El gobierno de México gestiona un préstamo de 7.500 millones de dólares ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que implicaría un nuevo y riguroso plan trienal de ajuste ecómico, informó hoy la prensa local.
Con el plan, vinculado a otros acuerdos en los que participarían el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), México recibiría préstamos hasta 19.000 millones de dólares.
Esto lo revelaron este martes Jim Cason y David Brooks, corresponsales en Washington del diario La Jornada, que citaron al Banco Mundial y fuentes financieras estadounidenses.
La entrega de los fondos que se negocia estaría estrictamente condicionada a nuevos requisitos, con un rígido calendario, para garantizar la continuidad y profundización de las "reformas estructurales de la economía".
Esta fórmula alude a la política de privatizaciones masivas, reducción del papel regulador del Estado y apertura de la economía a los procesos mundiales de globalización, puesta en marcha por sucesivos gobiernos mexicanos desde 1983 y acelerada desde 1989.
México afronta importantes vencimientos de su deuda externa en 1998 y 1999, por lo que prevé pagos anticipados en 1997 para reducir su monto, así como reestructurar plazos de obligaciones correspondientes a los primeros años del próximo siglo.
La deuda externa mexicana se incrementó en unos 40.000 millones de dólares y llegó a totalizar unos 160.000 millones tras el estallido de la crisis de diciembre de 1994.
Con una fuerte devaluación del peso, el Estado tuvo que hacer frente al rescate de 30.000 millones de dólares en bonos de la tesorería en manos de particulares, en una alta proporción extranjeros.
En consecuencia se redujo abruptamente el gasto público, el poder adquisitivo de la población, el consumo y el producto interno bruto, que cayó 6,9 por ciento en 1995.
Durante el año que concluye se espera que la recuperación productiva alcance a tres por ciento y para 1997 se prevé una recuperación adicional de 4,5 por ciento.
Estados Unidos, Canadá y el FMI ofrecieron préstamos de emergencia a México por 40.000 millones de dólares para que pudiera superar la crisis desatada a fines de 1994 sin caer en la moratoria forzosa.
El gobierno mexicano plantea ahora al FMI y al gobierno estadounidense, sus principales acreedores, prolongar el período de cumplimiento de sus pagos.
A cambio, el paquete de reformas económicas estructurales abarcaría modificaciones privatizadoras de la vasta red asistencial, sanitaria y jubilatoria del Instituto Mexicano del Seguro Social, con más de 40 millones de afiliados.
También contemplaría metas relativas a los impuestos y al sector financiero, así como privatizaciones y cambios en los programas subsidiados por el gobierno.
En breve los directores ejecutivos del Banco Mundial considerarán la aprobación de un nuevo programa trienal de créditos para México por 5.500 millones de dólares.
Una agencia del Banco Mundial, la Corporación de Finanza Internacional, programa asimismo una importante ampliación de su portafolio anual de 650 millones de dólares en México.
La Corporacion prevé invertir durante los próximos tres años unos mil millones de dólares, además de movilizar otros 1.200 millones en recursos a través de programas adicionales conjuntos con el gobierno.
El BID considera incrementar su nivel de apoyo a México, en particular en respaldo al sistema financiero y apoyando la reforma del seguro social y programas asistenciales en los estados de Oaxaca y Chiapas.
Un reciente informe del Banco Mundial sobre la "Estrategia de asistencia a México" señala que la orientación hacia la economía de mercado y la apertura a la globalización redefinieron los papeles de los sectores privado y público.
"Sin embargo, tales políticas no resultaron en el esperado crecimiento rápido, la reducción de la pobreza y mejoras en el bienestar social", reconoce el documento.
No obstante, los expertos del Banco Mundial insisten en la continuidad de estas políticas y la consolidación del crecimiento de los índices macroeconómicos en un marco de estabilidad. (FIN/IPS/emv/ag/if/96