El Parlamento de Guyana pareció elegir el tiempo navideño para aprobar por unanimidad la Ley de Violencia Doméstica, que tiende a dar mayor protección a la mujer contra el maltrato que muchas reciben en el hogar.
La decisión de los legisladores es interpretada como una reacción ante la alarma social que produjeron en los últimos tiempos algunos episodios trágicos de violencia doméstica.
Los observadores entienden que, aun en casos en que los ataques a las mujeres no terminan de forma trágica, los culpables, en su mayoría hombres, se aprovechan del convencimiento general de que las autoridades se abstendrán de intervenir.
La ley aprobada la semana pasada por los 65 integrantes del Parlamento, no obstante, no podría haber llegado en mejor momento, ya que los servicios estatales no tienen formas organizadas de reunir datos sobre la situación, pese a las frecuentes denuncias infructíferas de víctimas femeninas.
La nueva ley contiene una importante disposición que parece haber concitado el apoyo de las mujeres, pues aumenta la potestad de la policía para intervenir, incluyendo la exigencia de que la parte ofensora abandone el hogar.
Aunque las leyes existentes hasta ahora habilitan la intervención de la policía en las peleas domésticas, los oficiales policiales suelen abstenerse porque, según explican, en muchas ocasiones las mujeres no desean seguir adelante con las acciones.
Bajo la nueva ley, si un hombre recibe la orden de salir de su hogar por haber cometido violencia contra su mujer, debe continuar pagando los gastos familiares y manteniendo a su progenie, en lugar de dejar todo a cargo de la esposa, como ha ocurrido hasta ahora.
Las mujeres también tendrán protección legal contra el posible hostigamiento de sus esposos, cuyos actos se verán limitados por órdenes que podrán prohibirles el acceso al lugar de trabajo de la mujer, al hogar familiar y a la casa de sus parientes.
Además la ley castiga tanto a la violencia emocional y psicológica como a la física.
También alcanza a la realización de llamadas telefónicas persistentes o no deseadas, a la intimidación verbal y a toda acción tendente a forzar la voluntad de la mujer en la comisión de actos de cualquier naturaleza.
La nueva ley es de orden civil y no penal, lo cual facilita a las víctimas el recurso a la policía y a los jueces para obtener simples órdenes que restrinjan los movimientos de los ofensores y ofrezcan protección.
"Es sorprendente el apoyo que obtuvimos en el Parlamento", dijo Susan Moore, destacada abogada que asesoró a sus colegas de la Asociación de Abogadas de Guyana (GAWL). "No cambiaron ni una coma".
La GAWL trabajó meses en el proyecto de ley, presionando a los gobernantes y consultando con las mujeres sobre aquello que de verdad quisieran ver reflejado en una ley de este tipo.
No obstante, así como la puesta en práctica de la nueva ley es motivo de preocupación para sus autoras, también lo es la necesidad de que se produzca un cambio de actitud en los oficiales de policía.
Los parlamentarios dijeron que la Ley de Violencia Doméstica coloca a Guyana en línea con otras naciones del Caribe, como Trinidad y Tobago, Belice, Jamaica y Barbados. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/arl/pr/96