El mundo de los "sin techo" permitió que el desempleado escocés Bill Gilmour pasara en pocos meses de un puesto de venta callejera de una revista en Glasgow, al avión que lo llevó a la ciudad rusa de San Petersburgo para reunirse con el grupo Nochlyezhka, es decir, refugio nocturno.
Gilmour, de 42 años y sin techo, había entrado un día en las oficinas de la revista Big Issue, dedicada a ese grupo social, y solicitado un puesto para sumarse a las personas que ya vendían el semanario en las calles de las ciudades escocesas.
No podía imaginar que poco tiempo más tarde se encontraría en la vanguardia de un movimiento internacional de editores para ayudar a las personas sin techo en otras partes del mundo.
En la primavera pasada, Gilmour viajó a la ciudad rusa acompañado de Mel Young, fundador y co-director de Big Issue Scotland. El viaje respondió a una invitación de Valeria Sokolov, directora de Nochlyezhka, que publica The Depths, un periódico callejero.
Los dos escoceses entregaron 10.000 libras en apoyo a The Depths, que era el producido de la venta de una edición semanal de Big Issue Scotland. La revista vende unos 260.000 ejemplares cada semana, y es vendida por los propios sin techo y por los que ya no lo son, al precio de 80 peniques, del que retienen 45.
Las ganancias van a la Fundación Big Issue, una asociación filantrópica que financia asesoramiento para vivienda, rehabilitación de drogas y alcohol, una unidad educacional y otros servicios para los sin techo.
Del encuentro en San Petersburgo nació un proyecto para traspasar las técnicas comerciales de Big Issue a los rusos, a través de un intercambio de visitas.
El proyecto, que comenzará este mes, tiene apoyo financiero del programa creado por el gobierno británico para prestar asistencia técnica a los países de Europa oriental. El objetivo es respaldar los planes de The Depths en materia comercial y financiera para levantar sus ventas.
Los expertos recuerdan que no existe de hecho, en Rusia, un sistema de bienestar capaz de atender a los sin techo, lo que significa que estas personas dependen de los grupos privados de caridad.
Mientras que en Escocia hay cerca de 80.000 personas sin techo, sólo en San Petersburgo existen 50.000, en una población de cinco millones de habitantes.
El sistema de bienestar quedó quebrantado por el colapso de la Unión Soviética, creándose nuevas categorías de pobres. Los sin techo no pueden obtener permiso de residencia, sin el cual no es posible trabajar ni recibir atención médica o subsidios públicos.
Además las personas pueden ser encarceladas hasta por dos años por el delito de vagancia y mendicidad.
Los proyectos de Big Issue, sin embargo, se extienden mucho más lejos de San Petersburgo. En enero próximo será lanzada la primera edición de la revista en el mundo en desarrollo, un hecho que tendrá lugar en Ciudad del Cabo, al sur de Sudáfrica.
"Sudáfrica ofrece condiciones ideales para Big Issue -comentó Sokolov-, una parte de la sociedad en buena situación económica y dinero para comprar la revista, y un enorme sector de personas sin techo que carecen de ingreso".
La división internacional de la Fundación es bombardeada en estos momentos por iniciativas similares provenientes de ciudades de todas partes del mundo. Young estudia ahora la forma de publicar ese tipo de periódicos callejeros en ciudades como Praga, Budapest, Bucarest y Varsovia.
Es perfectamente posible que ediciones de Big Issue sean vendidas en próximos años en las ciudades de India.
No obstante, con 360.000 personas sin techo en Inglaterra, muchos podrían preguntar qué sentido tiene que Big Issue ataque problemas similares en el extranjero.
Young admite que cada semana ingresan 30 nuevos vendedores a las filas de Big Issue, que ya cuenta con 3.500, sólo en Escocia. (FIN/IPS/tra-en/sl/fn/arl/pr/96