MEXICO: Peso flotante, pago de deuda y control de gasto en 1997

La economía mexicana seguirá vinculada a la libre flotación del peso y mantendrá como prioridades el pago estricto de la deuda externa y el control del gasto público durante 1997.

Tal lo que se desprende de un anuncio del banco central conocido este jueves y de la aprobación en la noche del miércoles por la Cámara de Diputados del presupuesto para 1997, que asciende a 90.000 millones de dólares al cambio actual de ocho pesos por dólar.

Voceros del oficialismo, como el diputado Antonio Sánchez, consideraron positivas las políticas económicas previstas, aunque indicaron que no pueden estar "satisfechos mientras la recuperación no se refleje en el bienestar de las familias mexicanas".

Representantes opositores adujeron que los planes gubernamentales aumentarán los ya elevados niveles de pobreza y presentan rasgos demagógicos con fines "electoreros".

El documento del Banco de México ratifica para el año próximo su política de libre flotación monetaria y promete medidas "para mantener el orden" en los mercados de divisas y de dinero.

Sostiene que propiciará una disminución de las tasas de interés en busca de "infundir una mayor confianza en la estabilización de los precios".

En cuanto al crecimiento de la masa monetaria prevé un índice de 24,5 por ciento, a la vez que contempla una restricción de la oferta de dinero al sistema bancario privado.

El informe compromete al banco central a incrementar sus activos internacionales netos, actualmente algo superiores a los 16.000 millones de dólares, en casi 2.000 millones de dólares.

La mayoría parlamentaria progubernamental quedó aislada al garantizar la sanción del proyecto de presupuesto enviado por el presidente de México, Ernesto Zedillo.

Tras agitado debate, donde el bloque de centroizquierda dejó el recinto y la derecha votó en contra, 277 diputados del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), sobre un total de 500 parlamentarios, dieron luz verde al proyecto del Poder Ejecutivo.

La estrategia económica gubernamental para el próximo año se propone un crecimiento del producto interno bruto (PIB) del cuatro por ciento, que lo pondría al mismo nivel que el de 1994, antes del estallido de la crisis financiera.

En 1995 el PIB mexicano cayó siete por ciento y este año concluirá con una recuperación de alrededor de tres por ciento.

Las metas oficiales consisten en disminuir el alto índice de desempleo, avanzar en la estabilización macroeconómica, reducir la inflación 10 puntos hasta un 15 por ciento, mantener finanzas sanas y cumplir puntualmente con el pago de la elevada deuda externa.

Hubo 105 votos negativos del derechista Partido Acción Nacional (PAN), principal fuerza opositora, y se retiraron los legisladores del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del pequeño Partido del Trabajo (PT), de origen sindical.

En términos reales la cifra presupuestada para 1997 supera en 5,2 por ciento a la estimada para el cierre del año en curso y se destinará en 83,5 por ciento al gasto primario y en 16,5 por ciento a sufragar el costo financiero de la deuda pública.

El gasto primario será 3,9 por ciento mayor al del cierre de 1996 y representará 19,6 por ciento del PIB previsto para 1997.

La suma destinada a "desarrollo social" rebasará en 9,3 por ciento a la de este año y la prevista para apoyar a los estados y municipios acusa un aumento del 4,3 por ciento.

El diputado del PAN Manuel Beristáin calificó el presupuesto aprobado como "irreal y dilapilador de los fondos públicos con fines electorales", ya que en 1997 habrá comicios de renovación parlamentaria a nivel nacional.

Dijo que el gobierno no alcanzará los ingresos presupuestados y endeudará excesivamente al pueblo mexicano, por lo que lo calificó de "irresponsable".

A su juicio el déficit fiscal puede representar "una grave tentación" para los funcionarios del oficialismo, causando un daño no sólo social sino también moral a un pueblo seriamente empobrecido.

"Vivimos -subrayó- un México de contrastes, en el que ocupamos el cuarto lugar en número de supermillonarios en dólares y al mismo tiempo somos un país de alta marginación social, con más de 60 millones de pobres sobre 92 millones de habitantes."

A su vez Ifigenia Martínez, del PRD, acusó al gobierno de cortar el gasto productivo y social bajo dictados del Fondo Monetario Internacional, desplazando la atención de los requerimientos socioeconómicos para servir a un sistema financiero ineficaz.

Aseguró que el gasto y la inversión de carácter público no contribuyen a recuperar el crecimiento. "Vivimos en el peor de los escenarios posibles: la estanflación, o sea el estancamiento con inflación", destacó.

Propuso una erogación adicional equivalente a 7.500 millones de dólares orientada a sectores productivos, especialmente en beneficio del desarrollo agropecuario y del bienestar social en zonas rurales.

Según la diputada centroizquierdista la política oficial agrava la pobreza, el desempleo, los bajos salarios, la exclusión social y la concentración del ingreso. (FIN/IPS/emv/dg/if/96

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