El presidente de Zaire, mariscal Mobutu Sese- Seko, está considerando la posibilidad de contratar profesionales de guerra angoleños para fortalecer sus debilitadas fuerzas armadas, se reveló hoy en la capital de Portugal.
Al hacer un balance de los dos años de la firma del Protocolo de Paz de Lusaka, que clausuró un ciclo de tres décadas de violencia en Angola, el analista portugués Jorge Heitor sostuvo que Mobutu piensa contratar a parte de los 35.000 hombres que la UNITA todavia mantiene en armas.
La paz de Zambia puso fin a 19 años de guerra civil entre el ejército del gobierno del presidente Jose Eduardo dos Santos y la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), liderada por Jonas Savimbi.
Al conflicto civil, que estalló en 1975, pocos meses después de la independencia, precedieron 13 años de guerra contra el ejército colonial portugués (1961-1974).
Según Heitor, esta vasta experiencia de guerra de los angoleños podrá servir a Mobutu, "conciente de la fragilidad de sus fuerzas armadas, que en Kivu no salieron nada bien del enfrentamiento con los rebeldes aparentemente apoyados por los generales tutsis de Kigali y de Bajumbura".
"El presidente Mobutu, que deberá regresar a su país dentro de poco, va a necesitar de todas las fuerzas posibles para un embate final con sus adversarios", añadió.
En ese escenario, es posible que el dictador de Zaire "intente recoger dividendos de apoyos pasados y sea él ahora quien solicite ayuda a a la UNITA", sostuvo en alusión a la estrecha relación entre Mobutu y Savimbi.
Entretanto, al cumplirse el segundo aniversario de la paz, firmada en la capital de Zambia el 20 de noviembre de 1994, persiste la desconfianza mutua entre el gobierno y la UNITA.
Entre los puntos principales del protocolo, se contempla el acuartelamiento, regulado por la Organizacion de las Naciones Unidas (ONU), de las fuerzas de la UNITA.
El proceso de desmovilización de 62.500 hombres de la UNITA, prácticamente concluyó en agosto, con más de un año de atraso de acuerdo al calendario de Lusaka.
La ONU deplora que muchos de los soldados que se presentaron en los campos de acuartelamiento, ya abandonaron esas áreas, mientras la UNITA se justifica explicando que los campos no tenían las más mínimas condiciones para habitarlas.
Otro punto sustancial del acuerdo de paz, la integración de los generales de la UNITA a la cadena de mando de las nuevas fuerzas armadas unificadas, aún no se ha cumplido.
El comandante militar de la UNITA, general Arlindo Chenda da Pena Ben-Ben, ya se encuentra en Luanda junto a otros nueve generales, pero reclaman no haber sido aún integrados al alto mando.
Los 70 diputados de la UNITA, elegidos en las elecciones de septiembre de 1992, deberían haber tomado asumido sus bancas en el parlamento, pero la gran mayoría aún no viajó a Luanda por "falta de seguridad".
Citando a un vocero de la cancillería de Portugal, Heitor sostuvo que a este país, como miembro del trío garante de la paz junto a Estados Unidos y Rusia, le gustaria "ver a Angola seguir el ejemplo de Mozambique".
A diferencia de Angola, Mozambique que también vivió una larga guerra civil tras su independencia de Portugal en 1975, "es hoy considerado un ejemplo de auténtica historia de éxito en la rápida recuperación verificada a partir del Acuerdo de Paz, firmado en Roma en octubre de 1992", concluyó Heitor. (FIN/IPS/mdq/ag/ip/96