación más favorecida' a India dará al enemigo acceso a los estados de Asia central", dijo el líder del partido fundamentalista musulmán Jamaat-i-Islami.
Las manifestaciones de los grupos de presión que promueven el libre comercio para convencer al público que la relación con India contribuirá a reducir los precios dentro de Pakistán quedaron enterradas por el aluvión de noticias de tono negativo contra el país vecino.
Una comisión binacional detectó en 1984 gran cantidad de ítems comerciales pasibles de ser liberados. Pakistán demanda hierro mineral, acero inoxidable, mica, productos químicos y yute, mientras en India podría comprar fertilizantes, carbón, hierro en lingotes, derivados de petróleo y fruta seca y fresca.
Pero ambos países continúan importando esos productos fuera de la región. Pakistán, por ejemplo, compra té a Gran Bretaña, a pesar de que las vecinas India y Sri Lanka figuran entre las principales productoras del mundo.
El economista Zafar Mehmood sostuvo que, además de bajar los precios internos, el abatimiento de barreras comerciales entre India y Pakistán podría atraer la inversión extranjera y promover especializaciones complementarias similares a las que se registran en el sudeste de Asia. (FIN/IPS/tra-en/am/an/mj/ip if/96