BRASIL: Turismo se orienta ahora hacia ferias y convenciones

La imagen de playas luminosas, sol ardiente y arenas doradas constituye el estereotipo de la publicidad turística de esta ciudad de Brasil, pero ya no se corresponde con la realidad.

"Hoy todo ha cambiado, los hoteles se llenan de lunes a viernes y quedan vacíos el fin de semana", dijo el secretario de Turismo de Río de Janeiro, Marcio Fortes.

La violencia parece haber intimidado al turista tradicional, visitador de playas y admirador de paisajes y costumbres, al punto que entre 1986 y 1995 Brasil dejó de percibir 12.000 millones de dólares por la reducción del número de visitantes, según la Fundación Getulio Vargas.

Al mismo tiempo, la globalización de la economía ha estimulado el surgimiento de un turismo diferente que no cesa de crecer: empresarios y ejecutivos en traje y corbata que pasan su estadía en salas refrigeradas, discutiendo estrategias de negocios o participando en convenciones.

Según la Asociación Brasileña de la Industria de Hoteles (ABIH), casi las dos terceras partes de los turistas que vienen a Río actualmente lo hacen por razones de trabajo, mientras algo más del 30 por ciento llega atraído por el trinomio "playa, samba y belleza natural", explotado por las agencias de viajes.

Los principales mercados emisores de turismo hacia Brasil pertenecen al Mercosur. Argentina y Uruguay suman 750.000 turistas por año, en tanto Estados Unidos aparece en tercer lugar, con 190.000 turistas, seguido por países europeos y latinoamericanos.

Aunque Brasil es considerado un destino turístico tradicional, figura muy lejos de los países más visitados y actualmente recibe poco más de dos millones de turistas al año.

No obstante la imagen turística del país y los esfuerzos de empresarios y autoridades, en realidad la participación de Brasil en el mercado mundial de turismo no pasa de 1,3 por ciento, según cifras de 1995 del Consejo Mundial de Viajes de Turismo.

"Eso sólo significa que el potencial de crecimiento del turismo en Brasil es enorme y abre oportunidades prácticamente ilimitadas", comentó el presidente de la ABIH, Alvaro Bezerra de Mello.

En efecto, después de que albergó con éxito la Cumbre de la Tierra en 1992, Río de Janeiro parece haber descubierto un verdadero filón de oro en la captación de congresos y ferias internacionales.

La propaganda de Brasil como destino turístico no está principalmente en manos del gobierno, sino del Río Convention Bureau, que representa a 120 empresas privadas vinculadas al turismo.

La ciudad entera se muestra comprometida con la nominación como sede de los Juegos Olímpicos del 2004.

Pero esta es sólo la iniciativa más notoria en favor del turismo, al punto que el pabellón de convenciones Riocentro, donde se celebró la Cumbre de la Tierra, no cuenta con un día disponible hasta mediados de 1998.

Para aumentar su participación en este tipo de turismo, Brasil cuenta con la ventaja de que Europa, muy visitada por turistas tradicionales, no está interesada en ferias y convenciones, pese a concentrar 56 por ciento de las actividades de ese sector. (FIN/IPS/rs/ag/if/96

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